Choque De Culturas, Impacto De La Resistencia Indígena En El Imaginario Español.

A fines de la Edad Media y hasta el siglo XVIII, el “Viejo Continente”, Europa, vivió procesos de expansión abocados a buscar la libertad fuera de sus límites continentales. Estos procesos fueron motivados por razones mayoritariamente políticas y económicas, a fin de constituirse como innegables y reconocidas potencias mundiales. El método utilizado fue la exploración de nuevas rutas comerciales a fin de llegar a Oriente y poder exportar sus riquezas hacia el Occidente, para ello principalmente se utilizaron embarcaciones como las Galeras, Carracas, y sus símiles, pues a través de las rutas marítimas el transporte de las mercancías resultaba más económico y rápido que realizar el mismo traslado por tierra, agregando además el peligro de los salteadores, demora de traslado y poca capacidad de carga.

Es así como llega Cristóbal Colón a América, de parte de la Corona Española, con la misión de buscar riquezas que engrandezcan a su País. Colón, con la errónea concepción de haber llegado a la India, nombraría a sus habitantes como indios. A posteriori, los terrenos encontrados por Colón y sus sucesores como Almagro, Pizarro, Aguirre, Valdivia, serían denominados como las Américas. Y sus riquezas, traducidas como un importante bien de consumo para España y su expansión económica, lo cual la llevaría, efectivamente, a ser considerada una de las mayores potencias del periodo.

Empero al considerar todo este proceso y toda esta sucesión de hechos, no debemos dejar como invisibles a los otros actores, tal vez uno de los principales. Pues, si bien es innegable que la conquista española fue exitosa, debemos preguntarnos primero a quién conquistaron, pues al momento de llegada a América, los españoles tomaron contacto directo los residentes de las tierras americanas: los indios.

Primeramente, debemos mencionar los tipos de culturas que se vieron las caras en este proceso de conquista para comprender qué tipos de mundo (y cosmovisiones) chocaron violenta y sangrientamente. En este sentido, encontramos la figura del conquistador español, quien, por lo general, pertenece al pueblo y no ostenta ningún título de nobleza (excepto en ocasiones el de hidalgo, el primer título en el escalón de poder); sino que viene persiguiendo la necesidad de subir en el escalón social, obteniendo gloria y magnificencia, volverse señores y dejar de ser siervos. O bien, como lo expresa Bengoa en "Conquista y barbarie": "A América en general y a Chile en particular, […] los que aquí llegaban venían en búsqueda de movilidad social, de pasar de pobres a ricos. Dejar de servir y ser servidos." . Claramente, podemos contemplar que el móvil por el cual discurre la psiquis española que llega a América, es la de obtener riquezas económicas, del modo que fuese necesario; por otro lado, nos encontramos con la figura del indígena, la cual es descrita en Américo Vespucio como: "Estos no tienen rey, ni obedecen a nadie, y viven en entera libertad. No tienen justicia ni castigan a su malhechor. Nunca vimos que hubiera disputa entre ellos." .

Una vez articulados ambos elementos, ambas psiquis, podemos abocarnos a hablar del choque cultural entre ambas esferas humanas. Por un lado, uno que busca riquezas; por otro, un lado que ya las posee pero que no les agrega la necesidad patológica de poseerlas. Junto a ello, debemos mencionar uno de los aspectos garantes de todas estas acciones bélicas de conquista española hacia la india: La evangelización. Esta consiste en llevar el evangelio, entendido como la Biblia y la Palabra de Dios, a los paganos indios que vivían en el pecado y la ignorancia, con tal de que fuesen bautizados y recibieran instrucción “civilizadora” española, traducida como educación, alfabetización, disciplina etc. Esto estaba unido indisolublemente a la concepción valórica española del uso de la tierra como un bien económico y nada más, junto con sus idearios religiosos monoteístas; en clara contraposición con los planteamientos psico-sociales indígenas, quienes presentaban una cosmovisión donde los elementos naturales regían la vida diaria y eran representados cada uno de ellos en formas de deidades (politeísmo). Estas diferencias fueron anuladas por los españoles mediante procesos de torturas, muertes, asesinatos, daños, pérdida de identidades locales y regionales indígenas y luego, finalmente, subyugadas a la potestad del español.

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