Ciencia En La Escuela
Enviado por ignacio150 • 22 de Julio de 2013 • 8.566 Palabras (35 Páginas) • 502 Visitas
Proyecto didáctico la ciencia en la escuela.
Las enfermedades emergentes, una cuestión crucial para los jóvenes de hoy.
M en C Juan Luis Hidalgo Guzmán
Presentación.
Los acontecimientos ocurridos en nuestro país desde marzo pasado, los denominados de la influenza humana, mostraron, entre otras cosas, la ignorancia de conocimientos científicos de la población y, en especial, de las autoridades políticas. De hecho fueron lamentables las reacciones de los distintos grupos de gobierno, salvo honrosas excepciones, que suelen hacerse presentes cuando hay conflictos y problemas sociales.
Los medios de información pública cometieron un sinnúmero de errores, en general recurrieron al amarillismo noticioso, nombraron mal el fenómeno de la gripe y recomendaron absurdos o bien cayeron en la banalidad. Sólo algunos médicos procedieron con la cautela necesaria y ponderaron de manera prudente los riesgos de una epidemia.
Los maestros de escuela también mostraron que su relación con el conocimiento científico está bastante deteriorada, sino es que de plano su acceso a los productos del quehacer científico está bloqueado. En general se evadieron las cuestiones decisivas, también los docentes incurrieron en actitudes banales y, sin duda, dejaron muchas preguntas de los alumnos sin contestar.
Sin embargo, nada indica que los riesgos de una pandemia se hayan superado; más bien todo parece sugerir que es necesario prepararse para nuevas cadenas de contagio, pues los mecanismos de mutación genética de los virus, aún no se han explicado de manera definitiva y satisfactoria.
Por lo antes señalado, hemos pensado oportuno e imprescindible proponer a los docentes de las escuelas que trabajan la propuesta la ciencia en la escuela, el presente proyecto didáctico.
El propósito es organizar experiencias de aprendizaje para que los estudiantes efectúen una investigación sobre una cuestión más amplia: las enfermedades emergentes; pues es sabido que lo ocurrido en meses anteriores no es algo resuelto; por el contrario, todo parece que en estos tiempos nos veremos obligados a enfrentar crecientes riesgos de la salud y patologías hasta ahora inéditas.
Vale aludir a ciertos criterios de trabajo. En primer lugar, la historia con sentido se elaboró sobre la base de una decena de textos de divulgación científica; es una propuesta general que puede ser convertida en episodios, si resultase muy larga; en su caso, se puede recuperar la información básica y elaborar otra historia si se piensa que así será más comprensible: con escenarios, personajes y hechos más próximos a los estudiantes; en suma, es un material que se ha de adecuar a las condiciones específicas del trabajo escolar.
De cualquier manera se anexa la bibliografía básica: artículos de la revista ¿Cómo ves? Los demás puntos de la planeación didáctica también son meras proposiciones que pueden ser modificadas de acuerdo a las condiciones del trabajo docente.
Historias con sentido científico.
La vida activa de Doña Eduviges, algo que vale contar. (Primera parte)
M en C Juan Luis Hidalgo Guzmán
“Todo comenzó en la segunda semana de marzo. La verdad sea dicha, fueron días de angustia e incertidumbre: las mamás y los papás andaban muy preocupados. Muchos se alarmaron por el escándalo de los periódicos, algunos, asustados todo lo negaban, otros intuían que algo grave ocurría; pero no querían saber nada y, no faltaron, quienes aseguraron que las noticias sobre la influenza sólo eran para asustar a la gente con el petate del muerto – así contaba sus peripecias Doña Eduviges, la portera de la vecindad que vendía atole y tamales en la acera de un hospital del D. F.
“Cuando llegué a poner mi puesto – dijo a quienes la quisieron escuchar- había mucha gente, no cabía un alfiler. La gente gritaba y los médicos y enfermeras no podían con el paquete; la verdad, también ellos se desesperaron y a grito pelón pedían paciencia. Perdieron, como se dice, la compostura; pues, aseguraban que era imposible atender a todos.
“Para poner dizque orden hicieron varias filas con todos los enfermos: en la primera, la de los más graves, se formaron los que tenían fiebre muy alta, al menos de 38, dolores fuertes de cabeza y de espalda, tos seca y con dificultades para respirar o síntomas de asfixia. Muy pronto esta fila creció interminable.
“En otras filas: formaron a los de fiebre leve, los tosigientos y moquientos; a los de la gripa estacional, de los tiempos fríos, los de siempre, pues. Se formó una fila con los débiles, pero de hambre, ésos ni tosían; por último, otra fila con los asustados e hipocondríacos. La verdad es que la gripe, que todos llaman influenza porcina, había provocado un susto de aquellos, como se dice: muchos se sintieron enfermos de súbito y reclamaban atención médica.
“Empecé a averiguar con las enfermeras y después de mucho cuchichear con una y con otra, supe que se había declarado una emergencia por una posible epidemia de influenza, muy grave, muy contagiosa, para la que no hay medicina que valga y que se originó por el crianza masiva de puercos – aseveró con autoridad Doña Eduviges.
“Entre los más graves, la mayoría era gente pobre, varios jóvenes y casi la misma cantidad de hombres y de mujeres. Según supe se hablaba de que el foco de esta enfermedad emergente se ubicó en La Gloria, Perote, Ver.; aunque la primera víctima fue una mujer de Oaxaca; que varios médicos estaban contagiados y los muertos eran más de los que se decía en las noticias.
“Escuché a un médico que pedía calma para evitar tumultos peligrosos; que el asunto era grave, pero que lo mejor era recurrir a la ciencia y seguir los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante una posible epidemia. Creo que era el más centrado – comentó Doña Eduviges – Pero la gente no oía. Seguía la discusión y el griterío más fuerte que al comienzo:
- Piden calma y nos va a pasar como con la influenza española, la de 1918 que mató a muchos más de 20 millones en el mundo y varios miles de mexicanos – interpeló con brusquedad un sombrerudo malencarado.
- O va a ocurrir como con la gripe de China de hace unos pocos años, la llamada gripe aviar – cuestionó otra voz.
- No será que se reactivó el SARS que daban por liquidado – agregó otra voz medio burlona.
- O será el antrax de los experimentos de la guerra biológica – se oyó un grito impaciente.
“Lo mejor es proceder como los científicos y así evitar la explosión de miedos –insistía el médico con serenidad admirable, a pesar de las
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