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Civilización vs. barbarie : un tópico para tres siglos


Enviado por   •  26 de Julio de 2021  •  Informe  •  59.413 Palabras (238 Páginas)  •  324 Visitas

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Civilización vs. barbarie : un tópico para tres siglos

Titulo

Featherston, Cristina Andrea - Autor/a; Iribe, Nora G. - Autor/a; Mainero, María G. -

Autor/a; Molina, Hebe Beatriz - Prologuista;

Autor(es)

La Plata

Lugar

Edulp

Editorial/Editor

2015

Fecha

Libros de cátedra

Colección

Walsh, Rodolfo J.; Gambaro, Griselda; Hernández, José; Análisis literario; Literatura;

Jeanmaire, Federico; Argentina;

Temas

Libro

Tipo de documento

"http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/idihcs/20171116035013/pdf_386.pdf"

URL

Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivadas CC BY-NC-ND

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

Licencia

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[pic 5]Libros de Cátedra[pic 6][pic 7][pic 8][pic 9]

Civilización vs. Barbarie

Un tópico para tres siglos

Cristina A. Featherston Nora G. Iribe

María G. Mainero

CIVILIZACIÓN VS. BARBARIE

UN TÓPICO PARA TRES SIGLOS

Cristina A. Featherston Nora G. Iribe

María G. Mainero

[pic 10][pic 11]

2014

ÍNDICE

Prólogo

Hebe Molina……………………………………………………………….…..        3

Introducción…………………………………………………………………..        7

Capítulo 1: Ser o no ser salvajes. El matadero y Facundo

Nora Gabriela Iribe……………………………………………………………        9

Capítulo 2: Leer entre líneas: La malasangre de Griselda Gambaro

Cristina Andrea Featherston……………………………………………....        74

Capítulo 3: Literatura y compromiso: “Esa mujer” de Rodolfo Walsh

María Grazia Mainero        115

Capítulo 4: Anacronismos y prejuicios en Más liviano que el aire de

Federico Jeanmaire

Cristina A. Featherston, Nora G. Iribe, María G. Mainero        146

Las autoras        176

PRÓLOGO

En el ámbito de las Ciencias Humanas, cuyo objeto de investigación son los textos producidos por los seres humanos, se debate acerca de si el corpus (o grupo de textos) que se estudia tiene rasgos peculiares que lo determinan como tal o si, en cambio, el corpus es un recorte decidido por el investigador según criterios personales (ideológicos, estéticos, etc.). Este debate parece pertinente frente a la temática que nos plantean Cristina Featherston, Nora Iribe y María Grazia Mainero al reunir El matadero, Facundo, La malasangre, Esa mujer y Más liviano que el aire como corpus para estudiar un “tópico para tres siglos” de literatura argentina: ‘civilización vs. barbarie’.

La primera alternativa –el corpus preexiste a la investigación– implica aceptar que el tópico ‘civilización vs. barbarie’ es convocante, que motiva a muchísimos escritores porque describe una situación real de la sociedad argentina: hay (habría) un anhelo colectivo de alcanzar la civilización, esto es, niveles muy favorables de sociabilidad, al mismo tiempo que un rechazo a toda forma social que atente contra la convivencia armónica entre los miembros de esa sociedad.

La segunda alternativa –el corpus es armado por los investigadores– apunta a trasladar la responsabilidad al estudioso: es este quien propone a la sociedad lectora una serie de textos en los que cree ver la antinomia ‘civilización vs. barbarie’, tópico que puede ayudar a ordenar el caos de  lecturas posibles ante las infinitas publicaciones que aparecen cada día.

En definitiva, ¿la antinomia ‘civilización vs. barbarie’ es una marca identitaria de nuestra literatura o solo una línea de investigación posible? Las autoras no proporcionan una respuesta única, contundente, porque su finalidad es pedagógica: incentivar a los alumnos a leer reflexivamente una diversidad de textos y, a partir de esas lecturas, observar la nación que conformamos, el espejo en que nos miramos todos los días; en definitiva, a hallar sus propias

respuestas. Ellas son conscientes de que la antología es incompleta por la fuerza de los límites gráficos, pero no por la escasez de material.

Creo que tienen razón. En la literatura argentina –en este conjunto de textos, autores y lectores– la antinomia ‘civilización-barbarie’ se discute abiertamente o se esconde entre líneas, pero no desaparece; nos interpela a través de diversas metáforas o de imágenes transparentes, pero nunca enmudece del todo; susurra o grita, pero siempre se escucha. ¿Por qué será?

En los tiempos de Juan Manuel de Rosas, a mediados del siglo XIX, Esteban Echeverría y Domingo Sarmiento –entre otros– proponen un modelo ideal de sociedad y de política, la “civilización”, que está poco arraigada en la Argentina de entonces; es, pues, un anhelo común; aún más, una utopía. Y, como toda utopía, solo existe en los sueños de los intelectuales que, a fuerza de palabra provocadora y combativa, quieren convencer a sus compatriotas de que no hay propósito colectivo más importante que ese. Pero convencer a todos de una convicción que pocos ven con claridad es una misión ardua y desencantadora. La sociedad real tiene más de “barbarie” que de “civilización” porque la nación, recién nacida, todavía no sabe lo que quiere. Y no saber lo que se quiere ser es ser bárbaro. Para estos autores, la barbarie tiene cara de líder autoritario de un pueblo cómodo y domesticable, que se conforma con las rutinas cotidianas y no aspira a ideales filosóficos, sea en la ciudad de Buenos Aires bajo el gobierno de un tirano, sea en el campo extensísimo, donde el gaucho o aquellos que mezquinamente denominamos “indios” han andado gustosos, sin límites ni ataduras. La barbarie tiene cara de todo aquel que se quiere mantener al margen de la utopía defendiendo sus propios intereses.

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