Comentario Hermandad de los Reyes Católicos

• Comentario de texto: “1498. Pragmática sobre la Hermandad castellana”.

Blanca Gómez Benítez

Historia Moderna de España

3º Grado de Historia (Universidad de Huelva)

Nos encontramos ante un texto denominado “1498. Pragmática sobre la Hermandad castellana”, el cual fue originado el día 29 de junio de 1498 en la ciudad de Zaragoza. Podemos calificarlo, según su naturaleza, como texto jurídico. Su autora individual, Isabel La Católica, tenía la intención o finalidad de que sus súbditos y la propia organización y miembros de la Hermandad castellana supiesen que se ponía fin a la contribución y pagos que se destinaban a dicha institución. Aunque el funcionamiento de esta seguía siendo el mismo. De tal forma que el destino de la pragmática que aquí nos ocupa era público y de interés general, aunque de forma especial afectaba más a la Hermandad y las ciudades que se encargaban de financiarla.

En 1476, durante las cortes de Madrigal, a petición de los procuradores de distintos lugares de los reinos de Castilla, se implantó la unión de diferentes hermandades en una sola como medio para imponer un mayor orden y seguridad, es decir, imponer justicia. Debido a que esta era la obligación de los reyes. En 1485, en Torrelaguna, se impuso una nueva regulación para esta hermandad y pasarían a ser los vecinos quienes contribuyesen económicamente y sostuviesen dicha organización. Además, las provincias donde hubiera hermandades obtendrían una parte de su financiación para seguir manteniendo el orden.

Así como tema principal tenemos el fin de la contribución que las ciudades realizan a la Santa Hermandad, aunque esta se mantiene en funcionamiento. También se habla de la creación de esta, su importancia y la obligación que tenían los reyes de hacer cumplir la ley, mantener el orden y la seguridad. Es decir, de imponer su voluntad.

Hacia el año 1473, Enrique IV de Castilla, emprendió, con la autorización de los procuradores de las diferentes ciudades y villas, la formación de la Hermandad nueva general de los reinos de Castilla y León con el fin de dotar al territorio de un mayor orden y seguridad. Pero esta sería disuelta rápidamente, a la vez que, debido a la muerte de Enrique IV y a la guerra sucesoria, aumentaría la delincuencia. Por ello, se promovió la creación de una nueva Santa Hermandad. Dicho proyecto se hizo realidad en 1476, gracias a Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, en las cortes de Madrigal. En la carta fundacional de la Santa Hermandad quedaban recogidos sus principales funciones: proteger el comercio, imponer paz en los caminos, perseguir la delincuencia y bandolerismo, y, además, actuaría en la propia Guerra de Sucesión (pacificación de Galicia, los alrededores de Burgos…) y en la Reconquista, concretamente en la guerra contra Granada. Así el territorio de dividiría en 8 provincias (Burgos, Salamanca, Palencia, Valladolid, León, Segovia, Ávila y Zamora), siendo obligatoria la pertenencia a ella. Para cubrir sus gastos se gravaba todas las ventas dadas en cada territorio, exceptuando la carne. Para su organización se creó el Consejo de la Hermandad, al cual pertenecían un procurador de cada una de las provincias y cuatro personas más designadas por los reyes. La Junta de Almazán, prolongó por última vez la existencia de la Hermandad y sería el 29 de junio de 1498 en Zaragoza (como vemos en el documento) cuando se impuso que se suprimirían los tributos que durante años se habían gravado para financiar la Hermandad, lo cual supuso su desaparición institucional. En definitiva, la Santa Hermandad se trata de una asociación armada de distintas Hermandades que habían existido desde el siglo XI que perseguía la delincuencia. Su financiación corría a cargo de las diferentes ciudades y villas donde actuaba.

Por tanto, su contexto histórico se iniciaría con la Guerra de Sucesión que tiene lugar entre 1475 y 1479, hablamos del conflicto bélico que se dio entre los partidarios de Juana de Trastámara y los de Isabel I de Castilla por el trono de Castilla, que finalmente se saldaría con el ascenso al poder de Isabel, junto a su marido Fernando II de Aragón, en el año 1479 mediante el tratado de Alcáçovas-Toledo. Continuaría durante el mandato de los Reyes Católicos, el cual está caracterizado por la organización centralista que impusieron del gobierno y la administración, las reformas en cuanto a la seguridad ciudadana y a la economía. Además, posibilitaron el viaje de Colón y el posterior descubrimiento de América (1492) y el fin de la Reconquista, con la toma del reino de Granada (1492). Además, emprendieron cruzadas contra los musulmanes, expulsaron a los judíos del territorio español e intentaron expandir la religión cristiana por América. Gracias a todo ello recibieron el nombre de Reyes Católicos por el papa Alejandro VI. Isabel moriría en 1504 y Fernando seguiría gobernando hasta su muerte en 1516.

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