Comunidad Primitiva
Enviado por victorqsv • 26 de Agosto de 2014 • 1.555 Palabras (7 Páginas) • 186 Visitas
Comunidad Primitiva
El régimen de la comunidad primitiva es, históricamente, la primera forma que la sociedad adopta después de que el hombre se separa del mundo animal, cuando, en un largo proceso de trabajo, adquirió las cualidades que le diferencian del resto de los seres vivos.
Los instrumentos de trabajo con que la humanidad contaba en las fases iniciales del régimen de la comunidad primitiva no podían ser más rudimentarios: el palo, el hacha de piedra, el cuchillo de pedernal y la lanza con punta del mismo material; más tarde son inventados el arco y la flecha. Los medios de subsistencia procedían de la caza y la recolección de frutos silvestres, mucho más tarde surgió la agricultura a base del trabajo con azada. La única fuerza motora que se conocía era el músculo del hombre.
El nivel de las fuerzas productivas hallábase en concordancia con las relaciones de producción que existían entre los hombres. Con aquellos instrumentos de trabajo y armas el individuo aislado era incapaz de hacer frente a las fuerzas de la naturaleza y de proporcionarse el sustento. Únicamente el trabajo en común (la caza, la pesca, etc.) de todos los miembros de la comunidad primitiva, su solidaridad y recíproca ayuda podían asegurarles la obtención de los recursos necesarios para su vida. El trabajo en común traía consigo la propiedad en común de los medios de producción, que era la base de las relaciones de producción en aquella época. Todos cuantos integraban la comunidad hallábanse en relaciones iguales respecto de los medios de producción; nadie podía despojar de ellos al resto y atribuírselos en propiedad privada.
Al no existir propiedad privada no podía haber explotación del hombre por el hombre. Los rudimentarios instrumentos de trabajo, aun utilizándose en común, proporcionaban tan pocos medios de existencia que apenas si cada individuo podía sustentarse. No quedaba excedente alguno que se pudiera quitar al productor en beneficio de otros miembros de la sociedad. Y como no había explotación del trabajo ajeno, no se sentía la necesidad de un aparato especial de coerción. Las sencillas funciones del gobierno de la comunidad eran ejercidas colectivamente o encomendadas a los hombres más respetados y expertos.
Las particularidades de la comunidad primitiva venían determinadas, pues, por el bajo nivel de desarrollo de la producción, y por la impotencia en que el hombre se veía ante una naturaleza temible. La dependencia de los hombres respecto de la naturaleza, extraña e incomprensible, que se oponía a ellos, se reflejó en sus concepciones religiosas de una ingenuidad infantil. El hombre se sometía a la autoridad de la comunidad, de la gens o de la tribu, seguía ciegamente las tradiciones y costumbres. La colaboración y la ayuda mutua se extendían entonces únicamente a los miembros de una tribu. Las tribus mantenían a veces entre sí cruentas guerras. El régimen de la comunidad primitiva, aunque sin las deformaciones ni los repelentes rasgos que la explotación trajo posteriormente a la sociedad y a los hombres, estuvo muy lejos de ser la «Edad de Oro» del género humano.
Con el tiempo, el régimen de la comunidad primitiva entra en la fase de su desintegración. Las causas fundamentales de su decadencia y desaparición residían en el desarrollo de las fuerzas productivas. Los hombres llegan poco o poco a aprender el arte de fundir el metal. Las armas y utensilios de piedra van siendo desplazados por los de metal. Se propaga el empleo del arado con reja metálica, las hachas de metal, las puntas de flecha y lanza de bronce y de hierro, etc. Siguió progresando la agricultura. La domesticación de animales y su empleo como fuerza de tiro para cultivar la tierra elevó considerablemente el rendimiento del trabajo.
El desarrollo de las fuerzas productivas -de los instrumentos de trabajo y de los hábitos y experiencia de los trabajadores- da lugar a importantes cambios sociales. Prodúcese la división social del trabajo: el pastoreo se separa de la agricultura; luego las industrias artesanas se constituyen como ocupaciones independientes. Comienza a ampliarse el intercambio de productos del trabajo, primero entre las tribus y después en el seno de la propia comunidad. Gradualmente se hace innecesario el trabajo en común de la comunidad entera. La tribu y la gens se descomponen en familias, cada una de las cuales se convierte en una unidad económica autónoma. El trabajo se concentra en dichas unidades, aparece la propiedad privada y se hace posible la explotación: la producción había progresado tanto que la fuerza de trabajo humana rendía ya más de lo necesario para el simple sustento del propio trabajador.
La necesidad y el deseo de los hombres de aliviar su trabajo y de disponer de reservas para hacer frente a las calamidades naturales movieron a perfeccionar los instrumentos y desarrollar los hábitos de trabajo. Mas al cambiar los instrumentos de trabajo, los hombres -al margen de su voluntad, inconscientemente, sin adivinar siquiera las consecuencias sociales a que esto conduciría- preparaban
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