Comunidad Triqui en el Poblado Miguel Alemán
Enviado por Alma Valdez • 1 de Marzo de 2018 • Documentos de Investigación • 1.344 Palabras (6 Páginas) • 193 Visitas
COMUNIDAD TRIQUI | |
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28/11/2017 | Comunidad Triqui en el Poblado Miguel Alemán |
Colaboradores: Madai Torres Franco y Alma Valdez Gámez. |
Migrar en busca de mejores condiciones de vida es un fenómeno universal que caracteriza al ser humano. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2005:13) existen cerca de 192 millones de personas que viven fuera de su país de origen, lo cual representa alrededor de 3% de la población mundial (UNFPA, 2007: 1).
La historia de los asentamientos urbanos y rurales conformados por su mayoría de inmigrantes indígenas, se remonta a unos sesenta años atrás. Quizá el caso más documentado es del poblado Miguel Alemán en la Costa de Hermosillo, el cual se crea bajo el amparo de la ley de colonización de 1947 con la asignación de 305,000 hectáreas (Ramírez: 1998: 76), sin embargo, es hasta 1964 con el establecimiento de trabajadores indígenas, que en su mayoría provenían de poblaciones rurales o de la sierra del estado de Oaxaca.
Otro caso, es el ubicado en la zona agrícola de Altar-Caborca, llamada “Y” en donde, a mediados de los años ochenta se asentaron migrantes indígenas provenientes de los estados de Guerrero y Oaxaca.
Una comunidad más con presencia indígena es Estación Pesqueira, comisaría perteneciente al municipio de San Miguel de Horcasitas, en la cual se establecieron familias enteras pertenecientes a diversos grupos culturales –ej. mixteco, zapoteco, trique, mazateco-, entre otros con menos presencia numérica.
La expulsión y recepción de grupos de población se encuentra relacionada con la distancia geográfica que existe entre las regiones involucradas, la densidad de población de los territorios que participan en el proceso y los niveles de desarrollo que presentan (Arroyo, 1996). De tal forma, se pueden identificar regiones con alta densidad de población expulsando grupos de migrantes hacia regiones receptoras con baja densidad y mayores oportunidades de trabajo remunerado.
En el caso particular del estado de Sonora, se le clasifica como una entidad federativa de atracción de migrantes mestizos e indígenas. En el año 2000, el estado contaba con una población de 2’213,370 habitantes, 27.5% de los cuales se concentraba principalmente en la capital del estado -municipio de Hermosillo-, donde 86% es originario del estado y 14% provenía de otra entidad o país lo cual resultaba en un saldo migratorio de 6.8% (INEGI, 2002).
Entre los municipios con mayor migración destacan los casos de San Luis Rió Colorado con 41.0% y San Miguel de Horcasitas con 28.5%. Por otro lado, la población hablante de una lengua: se estima que existen cerca de 55, 694 personas (INEGI, 2005: 35) de las cuales 25,057 son mujeres y 30,637 son hombres, lo que se traduce en una distribución de 45.0% y 55.0%, en el mismo orden; en relación con el año 1990, las proporciones son muy similares.
En los 72 municipios del estado reside al menos un hablante de lengua indígena, respecto a su población de 5 y más años son: Etchojoa al sur del estado, tradicional asentamiento de hablantes de mayo; San Miguel de Horcasitas al centro con 13.7%; de escasa población, cuenta con importantes campos de viñedos y/u hortalizas que atraen migrantes del estado de Oaxaca y otras entidades.
Una situación, que no es nueva en la entidad, es el asentamiento de indígenas en predios cercanos a los campos o zonas rurales, conformando importantes centros de población en condiciones sumamente precarias, donde los problemas más graves se relacionan con la ausencia y falta de servicios educativos, salud y de servicios públicos.
Desde años atrás, se ha observado, como el proceso migratorio de muchas de las etnias del país, ha aumentado, esto debido a la falta de oportunidades en su lugar de origen, la invasión de otras personas a su territorio o el despojo de éste, provocando así una pérdida significativa de su cultura y sus lenguas.
También resulta desalentador que no exista manera de emplearse en sus propias comunidades; en los trabajos artesanales realizados por ellos subsisten problemas de comercialización, pues viven en sitios alejados de donde éstos se puedan vender.
Los problemas que las comunidades indígenas presentan, específicamente en el caso de los Triquis en Sonora, es lo que atrae a los dueños de grandes campos agrícolas, y aprovechando la necesidad de las personas, viendo en ellos la posibilidad de mano de obra barata, prometiéndoles “mejores condiciones”, para muchos esto es una gran oportunidad, y sin conocer el lugar donde irán a trabajar aceptan, para muchos significa dejar a sus familias, otros deciden llevar a su familia y comenzar de nuevo.
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