Con Las Riendas Del Poder: La Derecha Chilena En El Siglo Xx

Sofía Correa en su libro “Con las riendas del poder: la derecha chilena en el siglo XX”, da cuenta del papel que juega la derecha durante el siglo XX en Chile, sobre sus partidos, sus estrategias políticas, económicas y sociales, así como también los desafíos que ha debido afrontar para ser la derecha de hoy. En un comienzo se dará un pequeño resumen de cada capítulo y luego se tratarán en mayor profundidad siguiendo el orden numérico.

Este libro en un comienzo pretende definir de cierta manera lo que se entiende como derecha, así en el capítulo uno se abre la pregunta ¿Qué significa ser de derecha?, se habla sobre sus partidos políticos, la elite, el empresariado y el rol de El Mercurio. Luego en el segundo capítulo se analiza cómo la derecha enfrenta la pérdida del control estatal al ver que el frente popular gana las elecciones presidenciales de 1938. Ya en el tercer capítulo se habla sobre cómo la derecha va perdiendo el poder gracias a que tanto el Partido Liberal como el Partido Conservador no han podido llegar a un acuerdo, optando por designar uno por cada partido en las elecciones de 1946, perdiendo la cohesión como derecha.

En el cuarto capítulo se desarrolla la “crisis integral”, analizando la crisis partidista y la crisis económica. Además se habla sobre el populismo y el gobierno de Carlos Ibáñez. Siguiendo en el quinto capítulo con la formulación, por parte de la derecha, de un proyecto de modernización capitalista, ya que ve la necesidad de abandonar las políticas de intervención y apoyo estatal. En el sexto capítulo se habla sobre el gobierno de Jorge Alessandri, su fracaso y el de la derecha política. Finalmente en el capítulo siete se analiza el colapso de los partidos históricos, la derecha pinochetista y se habla sobre una nueva derecha.

El capítulo I introduce el tema de la derecha chilena, presentando el término de derecha e izquierda según el concepto, remontándose a la Revolución Francesa, cuando se utilizaban para ordenar el campo político y de esta manera se van haciendo varias distinciones, según el contexto histórico, el concepto de desigualdad y de poder. Además este capítulo analiza el poder económico de la elite tradicional, haciendo énfasis en que ésta se consolidó gracias a las relaciones de negocios y a las alianzas matrimoniales entre familias terratenientes, formándose las asociaciones empresariales. Como se mencionó anteriormente, éstas representaban a la clase dirigente que ejerció el poder político a través de canales institucionales, que debían competir por el control del Congreso y del Ejecutivo. Consolidándose en la segunda mitad del siglo XIX los primeros partidos políticos. De esta manera se crearon el Partido Conservador, que defiende los intereses de la Iglesia Católica, el Partido Liberal, que busca disminuir la influencia del catolicismo en la vida social y el Partido Radical, que se definía como positivista.

Los dos primeros partidos representaban la derecha política y a su vez a la clase dirigente, siendo el principal factor de distinción el grado de adhesión a la Iglesia Católica, pero ambos estaban de acuerdo con el capitalismo y la propiedad privada. De esta manera, como menciona Sofía Correa (2005), “la derecha compartió (…) un anticomunismo y un rechazo a la organización sindical (…) Fue reticente a la intervención estatal, limitándolo a una tarea de guardián del orden público” (p. 48). Además la derecha chilena tuvo como portavoz el diario El Mercurio que impuso un periodismo informativo, objetivo e imparcial, presentándose como representante de la opinión pública y teniendo un rol importante en la política chilena del siglo XX.

El capítulo II, titulado “Habrá que compartir el poder”, menciona que luego de que la derecha no puede contar con el apoyo de los militares, se apoya en el Partido Radical, para retomar el poder político que estaba radicado en el Congreso Nacional. Todo esto tiene como causa el surgimiento del Frente Popular, constituido por las izquierdas chilenas; el Partido Comunista, Socialista y Radical. A pesar de esto la derecha todavía tenía el control sobre el poder Legislativo, triunfando en las elecciones parlamentarias lo que llevó a que los partidos de la derecha lograran mantener el control sobre el Congreso Nacional. Este poder electoral tiene como fuente el cohecho o compra de votos y las relaciones de la redes con los caciques de provincia. Además tiene como fuente de poder la sumisión campesina, donde el inquilino debe votar por el candidato del patrón, también se puede mencionar al empresariado para ser representados en el Estado.

La derecha tuvo dos problemas principales durante el gobierno del Frente Popular, uno era la extensión de las atribuciones estatales y otro en las políticas sociales del mismo, de estos provendría el peor escenario para las fuerzas de derecha. Pero “la derecha contó con suficiente poder político para negociar con los partidos reformistas que controlaban el Ejecutivo, debido a su poder electoral expresado en una amplia representación parlamentaria” (Correa; 2005: 102). Así la derecha para poder defenderse y lograr el poder nuevamente, contó con el orden institucional, donde se encuentran los partidos Conservador y Liberal. En conclusión, lo que le permitía a la derecha a respetar las elecciones y constituciones, era la fuerza parlamentaria que permitía negociar y neutralizar cualquier cosa que afectara sus intereses, como la creación de la CORFO o del mismo Frente Popular.

Luego en el Capítulo III se menciona que, “entre 1946 y 1950, la derecha se vio enfrentada a una fuerte tensión política producida por el cuestionamiento que los conservadores socialcristianos hicieron del capitalismo liberal” (Correa; 2005: 140). Esto se ve, ya que los partidos de la derecha, en las elecciones presidenciales de 1946 no pudieron llegar a un acuerdo en cuanto a quien presentar como candidato, por lo que el partido Conservador presentó a Eduardo Cruz-Coke y el Liberal a Francisco Bulnes Correa. Entendiendo como principal fuente de división el impacto socialcristiano en el Partido Conservador, adquiriendo un carácter más de izquierda con el apoyo de la Falange Nacional. Además, teniendo como candidato a Cruz-Coke, ganaron un carácter populista, rechazado por el Partido Liberal.

También el capítulo habla sobre una división dentro del Partido Conservador, se presentaron los “socialcristianos” y los “tradicionalistas”, que se diferenciaban principalmente por las alianzas políticas. Mientras que los tradicionalistas consolidaban una alianza con los liberales, los socialcristianos rechazaron cualquier relación con ellos. Los primeros permanecieron en la derecha optando por el capitalismo liberal, oponiéndose al populismo socialcristiano, mientras que

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