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Crisis Economica En Mexico De 1970 A 2012 Con Aspectos Economicos, Sociales Y Politicos.


Enviado por   •  12 de Enero de 2014  •  6.035 Palabras (25 Páginas)  •  1.643 Visitas

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Introduccion:

Desde los años setenta las crisis recurrentes de la economía mexicana se inscriben en un largo proceso de desestructuración que ha modificado el régimen de acumulación; los cambios han afectado al sector externo, manufacturero y financiero, sin que hayan podido darse condiciones adecuadas para un crecimiento estable. La inclinación a adjudicar la ciclicidad de las crisis a errores de estrategia de los gobiernos en turno no explica de manera congruente el estancamiento estructural, debido a desequilibrios básicos gestados durante un cuarto de siglo y cuya superación implica la recomposición del aparato productivo en su conjunto, dada la pretensión de insertar eficientemente a México en una economía global altamente competitiva a partir de la apertura comercial.

Es claro también que en todo proceso de acumulación hay tanto factores externos como internos que conjuntamente determinan el ritmo y orientación de la misma por ello, en la sección i del presente artículo se analiza la inserción de la economía mexicana en una economía mundial globalizada, en lo que constituye la diferencia externa de la acumulación, y que se expresa en la creación de nuevos espacios de integración-fragilidad, así como en nuevas formas de estructuración de la relación dominación-subordinación, distintas de aquellas derivadas del análisis tradicional centro-periferia y en el que los desórdenes financieros desempeñan una función principal.

En la sección se estudia la complejidad interna de la acumulación por medio de la desarticulación entre lo productivo y lo financiero, los desequilibrios básicos en la producción y el sector externo (deuda, tasa de interés, exportaciones e importaciones), así como la desarticulación entre acumulación y distribución por los desajustes en las principales variables macroeconómicas (producción, inversión, ahorro y consumo). Todo ello con el propósito de explicar la dimensión de la crisis estructural de la economía mexicana. Por último, en la sección iii se hace una propuesta metodológica a fin de interpretar las desarticulaciones anteriores como cristalización de la ruptura orgánica del régimen de acumulación y, por ende, como transición de la acumulación extensiva-intensiva hacia la intensiva-extensiva.

Economia Mexicana En Crisis:

De la manera más esquemática, una crisis se caracteriza por una interrupción brusca de la producción, pero las causas de ello son de diferente naturaleza, lo cual determina la forma en que ésta se manifiesta. Así, por ejemplo, en 1976 el factor detonante en la economía mexicana lo fue la devaluación monetaria, lo mismo que en 1994 pero en escenarios diferentes. En el primer caso el mercado bursátil no tuvo ninguna relevancia, en cambio en el segundo se convirtió en el catalizador del desequilibrio para el conjunto de la economía. Y en 1982 la caída de los precios petroleros fue lo que desencadenó la crisis, en tanto que en 1987 lo fue el crack bursátil.

Por tanto, puede distinguirse entre una fuente de origen (factor detonante) y un mecanismo de transmisión de la crisis. Los mecanismos de transmisión, según la fuente de origen, van de la esfera productiva hacia la circulación y viceversa.

Es claro, por ejemplo, que en 1994 el mecanismo de transmisión va de la circulación (circuitos monetarios-financieros) hacia la producción, en tanto que en 1982 va de la producción a la circulación.

También al interior de la fuente de crisis pueden distinguirse diferentes niveles (o segmentos) de origen. Por ejemplo, en la producción no es toda la llamada “economía real” o la producción en general, sino un sector productivo en particular, como lo fue el petróleo en 1982. Lo mismo se aplica a la circulación ya que, por ejemplo, en 1976 se trata de un desorden monetario (devaluación) que provocó desórdenes financieros pero no bursátiles.

El escenario cronológico de las crisis en México de 1970 a 1976 es el siguiente:

Al terminar 1976, México atravesaba por una gran crisis económica caracterizada por una espiral inflacionaria, un estancamiento en el crecimiento del producto, una deuda exterior voluminosa y creciente, una contracción de la inversión privada, un sector financiero en condiciones críticas, una moneda devaluada y con tipo de cambio inestable y una "pérdida de confianza" de amplios sectores de la población en la capacidad del Estado para conducir al país por vías económicas y políticas seguras. Seis años antes, en 1970, la situación era justamente inversa: la economía mexicana era considerada como el ejemplo a imitar de una estrategia del sector externo, control de precios y crecimiento económico.

La acción se inicia en 1971. Bajo presiones inflacionarias el Estado opta por la austeridad, con el objeto de no sobrecalentar la economía y detener el aumento de los precios. La iniciativa privada, temerosa, no invierte. A fin de año, el resultado es un crecimiento económico mínimo, un aumento en la inflación y una leve mejoría en la cuenta corriente de la balanza de pagos. 

Los años de 1972 y 1973 presencian lo que sería la tónica del sexenio de Echeverría: el sector privado recibe con alarma y rechazo las nuevas medidas del Estado, como las tendientes a regular la inversión extranjera o las dirigidas a establecer una mayor participación del Estado en la economía, y reduce fuertemente la inversión; el sector público adopta una política de recurrente aceleración y freno del gasto público. El resultado económico de esos dos años se resume en un mayor crecimiento, pero también en mayores desequilibrios comerciales y financieros, y en una inflación cada vez mayor. A fines de 1973 el Estado sabe que ha emprendido un viaje sin regreso: ha comenzado un proceso de ajuste que promete poner fin a la estructura económica anquilosada que se heredó del "desarrollo estabilizador". Si se detiene ahí no logrará nada o aún podrá perder terreno.

Ya en 1973 se advierte que el proceso iniciado está desencadenado de manera creciente el efecto de las contradicciones heredadas del modelo anterior, especialmente en balanza de pagos y situación fiscal.

El periodo que media entre enero de 1974 y agosto de 1976 establece los prolegómenos del desenlace. Además de la necesidad de continuar con el ajuste estructural de la economía, las condiciones coyunturales, caracterizadas en lo externo por una profunda recesión económica y fuertes presiones inflacionarias, y en lo interno por una retracción de la inversión privada, obligan al Estado a participar activamente en la economía, con el objeto de promover la inversión productiva y la producción de bienes básicos. El instrumento utilizado es nuevamente la expansión del gasto público en

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