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Crisis Economica En Mexico


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2013  •  3.279 Palabras (14 Páginas)  •  383 Visitas

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CRISIS ECONOMICA EN MEXICO: 1982

En 1977 López Portillo establece un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) comprometiéndose a "limitar el endeudamiento público, reducir el medio circulante, restringir el gasto público, fijar topes a los aumentos de salario, liberalizar el comercio exterior y limitar el crecimiento del sector paraestatal de la economía".

Sólo durante un año el gobierno mexicano cumplió con lo pactado pues con el descubrimiento de los yacimientos petroleros, la política económica sufrió considerables modificaciones; por ejemplo en el rubro de las inversiones el Estado orientó sus esfuerzos en la construcción de una infraestructura petrolera.

Con la mina de oro que representó el petróleo para México, el gobierno creyó haber encontrado el fin de las penurias económicas, al menos así lo reflejó el intenso crecimiento económico que se experimentó a partir de 1978 y que duró hasta los inicios de la década de los 80´s. Esta mejoría fue lograda en gran medida a la exportación del petróleo en crudo, actividad que ocupó el lugar central de la economía mexicana a finales de los 70´s ya que atrajo más de la mitad de la inversión pública, secundándola el área de servicios turísticos y urbanización.

Cabe señalar que el capital invertido fue producto de préstamos externos, que al tener por aval al petróleo no dudaron en otorgarle créditos al Estado mexicano y al sector privado, mismo "que incrementó su deuda con el exterior de 6 800 millones de dólares en 1976 a 19 107 millones de pesos en 1982: casi el triple". (Gurría, 1993 p. 19) El entusiasmo que el petróleo trajo consigo se ve plasmado en el Tercer Informe de Gobierno del Presidente López Portillo:

El petróleo es nuestra potencialidad de autodeterminación, porque nos hará menos dependientes del financiamiento externo y mejorará nuestras relaciones económicas internacionales.

Por no sólo eso: las posibilidades de explotación, transformación, inducción y asociación que a partir del petróleo podemos lograr nos permiten trazar una sólida estrategia de energéticos, actuar con una demanda asegurada de bienes de capital y, por ende, facilitar la planeación de la industria y sus asociaciones con el transporte, los asentamientos humanos, la educación, la capacitación, el desarrollo social y principalmente la agricultura.

Pero a pesar de la recuperación el fenómeno no benefició directamente a la población, pues sus salarios se mantuvieron sin grandes modificaciones, peor aún, a éstos se les impusieron los llamados topes salariales, que según la versión oficial, no perjudicaban gravemente a los asalariados, pues se había incrementado la oferta de empleos.

La reacción natural a este hecho fue, entre otras, la migración hacia Estados Unidos lugar donde podrían obtener los recursos suficientes para allegarse de bienes materiales. El perfil de los inmigrantes era el de una mayoría masculina que tenían entre 16 y 30 años, cuyo estado civil era de soltero, es decir, el sector con mayor capacidad productiva que no encontraba en su país empleos bien remunerados, pues en México durante 1978, el salario mínimo se mantuvo en 107.11 pesos registrando un ascenso de 15.96 en 1979.

INEGI

Esta situación propició que en Guadalajara la Cámara de Comercio señalará que "un sin fin de puestos callejeros comerciales y vendimias de todas clases se han estado apoderando de todas las calles y avenidas" (El Informador, Martes 29 de agosto de 1978, año LXI, T.CCXXXVI, núm. 21755 p. 1)

Cabe señalar que un dólar ganado por esas personas en Estados Unidos, equivalía en 1982 a 57.18 pesos, cotización que durante el periodo de 1977-1981, se mantuvo estable después de un periodo en el cual la moneda estadounidense presentó incrementos significativos.

Pero ¿por qué la población toleró estas condiciones? Primeramente habría que mencionar la pasividad sindical, que al servicio del estado no podía sino mantenerse al margen, tranquilizando a sus agremiados con discursos que ofrecían una pronta mejora de las condiciones laborales; por otro lado estaban frescos los sucesos del 68 y 71, de la represión a la que el gobierno fue capaz de llegar con tal de parar las manifestaciones; sumado a lo anterior, el subempleo permitía allegarse de más ingresos. Finalmente, la recepción de remesas enviadas desde el vecino país del norte y la solidaridad familiar también participó en el aguante de la sociedad. (Rey 1987, pássim)

Los legisladores por su parte opinaron al respecto señalando que la condonación del pago de impuestos a las clases más necesitadas, ayudaría a mejorar su situación, al menos así lo declaró el Senador Gracialiano Alpuche Pinzón, quien apoyándose en los resultados obtenidos en otros estados señaló que sería el medio para "frenar la inflación y evitar un aumento general de salarios" (El Informador, Martes 01 de agosto de 1978, año LXI, t. CCXXXVI, núm. 21727 p. 1). Sin embargo parecería que ninguna acción tomada parecía frenar el impacto de la crisis, pues observamos en los periódicos locales de 1978, que la venta de autos y casas aumentó de manera alarmante.

Respecto a la economía nacional, la exportación de petróleo había permitido mantener cierto equilibrio, pero la situación se agravó pues no sólo aumentó la captación de recursos ya que la deuda externa de "representar 37 mil millones de dólares en 1978, pasó a 71 mil millones de dólares en 1981". (Guillén, 1990 p. 58) Dicho incremento se presentó gracias al alza en los intereses, que tan sólo con el aumento de éstos del 1%, México tenía que pagar anualmente por concepto de intereses 323 millones de dólares. Cabe hacer la observación que el nivel de endeudamiento se elevó tanto por que se legó el plazo de los vencimientos de loa préstamos obtenidos a partir de la crisis de 1976.

Esta situación aunada a la disminución de cuatro dólares por barril, provocando que en 1982, México recurriera nuevamente al préstamo externo con el fin de "frenar la fuga de capitales y cubrir el servicio de la deuda externa" (Guillén, p. 47), sólo que ahora el vencimiento de los créditos eran a corto plazo. Entre las consecuencias que trajo consigo, encontramos que, el dólar duplicó su valor ante el peso y se nacionalizó la banca pues se le culpó de la fuga de capitales, provocando de esta manera una severa crisis económica.

Al respecto el gobierno mexicano activó mecanismos para renegociar la deuda externa, evitar paros laborales, la fuga de capitales y desempleo; con lo que respecta a la deuda, el Secretario de Hacienda Jesús Silva Herzog, logró una prórroga en el pago que para entonces era calculada en 60 000 millones de dólares. (El Informador, Sábado

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