Crisis Economica
Enviado por • 28 de Enero de 2014 • 2.718 Palabras (11 Páginas) • 250 Visitas
Las crisis económicas de México en 1976 y 1982
En los años previos y posteriores a la crisis de 1976 el empleo, el valor de la moneda, la migración del campo a las ciudades y a los Estados Unidos de Norteamérica, el monto del salario y el costo de la canasta básica, presentaron variaciones que van en perjuicio de la clase trabajadora. Con la crisis económica de los años ochentas la situación social fue más preocupante, pues aún la sociedad no se recuperaba de la crisis anterior, por lo que se originó una pauperización de de los grupos más marginados al mismo tiempo que la riqueza se concentra en pocas manos. Esta situación desencadenó un aumento en los índices delictivos, por lo que a partir de este momento, las autoridades comienzan a plantear a las crisis económicas como un factor criminógeno.
En la crisis económica de los años ochentas, la situación social fue diferente los mismos factores continúan teniendo variaciones en perjuicio de la clase media y trabajadora, generándose una pauperización de los grupos más marginados y la riqueza se concentra en pocas manos, la sociedad en este periodo sí reciente de sobremanera la mala administración de los recursos públicos, sus ingresos se ven disminuidos considerablemente por los bajos salarios y los costos elevados de los productos de primera necesidad, el desempleo aumenta a cifras nunca vistas, el dólar alcanza la cotización más alta de los tiempos, se generó más migración hacia Norte América, cada año aumentaba la deuda externa tanto como la interna, por lo que podemos determinar el inicio de una crisis permanente en México de la que aun no salimos y no se le ve salida.
1. La economía mexicana en los 70´s
Es a mediados de la década de los 70´s cuando México experimenta una crisis provocada por el deterioro del modelo de sustitución de importaciones, que llegó a ser limitado para responder a las circunstancias económicas internacionales.
Para afrontar esta situación, el presidente Luis Echeverría, aplicó reformas para afrontar los estragos de la crisis. Con ellas se pretendió "la disminución del endeudamiento externo y la promoción de las exportaciones, principalmente manufactureras" (Guillén, 2000 p. 40). Sin embargo estas iniciativas no menguaron el disgusto de los empresarios que ejercieron mayor presión sobre el gobierno a medida que pasaba el tiempo, de esta manera comenzaron a sacar sus capitales del país, generando con ello, que la intervención estatal se intensificará sobre la base de préstamos obtenidos en el extranjero iniciando un gran endeudamiento con el exterior.
Tal situación motivó, entre otras cosas, que el salario no sufriera incrementos en los últimos meses, generando declaraciones de huelga en las que se exigía principalmente el incremento salarial. Frente a estos movimientos, la clase empresarial mexicana señalaba que la huelga, era factor que contraía la producción y que promovía la violencia "provocada por grupos sindicales que, llamándose independientes pretenden provocar un desquiciamiento económico general" (El informador, Sábado 14 de agosto 1976, año LIX, t. CCXXVIII, núm. 21,012 p. 1)
En el incremento pedido por los trabajadores se debía, a que el salario mínimo no había aumentado durante los últimos doce meses por lo que "la Comisión Regional para la Fijación de Salarios Mínimos acordó por unanimidad el incremento del veintidós por ciento" (Orozco, 1975 p. 11) es decir, el salario aumentó de 58.19 pesos a sólo 70.35 pesos, con los cuales se tenían que comprar productos como el frijol, que por kilo, costaba 5.90 pesos o de jitomate cuyo costo era de 6.95 pesos el kilo.
Pero lo peor no radicaba en el alza de los precios, sino en el creciente número de desempleados que la crisis traía consigo, pues éstos aumentaron el índice del subempleo que alcanzaría sus niveles más altos en la crisis de 1982.
En este caso se mencionarán factores como el desempleo debido a que es considerado un factor criminógeno el cual puede ser "un estímulo endógeno, exógeno, mixto que concurre a la formación del fenómeno criminal" (Rodríguez, 1982 p. 463). A este elemento se le suman los siguientes:
Factores criminógenos de orden social que son, en orden de importancia: a) la desorganización familiar; b) la falta de educación; c) el desempleo; d) el alcoholismo (que tiene íntima relación con los factores anteriores); e) la migración campesina a la ciudad (que provoca marginación y engrosamiento de los cinturones de miseria), y f) la desordenada urbanización de las grandes ciudades. (Rodríguez, p. 134)
A los elementos anteriores les añadiría el crecimiento demográfico que ante un desordenado crecimiento provoca situaciones como:
Marginación, contaminación, neurosis colectiva, frustración colectiva, desempleo, deficiencias en los servicios públicos, saturación de vehículos que produce un tránsito insufriblemente lento, falta de oportunidades en la educación superior, falta de opciones recreativas. Y delincuencia en aumento. (De la Barrera, 1986 p. 119)
Por las repercusiones que tiene un aumento de la población, el gobierno federal, a través del Consejo Nacional de Población, sugirió en esos años que se controle el crecimiento demográfico pues, "los problemas que actualmente enfrenta el país demanda de alimentos, escuelas, hospitales, servicios públicos – aumentarán alarmantemente" (El informador. Jueves12 de agosto de 1979, año LIX, t. CCXXVIII, núm 21,010. p.1). Cabe señalar que la población del país en ese momento era de 72 millones de mexicanos.
Por ello el gobernador señaló que ante el inminente crecimiento de la población, la participación de la mujer en el ámbito laboral será primordial.
Las cifras tan preocupantes como las que ahora revelan que por cada persona activa dependen cuatro, plantean como una verdadera exigencia la mayor participación cultural y productiva de la mujer, que está destinada a ser uno de los factores importantes del desarrollo de nuestra Patria. Es el momento para la aplicación de programas que propicien la más efectiva participación de la mujer en todos los órdenes, puesto que habrá de ser el futuro un verdadero y seguro soporte de la vida económica y política de México. (Orozco, p. 74)
Aunque el reconocimiento de la problemática no frenó el crecimiento de la población, sí fue el momento donde se originan las campañas para la disminución de nacimientos, lo que años más tarde se nombraría con el eslogan de "la familia pequeña vive mejor".
Cabe señalar que en el caso de la ciudad incremento comenzó después de los 40´s el cual no se debió del todo a un aumento en la tasa de natalidad, sino a la disminución de los índices de mortandad
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