Crisis Financiera De Venezuela
Enviado por Casca • 12 de Septiembre de 2011 • 4.457 Palabras (18 Páginas) • 1.413 Visitas
INTRODUCCIÓN
Las instituciones financieras están en el negocio de la selección y manejo de riesgos, debiendo el banquero asumir desde la intermediación de baja contingencia y escaso dinamismo económico, hasta la financiación de innovaciones que se asocian a la más alta exposición, pero que, de suyo constituyen la clave del crecimiento económico. De allí que el gran acto de los banqueros y de los reguladores, es determinar el grado óptimo de exposición que las instituciones financieras deben asumir para impulsar desarrollo económico manteniendo al mismo tiempo los riesgos implícitos para los depósitos.
Se entiende por crisis financiera el estado que se produce cuando un número importante de intermediarios bancarios con severos problemas de solvencia, no puede continuar cumpliendo con las obligaciones contraídas frente al público. Esta circunstancia fuerza a las autoridades a decretar su intervención y adoptar otras medidas de emergencia que impidan la reproducción de situaciones similares en el resto del sistema bancario, afectando tanto al mecanismo de pagos como el normal desenvolvimiento de las actividades productivas, e incluso, dependiendo de las características y falta de las instituciones involucradas, las relaciones económicas internacionales del país.
Las crisis bancarias son fenómenos multidimencionales provocados por la prolongada gestación de diversos factores micro y macroeconómicos característica que hace extremadamente difícil determinar correctamente la respectiva relación de causalidad. Más aun, su complejidad puede llegar a dificultar una adecuada ponderación de los distintos factores que la originaron, así como a diferenciar, con grado razonable de objetividad y precisión, entre estos y los elementos que simplemente contribuyeron a retardar o acelerar su desarrollo.
CRISIS FINANCIERA DE VENEZUELA
En esta sección reseñamos brevemente los episodios de crisis financieras en Venezuela. Dichos episodios han acarreado pérdidas de bienestar, en la medida en que han generado caídas en el producto y en el nivel de empleo, pérdidas cuantiosas de reservas internacionales y desarreglos fiscales. De ello se desprende la necesidad de contar con indicadores que alerten a las autoridades para tomar medidas que eviten que situaciones de fragilidad financiera degeneren en episodios de crisis financieras.
Las crisis financieras en Venezuela han sido predominantemente cambiarias, en tanto que las crisis bancarias, entendidas como quiebras bancarias de relativa significación, se han registrado en dos oportunidades durante el período 1959-1999, coincidiendo con dos de las cinco crisis de balanza de pagos registradas en dicho período. En tal sentido, en la segunda mitad del siglo, Venezuela ha padecido dos “crisis gemelas”.
CRISIS CAMBIARIA DE VENEZUELA
Las crisis cambiarias se manifiestan en un colapso del régimen cambiario vigente, particularmente el del tipo de cambio fijo, y/o en una severa caída del nivel de reservas internacionales. Las causas pueden estar asociadas a la aplicación de políticas económicas incoherentes y al deterioro de las variables fundamentales de la economía (modelos de “primera generación”) o a un cambio repentino de las expectativas del mercado con respecto a la viabilidad del tipo de cambio, lo que genera ataques especulativos contra la moneda (modelos de “segunda generación”).
Con base en estos criterios relativos a la manifestación y causas de las crisis, y tal como se menciona en el trabajo de Guerra y Rodríguez (1998), se puede decir que Venezuela ha padecido cinco crisis cambiarias entre los años 1960 y 2000.
La primera crisis cambiaria se registra entre 1959 y 1960, en un entorno macroeconómico relativamente estable y en una etapa de transición política, cuando recién finalizaba un período dictatorial para pasar a un gobierno democrático. El período previo a esta crisis estuvo caracterizado por elevados niveles de crecimiento económico, estabilidad de precios, disciplina fiscal y superávit en las cuentas externas. Sin embargo, la incertidumbre asociada a los cambios políticos se hizo presente y para mediados de 1959 la economía comenzó a mostrar signos recesivos, debido en parte a la política monetaria restrictiva, y se registraron salidas de capitales.
El flujo de capitales hacia el exterior se intensificó en 1960, por lo que el gobierno decidió adoptar un control de cambios en noviembre de ese año y devaluar en un 35 por ciento. Paralelamente, se continuó con políticas monetaria y fiscal restrictivas, hasta que ellas y la menor incertidumbre política lograron estabilizar el mercado cambiario. Esta situación permitió abandonar el control de cambios y volver a la libre convertibilidad a principios de 1964, siempre dentro de un esquema de tipo de cambio fijo.
La segunda crisis ocurre entre 1982 y 1983, cuando la inconsistencia de las políticas macroeconómicas con el esquema de tipo de cambio fijo, provocaron un fuerte desequilibrio en la balanza de pagos que en su inicio se manifestó por la cuenta corriente, lo que a su vez pudo aumentar las expectativas desfavorables y agudizar el deterioro de la cuenta de capital. Es posible que esta crisis comenzara a formarse a mediados de la década de los setenta a raíz del boom petrolero y de la política fiscal expansiva, la cual fue haciéndose cada vez más inconsistente con el esquema de tipo de cambio fijo, más aún con el aumento que comenzaba a experimentar la tasa de inflación. En efecto, al analizar el período previo a esta crisis (1978-1981), se observan políticas fiscales y monetarias expansivas manifestadas, respectivamente, en déficit fiscal y en un incremento del crédito del BCV al sistema bancario.
Ya en 1978 se registra un déficit en cuenta corriente de US$ 5.700 millones, y aunque se iban pronunciando los desequilibrios internos en los años subsiguientes, el sustancial aumento de los precios del petróleo y la entrada neta de capitales permitieron posponer la crisis de balanza de pagos. Al producirse la crisis mundial de la deuda en 1982, la banca internacional decidió suspender el financiamiento a países en desarrollo, entre ellos, Venezuela. Ello explica el momento de la crisis, ya que el déficit comercial de 1978 fue muy superior al de 1982; pero en aquel año, las presiones sobre las reservas internacionales fueron atenuadas en parte por la entrada neta de capitales y por las expectativas favorables que unos meses después provocaron los nuevos aumentos en los precios del petróleo. Este hecho pone de manifiesto que los mayores ingresos petroleros contribuyeron a posponer no sólo la crisis de balanza de pagos, sino también el ajuste económico, lo que seguramente reforzó la propia
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