Cristianismo helenista
Enviado por Eliú Sabino • 20 de Octubre de 2017 • Resumen • 678 Palabras (3 Páginas) • 215 Visitas
En la segunda mitad del siglo XVIII, los eruditos en teología cayeron en la cuenta de que, la civilización griega ejerció una influencia profunda en la mente cristiana.
Por ejemplo el de los llamados rollos del Mar Muerto, han arrojado una nueva luz sobre este periodo de la religión judía y se han trazado paralelos entre la piedad ascética de la secta religiosa que vivía por entonces a orillas del Mar Muerto y el mensaje mesiánico de Jesús. Hay algunas semejanzas notables. Pero salta a la vista una gran diferencia; el hecho de que el kerygma cristiano no se detuvo, sino que superó su exclusividad y su aislamiento local y penetró en el mundo dominado por la civilización y la lengua griegas. Éste fue el hecho decisivo en el desarrollo de la misión cristiana y su expansión por Palestina y más allá de sus fronteras. Fue precedido por tres siglos de expansión mundial de la civilización griega durante el periodo helenista. Johann Gustav Droysen, que fue el primero en escribir su historia, se vio llevado a ello, según vemos ahora por su correspondencia publicada, por su fe cristiana y por el dogma, pues percibió claramente que sin la evolución posclásica de la cultura griega habría sido imposible el surgimiento de una religión cristiana mundial. Desde luego, el proceso de cristianización del mundo de habla griega dentro del Imperio romano no fue de ningún modo unilateral, pues significó, a la vez, la helenización del cristianismo. Pero lo que ha de entenderse por “helenización” no es algo claro de inmediato. En la edad apostólica observamos la primera etapa del helenismo cristiano en el uso del griego que encontramos en los escritos del Nuevo Testamento, que se continúa hasta los tiempos posapostólicos, hasta la época de los llamados Padres apostólicos. Éste es el significado original de la palabra hellenismos. El asunto del idioma no era, en manera alguna, materia indiferente. Con el uso del griego penetra en el pensamiento cristiano todo un mundo de conceptos, categorías intelectuales, metáforas heredadas y sutiles connotaciones. La explicación obvia de la rápida asimilación de su ambiente que efectúan las primeras generaciones cristianas es, desde luego: el que el cristianismo era un movimiento judío y los judíos estaban ya helenizados en tiempos de san Pablo; no sólo los judíos de la Diáspora sino también, en gran medida, los de Palestina misma, y el que fuera precisamente esta porción helenizada del pueblo judío hacia la que se volvieran en primer lugar los misioneros cristianos. Fue esa parte de la comunidad apostólica de Jerusalén llamada “helenistas” en el capítulo 6 de los Hechos de los apóstoles, se dispersó por toda Palestina e inició las actividades misionales de la generación siguiente. El griego era hablado en todas las synagogai de las ciudades mediterráneas, nunca se hubiera formado un gran grupo de prosélitos gentiles si éstos no hubieran sido capaces de entender
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