Critica Del Desarrollo Y Subdesarrollo Crítico

Critica del desarrollo y subdesarrollo crítico

Debemos reconocer que en nuestra época se ha producido un salto sin precedentes en la capacidad del hombre para dominar la naturaleza y construir su propia historia. Se estima, en resume, que si el volumen de conocimientos se duplico por primera vez en la centuria pasada, y luego los primeros cincuenta años de este siglo, en la actualidad se duplica por dos cada quince años o menos; de manera que es algo lo que sabemos y mucho lo que avanzamos.

Pero no se puede ignorar que, a pesar de ese extraordinario avance de conocimientos, la humanidad nunca antes afrontó una suma tan pavorosa de irracionalidades, comenzando por la posibilidad materia de destruirse a sí misma y borrar del planeta todo cuanto pacientemente logró.

El poder de mar ha alcanzado una perversidad tal que los guerristas norteamericanos podrían liquidar, si existiera, varias veces la cifra de la población mundial, y todavía se empeñan en desarrollar nuevas armas.

Más de la mitad de todos los científicos y especialistas de alta calificación que existen en la actualidad están involucrados, directa o indirectamente, en la industria de la guerra.

A dos décadas escasas del siglo XXI, aún mueren de hambre decenas de millones de personas al año y cientos de millones padecen lo que se denomina como “alimentación defectuosa”, es decir desnutrición.

Resulta difícil comprender cómo una nación que es capaz de explotar los anillos de Saturno, alimenta su espíritu con películas de superman e historietas del pato Donald. En un país que cuenta con 135 millones de receptores de televisión, los actos de violencia extrema aparecen en los programas infantiles cada quince minutos aproximadamente; y un norteamericano ve entre los cinco y los quince años, la aniquilación de unas quince mil personas, con el consigue efecto sobre su formación y conducta.

Estados Unidos, que es sin duda el imperio más poderoso de la historia. Basta con cruzar el rio grande, navegar unas horas o volar unos minutos, para comprender que es un universo distinto dentro del mismo continente. Con paisajes de atraso y de miseria que contrastan ásperamente con la opulenta nación del Norte.

La disparidad radica en la evolución desigual entre ambas partes, una a expensas de la otra, hasta llegar a una polarización tan aguda que ésta última no puede lograr progreso efectivo alguno si no rompe, definitivamente, con las relaciones de explotación y dependencia que le han sido impuestas.

Los especialistas latinoamericanos afirman que el 40% de las familias de nuestra región vive en condiciones de pobreza y que el 20% de la población se encuentran en la indigencia. Sin ir tan lejos, ahora mismo, hay 35 millones de niños pobres menores de seis años, lo que significa que uno de cada dos de nuestros hijos en estas edades está condenado a vivir en condiciones precarias,

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