Cuentos De Amo Locura Y Muerte
Enviado por magalispeed • 30 de Octubre de 2013 • 1.308 Palabras (6 Páginas) • 318 Visitas
"Cuentos de la selva"
“La abeja haragana”
Este cuento trata de una abeja que tenía una familia muy trabajadora, en cambio ella era floja.
Las hermanas estaban cansada de decirle que trabajara y ella siempre decía que al otro día lo haría. Llego un día en donde el clima cambió, hacía mucho frío y la abejita como todas las veces salía pasear y nunca colaboraba. Un día quiso volver a su casa como todos los días y las abejas de la entrada le dijeron: tú no puedes pasar, porque nunca has trabajado, ella responde lo haré mañana hace mucho frío necesito descansar, volé todo el día. Sus hermanas le dijeron que se valla y que pase esa noche fuera de la colmena. La abeja volvió más tarde a la colmena e insistió entrar y sus hermanas la empujaron, esta cae en un árbol que tenía un orificio en donde vivía una culebra ella le pregunto a esta si podía pasar la noche ahí y la culebra le dijo, que para eso debía pasar una prueba o sino la comería, la prueba fue complicada. Entonces la abejita decide proponerle algo novedoso. La culebra acepta, y esta se esconde en una flor que al mínimo contacto se cerraba. La abejita a la cuenta de tres se esconde en su refugio y la culebra no logra encontrarla. De esta manera la abejita pasa la noche allí y salva su vida. A la mañana siguiente arrepentida de su flojera vuelve a su colmena, sus hermanas la recibieron con gran alegría porque ya no era la misma, la abejita había aprendido que si colaboraba en la colmena, nunca hubiera pasado por ese mal momento.
"La tortuga gigante"
Trata de un hombre que estaba enfermo quien siguiendo el consejo de un amigo suyo, decide irse a vivir al monte. Tenía la esperanza de que el contacto con la naturaleza lo ayudara a recuperar sus fuerzas y a mejorar su salud. Cierto día en el que había ido al monte a cazar vio a un tigre que intentaba comerse a una tortuga. Luego de dar muerte al tigre, pensaba en comerse él mismo a la tortuga, pero cuando se acercó a ella vio que estaba herida, y tenía la cabeza separada del cuello, que le colgaba casi de dos o tres hilos de carne. El hombre, conmovido, decidió ayudar a la tortuga, que estaba a punto de morir. Vendó sus heridas, y todos los días la curaba y la mimaba. Fue así que la tortuga se recuperó, pero al mismo tiempo, el hombre empeoró en su condición y temía lo peor. Era el momento en que la tortuga podría demostrar su gratitud a quien tanto la había ayudado. Para eso le daba de comer y de beber. Además, por el temor que tenía el hombre de morir solo en el monte, el animal decidió cargarlo en su caparazón y llevarlo hasta Buenos Aires, la ciudad donde vivía el cazador, donde fue encontrado por su amigo, un director de zoológico, quien ayudo a recuperar al hombre y quien se encargo de cuidar la tortuga.
Las medias de los flamencos:
Un día las víboras decidieron dar un gran baile fueron invitados los sapos, las ranas, los flamencos, los peces y los yacarés.
El baile se hizo a la orilla del río y los pescados miraban asomados a la arena, los yacarés fumaban cigarros paraguayos y se adornaron los cuellos con collares de bananas. Los sapos se pegaron escamas de pescado en el cuerpo, las ranas se perfumaron y llevaban unos farolitos de luciérnagas Los flamencos miraban con envidia los trajes de los invitados, principalmente los de las víboras de coral por sus coloridos trajes, un tatú escuchó la queja de los flamencos y les indicó que podían encontrar medias rojas, blancas y negras de víboras en la cueva de su cuñada la lechuza, así la lechuza les consiguió los cueros de unas
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