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Culturas Prehispánicas De Mexico


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2014  •  2.503 Palabras (11 Páginas)  •  345 Visitas

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Culturas prehispánicas de México

ENRIQUE VELA

Ceremonia del Volador, frente a la pirámide de los Nichos en Tajín, Veracruz.

Ilustración: Iker Larrauri, Colección Armando Ayala Anguiano

Para Camilo, Renata y Marietta

A lo largo de su historia prehispánica, que se remonta cerca de 32 000 años antes del presente, el territorio mexicano fue escenario del desarrollo de un amplio y variado conjunto de culturas que abarcan desde grupos nómadas de cazadores-recolectores –con poblaciones relativamente reducidas y organización y prácticas culturales aparentemente sencillas– hasta sociedades sedentarias y agrícolas, con poblaciones numerosas y estructuras sociales y prácticas culturales complejas. Entender cómo es que cada uno de esos desarrollos culturales tuvo lugar, esto es como surgieron, que los caracterizaba y, en muchos casos, cómo decayeron es en cierto modo la tarea principal de la investigación arqueológica.

Por más de 200 años un nutrido grupo de especialistas se ha dedicado a recopilar toda suerte de datos sobre nuestro pasado prehispánico y a clasificarlos e interpretarlos. A partir de esos estudios se han establecido pautas generales sobre el desarrollo de esas sociedades y se han identificado grupos con características particulares que, por lo general aunque no necesariamente, se encuentran asociados a periodos determinados y se distribuyen por áreas delimitadas. Esos grupos con rasgos específicos es lo que conocemos como culturas arqueológicas, en las cuales confluyen ma-neras determinadas de elaborar objetos utilitarios y suntuarios, de disponer sus asentamientos, de construir, de enterrar y ofrendar a sus muertos, entre otras prácticas de las que quedan restos materiales.

Estas prácticas compartidas, en lo que se refiere a las expresiones materiales de la cultura, tienen su contraparte en el ámbito del pensamiento; de hecho, en cierta manera son producto de saberes acumulados y comunes, de modos también concretos de comprender el mundo, e incluso de imaginarlo. La elección de estas prácticas culturales está además asociada con la estructura social y la refleja; es por todo ello que a partir de los vestigios materiales podemos acercarnos a la historia y a los modos de vida de los grupos que habitaron México en la época prehispánica.

Aunque la comunicación entre las distintas sociedades tenía un ritmo muy distinto a la de la vida moderna, y establecer contactos entre los grupos de las distintas regiones suponía desplazamientos que podían tomar incluso años, lo cierto es que las diferentes culturas estuvieron relacionadas entre sí en mayor o menor medida. Las sociedades de la época prehispánica supieron acumular y conservar no sólo los saberes sobre asuntos cotidianos –como la fabricación de herramientas, la alimentación, el cultivo, etc.–, sino que también preservaron una visión común sobre la naturaleza del mundo y sus cosas: la religión, los ritos, la estructura social, etc. Además de mantener una suerte de memoria histórica sobre los grupos que los antecedieron, recurrieron a ella para, por ejemplo, legitimar el lugar de sus gobernantes en la sociedad. Es por ello que si bien las diferencias entre las distintas culturas del área mesoamericana son palpables a lo largo del tiempo y el espacio, también es cierto que a lo largo de esos dos ejes muestran una serie de elementos comunes que hablan de una historia compartida y una permanente interrelación entre las diversas regiones.

Etapa Lítica

(30000-2500 a.C.)

Los primeros pobladores.

Ilustración: Benjamín Orozco / Raíces

Aunque pudiera parecer que los pobladores de México en la larga etapa que antecedió a la aparición de las sociedades sedentarias no presentaban mayores diferencias entre sí, lo cierto es que a lo largo de los milenios fueron experimentando transformaciones culturales. Así, en el marco de un esquema de obtención de recursos común, se desarrollaron distintas tradiciones, antecesoras de la diversidad cultural que en adelante caracterizaría al territorio mexicano. En esas tradiciones se combinaban tanto el tipo de objetos fabricados como las formas de organización, los patrones de residencia y la importancia que se daba en cada una a la caza o la recolección, en buena parte determinada por las posibilidades concretas que ofrecían los distintos ambientes en que se desarrollaron. En algunas de esas tradiciones se dependía fundamentalmente de la explotación de recursos costeros.

Se trata del periodo más antiguo de la historia de México. En este dilatado lapso llegaron a territorio nacional los primeros pobladores, los que paulatinamente fueron ocupando distintas zonas y desarrollando las prácticas culturales que les permitieron una cada vez mejor adaptación a las diversas condiciones ambientales. La Etapa Lítica ha sido dividida en cuatro grandes periodos. El más antiguo es el Arqueolítico (30000-9500 a.C.). En ese entonces se utilizaban instrumentos cuyas características indican una incipiente destreza tecnológica y, en vista de la casi total ausencia de puntas de proyectil, un uso orientado más que nada a la recolección y procesamiento de vegetales y al aprovechamiento de pequeños animales. El Cenolítico Inferior (9500 -7000 a.C.) se caracterizó por un fuerte cambio climático y la consecuente transformación en las pautas de aprovechamiento del medio y, posiblemente, hasta en las maneras en que se organizaban los grupos. Otro elemento notable de este periodo es el desarrollo de mejores técnicas para la elaboración de instrumentos, lo que redundó en una mayor variedad y en una gran eficiencia. Así, aunque la recolección siguió siendo una actividad importante, la caza se convirtió en un componente esencial del sistema de obtención de recursos. El Cenolítico Superior (7000-2500 a.C.) es un periodo en el que la organización y las pautas de subsistencia seguían siendo las propias de grupos nómadas de cazadores-recolectores. Para esta época la llamada megafauna, como el mamut y el mastodonte, se había extinguido, por lo que de nuevo la recolección fue la vía primordial para satisfacer la mayor parte de los requerimientos alimenticios, los que se completaban con los productos de la caza de ciertas especies menores. El Protoneolítico (5000-2500 a. C.) fue un periodo en el que en ciertas zonas se dio el desarrollo de la agricultura y se empezaron a fabricar objetos asociados al procesamiento de plantas, como muelas y morteros.

Preclásico

(2500 a.C.-200 d.C.)

Ritual en Tlatilco.

Ilustración: Iker Larrauri, 1965, Colección Armando Ayala Anguiano

La zona central de México o del Altiplano, como también se le llama en la literatura

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