De Las Leyes Fundamentales A La Guerra
Enviado por jairojoc • 24 de Marzo de 2014 • 1.488 Palabras (6 Páginas) • 387 Visitas
DE LAS LEYES FUNDAMENTALES A LA GUERRA
Los republicanos no fundaron la escuela, la institución escolar se construyó a lo largo de todo el siglo por el impulso de una evolución social profunda. Cabe decir que los republicanos concibieron una verdadera política escolar que tuvo éxito porque, al mismo tiempo que respondía a una exigencia popular, constituía su realización. Si bien ellos no provocaron un cambio en las costumbres, lo reconocieron, se hicieron cargo y lo condujeron a su término.
En efecto, no se podría comprender la política republicana si se le separara de la corriente de opinión que la 'sustenta. En esa época, la instrucción es un ideal colectivo. Así como hoy en día la mayor parte de los miembros de nuestra sociedad admite que el crecimiento económico es el objetivo esencial de la colectividad, en la segunda mitad del siglo XIX se creía en la instrucción. La sociedad, sumamente rural aun, casi no había sido penetrada por el ideal del progreso técnico y de la producción; o, más bien, esos objetivos por si mismos estaban subordinados a la difusión de los conocimientos usuales. El progreso capital, que gobierna a todos los demás, es el de la instrucción. Y las familias en búsqueda del bienestar se vuelcan hacia la escuela.
La institución escolar se construyó a lo largo de todo el siglo por el impulso de una evolución social profunda. En esa época, la instrucción es un ideal colectivo, así como hoy en día la mayor parte de los miembros de nuestra sociedad admite que el crecimiento económico es el objetivo esencial de la colectividad, en la segunda mitad del siglo XIX se creía en la instrucción.
El progreso capital, que gobierna a todos los demás, es el de la instrucción, y las familias en búsqueda del bienestar se vuelcan hacia la escuela.
Ciertamente, dentro del pueblo esa confianza era algo confuso, mezcla de voluntad de promoción social y de independencia intelectual.
Las leyes fundamentales (1879-1889)
Los republicanos en el poder no son unánimes ni en cuanto a los objetivos ni en cuanto al método.
La comisión nombrada por la Cámara de 1877 y su relator, Paul Bert, deseaba una ley general, el 20 de Noviembre de 1883, logra que triunfe un método más empírico y ataca sucesivamente cada punto del programa.
Sin embargo, este procedimiento no debe ocultar el plan de conjunto de una obra que atañe a todos los órdenes de enseñanza, así como a todos los problemas.
En la enseñanza superior, tenemos la ley del 8 de marzo de 1880 que suprime los jurados mixtos y prohíbe a los establecimientos fibres tomar el titulo de universidad. En la enseñanza secundaria, cuyo director es Zóvort, encontramos la gran reforma de los programas de 1880 y la fundación de escuelas abiertas para muchachas (ley del 21 de diciembre de 1880). En la enseñanza primaria, que dirige Buisson, se fundan las escuelas normales de Fontenay y Saint Cloud, y se promulga la ley del 9 de agosto de 1879 que instituye en cada provincia una escuela normal para mujeres. También tenemos las leyes del 1° de junio de 1878 y del 20 de marzo de 1883 que facilitan la construcción de las casas escuela. Se revisa la organización pedagógica y se transforman los programas.
Pero lo esencial de la obra republicana es constituir la enseñanza primaria en servicio público.
El asunto de la instrucción es capital para los republicanos y seria sencillo multiplicar las citas convergentes, las ideas que animan los republicanos son solidarias: la afirmación de un derecho de los niños a la instrucción, al que responde un deber del Estado. Desde este momento se fundamenta la obligación, la gratuidad y la laicidad. Tras la gratuidad y la obligatoriedad lo que da miedo es la laicidad.
En efecto, los católicos rechazan la laicidad categóricamente, en cambio, los republicanos sostienen la posibilidad, o mejor aún, la realidad de una moral autónoma. Ante esto los conservadores acusan a los republicanos de hipocresía, cuando estos distinguen la religión del clericalismo, piensan en sus verdaderos objetivos y su distinción es habilidad táctica o prudencia parlamentaria.
Jules Ferry, no quería hipotecar el futuro asignándole a la evolución de la enseñanza límites precisos: rechazaba así con obstinación introducir en la ley los deberes hacia Dios que se mantenían en el programa de estudio. “Poner el gobierno de los estudios en manos de los hombres de estudio”, hacer de la Universidad un “cuerpo vivo, organizado
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