Del Absolutismo Monárquico a la Monarquía Parlamentaria

LA REVOLUCIÓN FRANCESA

El siglo de las luces.

Cindry Patiño Herrera

Código 0391120008

Del Absolutismo Monárquico a la Monarquía Parlamentaria

Para empezar a escribir sobre la revolución Francesa, debemos analizar primeramente la Francia de 1789, que era un país netamente rural, con 26 millones de habitantes aproximadamente, que  se sumía en un ambiente agitado donde la crisis económica abundaba debido a las malas cosechas, a los gastos militares, ejemplo de ello fue el gasto de Francia en la independencia Estadounidense que generó en el país un déficit económico)  y a los despilfarros del Rey Luis XVI o Luis “El Bueno”, que tenía además poder absoluto sobre el ejército, los gremios y estaba por encima de la Ley.

Para esa época el Clero estaba en la elite de la estructura social, no pagaba impuestos a la corona y  cobraba diezmos a sus creyentes. Una Nobleza que poseía grandes porciones de tierra, tenía bajo su poder a los campesinos y les obligaba a pagar impuestos por utilizar el terreno.

Existía un tercer estado que estaba compuesto por obreros, campesinos y burgueses comerciantes, quienes eran mayoría poblacionalmente hablando (20 millones apróx.), pero socialmente estaban por debajo de los demás rangos de esa escala social. Y era este tercer Estado  el que pagaba en impuestos casi la totalidad de lo ganado en su trabajo, pues el Rey también controlaba el comercio. También aparecía en escena un sector ilustrado de la Francia del siglo XVIII o Siglo de las Luces,  que cuestionaban  desde los claustros académicos y los cafés de parís, la veracidad del “Poder Divino”, ese poder que provenía de Dios directamente hacia el Rey,  y  la influencia negativa que este poder  tenía en la vida de los franceses.  

Estos hechos ocasionaban descontento en gran parte de la comunidad y se convertía en  tierra abonada para el surgimiento de un levantamiento popular.

Este factor intelectual encabezado por Montesquieu, Voltaire y Juan Jacobo Rousseau, plantan en la comunidad francesa una semilla de inconformismo, a través de la propaganda que socializaba la idea de un estado social, una sociedad más igualitaria y libre.  

El Rey Luis XVI observa distintos movimientos populares en varias regiones de Francia, por la crisis que se vivía y decide organizar una “Asamblea de Notables”, es decir con la Aristocracia, para blindarse ante cualquier intento de Revolución del pueblo. Pero esta reunión con la clase élite de la sociedad no fue muy fructífera pues el rey pretendía cobrarle más impuestos a los nobles por la tenencia de la tierra, y esto ocasiona que esa nobleza retire el apoyo absoluto al Rey.

A pesar de los esfuerzos del Luis “El Bueno” por mitigar el levantamiento popular, no encontraba el camino correcto, uno de los ministros del Rey, Jacques Necker, le propone un encuentro de Estados generales, que era como una Asamblea general Extraordinaria, donde se reúne todo el pueblo Francés El Clero, La Nobleza y El tercer estado (menos los pobres). Pero este encuentro genera un resultado contrario, en vez de aplacar los levantamientos, se origina una articulación de todos los segmentos de la sociedad en contra del absolutismo de la corona.

El 17 de Junio de 1789, se convoca a Asamblea única o como se conoce, una Asamblea Nacional, conformada por el Tercer estado que era más del 70% de la población, algunos Clérigos importantes y un gran grupo de nobles para exigir la redacción una constitución. El Rey rechazo rotundamente la instalación de esa Asamblea, pero los asambleístas insistían en la consolidación de un estado, para esto se reúnen nuevamente en el Sala del Juego de Pelota de Versalles  para pactar la creación de la constitución.

Esta Asamblea Nacional el 9 de Julio de 1789, pasa a llamarse Asamblea nacional Constituyente y de esta forma consolidar un nuevo estado. El 14 de Julio se levanta la sociedad en armas en contra de el Rey Luis XVI y toda la corona, se desarrolla un evento importante denominado “La toma de Bastillas”, que fue la toma de un centro carcelario que alojaba a presos políticos y a perseguidos del Rey.

Durante el mes de agosto de 1789 se llevan a cabo acciones importantes para la consolidación de ese nuevo estado. El 4 de Agosto se abolieron los derechos señoriales o poderes absolutistas y el 26 de agosto se publica la Declaración de los derechos del Hombre, que contenía además los derechos a la propiedad y las libertades personales. Años más adelante se constituye al Clero como civiles y empleados del estado.

El 14 de Septiembre de 1791 se publica la Constitución, que establece una Monarquía Parlamentaria para Francia, para el 30 de Septiembre se disuelve la Asamblea Nacional Constituyente para convertirse en Asamblea Legislativa.

Finalmente el 10 de Agosto de 1792 se realiza el “Asalto al Palacio de las Tullerias”, donde la Asamblea Legislativa destituye al Rey, conforma una convención nacional elegida por voto Universal, y así se establece el fin de la etapa conocida como Monarquía constitucional.

En 1793 Maximiliano Robespierre, un ilustre de la Revolución, emite un discurso que invitaba a llevar a cabo “todas las virtudes y los milagros de la república” y a luchar contra “todos los vicios y ridiculeces de la monarquía”^[1] (Adolfo Thiers, Historia de la Revolución Francesa, Gassó Hermanos, Barcelona, España, tomo VI, página 188). Se reafirmaba que el deber y la razón eran los valores ciudadanos que reemplazarían el absolutismo monárquico basado en el despotismo y la insolencia.

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