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Democracia. Al hablar de democracia el poder reside en el pueblo, ¿cómo encaja la idea de bien común, en el origen y evolución de la democracia?


Enviado por   •  23 de Octubre de 2016  •  Apuntes  •  2.465 Palabras (10 Páginas)  •  455 Visitas

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DEMOCRACIA

  1. Al hablar de democracia el poder reside en el pueblo, ¿cómo encaja la idea de bien común, en el origen y evolución de la democracia?

La idea de bien común siempre estuvo inserta en la democracia, desde el siglo XV hasta su consolidación a través de los procesos revolucionarios de los siglos XVII, XVIII y XX.

 Y encajó tal idea a través de la participación  ciudadana, lo cual era una condición necesaria para el desarrollo pleno de la persona, en donde ello estuvo marcado de constantes luchas de los ciudadanos por ejercer los derechos políticos y limitar el poder de los gobernantes electos por ellos, como así también cumplen un rol fundamental en la defensa de los principios, valores,  al tomar decisiones siendo el resultado de acuerdos, diferencias, conflictos y control su funcionamiento.

  1. Actividad de la página 59:

1-a. La primera definición hace énfasis en la pérdida de poder de unos partidos y el triunfo de otros.

La segunda definición hace énfasis en las luchas de competencia para obtener el voto de la ciudadanía.

b- En la primera definición el rol que se le atribuyen a los ciudadanos es activo mientras que en la segunda definición es pasivo, debido a que el ciudadano sólo vota,  no pudiendo interferir en las decisiones de los líderes electos como tampoco darle instrucciones.  Con respecto a los representantes ambos son activos.

2. Síntesis de origen y evolución de la democracia: 

        El ejercicio democrático, tal como lo conocemos actualmente, fue el fruto un gran proceso de evolución, en las que fueron necesarias las luchas de los ciudadanos por ejercer sus derechos como por limitar el poder de los gobernantes.

        En un comienzo  los atenienses ejercieron un gobierno formado por pocos habitantes que podían cumplir tales funciones, en donde ejercían una democracia de tipo directa, es decir que consistía en la participación de los ciudadanos con voz y voto sin la intervención de los representantes.

        Pese a ello, la organización en polis debido a sus pequeñas dimensiones favorecía el contacto y conocimiento con los que participaban en las asambleas y lo hacían en igualdad de condiciones y su vez adoptaron el voto, sorteo o rotación, todo ello en miras al bien común, siendo su participación condición necesaria para su pleno desarrollo.

        Tras la decadencia ateniense surge la república romana, en donde la participación en las asambleas o elección de los magistrados fue más acotada que en Atenas.

        La expansión y consolidación del cristianismo en el mundo occidental desplazó a la política hacia el universo de la teología, el tema de la participación política dejó de ser una preocupación durante más de un milenio.

En la Edad Media volvió a aparecer bajo una forma distinta que, en ese entonces, tenía poco que ver con la democracia.

A finales de la Edad Media y durante el Renacimiento se empezaron a gestar grandes transformaciones, las cuales poco a poco volverían a hacer de la participación política un importante tema de reflexión.

En el ámbito social, la reforma protestante contribuyó a difundir una nueva manera de pensar la actividad política.

En lo económico, el desarrollo del comercio contribuyó al surgimiento de una clase social independiente de las ataduras feudales, que se agrupaba en los burgos. Pronto, esos burgos autónomos innovaron métodos de gestión de los asuntos públicos, que incorporaban elementos de participación política con fuertes rasgos plutocráticos (gobierno de los ricos).

En lo político, las grandes revoluciones de los siglos XVII y XVIII: las revoluciones inglesas de 1640 y 1688, la guerra de independencia estadounidense de 1776 y la revolución francesa de 1789 nutrieron y a la vez se alimentaron de las ideas de los filósofos políticos de la época.

Poco a poco, las presiones por ampliar la participación política pusieron a prueba la capacidad de diseño de instituciones adecuadas para dar forma a esa nueva realidad, tales como la de Montesquieu, Hamilton y Madison.

De este modo, el siglo XIX marcó el ingreso de las masas a la vida política. La revolución industrial, las transformaciones en el mundo rural y los procesos migratorios concentraron en las ciudades a amplios grupos de artesanos y asalariados reivindicaron derechos políticos. Las revoluciones liberales de la primera mitad del siglo XIX en Europa fueron, esencialmente, fenómenos políticos que expresaban esa nueva realidad política urbana.

Fue en tal contexto que se dio el encuentro entre democracia representativa y demandas de participación popular. El siglo XIX se caracterizó también por las luchas populares para incorporar el sufragio universal a la vida política.

En ese proceso de lucha por la obtención de derechos políticos nacieron los primeros partidos políticos de masas.

La democracia representativa encontró, entonces, sus organizaciones, sus procedimientos y la manera de incorporar a amplios segmentos de la población.

  1. Crítica a la democracia semidirecta:

La iniciativa popular, permite presentar proyectos de ley contando con el aval de la firma de los solicitantes, considero que hay demasiadas barreras ya que se deberían reducir los requisitos para que los proyectos de la ciudadanía lleguen al Congreso, no resultando sencillo reunir la cantidad de firmas necesarias, por ende debería haber mayores posibilidades, para que el pueblo tenga no sólo el derecho de elegir a nuestro representes  sino para participar en el tratamiento de proyecto de ley con el objeto de su entrada en vigencia. Un claro ejemplo de ello es que sólo 2 proyectos de ley fueron aceptados bajo el procedimiento de iniciativa popular, entre ellos: el hambre urgente, y la derogación de jubilados de privilegio.

Con respecto a la consulta popular: las críticas es que toma mucho tiempo en llevarse a cabo, en ciertos casos su participación puede dividir a la población, en el caso de la consulta popular no vinculante, no es de carácter obligatoria y el resultado no determina la sanción del proyecto de ley, sino que expresa la posición del ciudadano, convirtiéndose en mucho casos en un instrumento de presión para los legisladores. Debido a ello en nuestro país, desde 1994 a la actualidad no se ha realizado consulta popular. Un ejemplo: el plebiscito para legitimar el acuerdo con Chile sobre el canal de Beagle.

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