Democracía Y Soberanía
Enviado por Garnet • 30 de Septiembre de 2013 • 825 Palabras (4 Páginas) • 434 Visitas
Democracia
Seguramente todos hemos escuchado en algún momento de nuestra vida la palabra democracia. Alrededor del mundo, es un concepto que se ha venido estudiando desde que surgió en la ciudad de Atenas, Grecia hace 2400 años.
Pero, ¿acaso podemos lograr una definición concreta de la democracia? Prácticamente es imposible que las personas logren unificar su definición ya que para unos representa libertad, libertad de la tiranía; para otros tiene que ver con poder expresar lo que sentimos; también puede significar que el pueblo tiene que tomar sus decisiones y tiene el poder de decidir que se hace, cuando se hace y como se hace.
También se habla de que la democracia se construye poco a poco, que no viene ya en “paquete”, y que esta es igual para todas las personas. Es un proceso que no se desarrolla de manera rápida y que afortunadamente permite que el pueblo se exprese y que este no siempre se expresa como voz del amo.
A pesar de todas estas ideas existe un concepto de democracia que puede ser utilizado por todas las personas y este es como: Libertad para votar y elegir a nuestros representantes.
La “democracia”, como ya lo había mencionado antes surge en Atenas de una manera un tanto diferente a como la conocemos ahora, ya que en ese entonces era como una reunión de todos los hombres libres de la ciudad (no mujeres, no esclavos ni extranjeros) que discutían sobre los asuntos que concernían al pueblo.
Pero no fue sino hasta con las revoluciones francesa y estadounidense que la democracia se introdujo en el mundo “formalmente” y en estos días supuestamente todos los gobiernos deben de ser democráticos.
Yo opino que la democracia en sí, es prácticamente imposible de llevar acabo debido a que no siempre se respetaran las opiniones de todas las personas (ya que esto es imposible), pero que si el pueblo tiene la capacidad de tomar decisiones que les convengan entonces están listos para ella.
Siento, que en alguno u otro momento alguna persona que vive en un país “democrático” siente que su voz no es escuchada, y aunque la ley diga que “todos tenemos derecho a votar y ser votados”, el llegar a ser un candidato para un puesto, llámese alcalde, diputado, gobernador, presidente, está reservado para aquellas personas cuyas familias se han visto involucradas en la política desde hace mucho tiempo o que tienen los recursos económicos suficiente para darse a conocer.
Debo reconocer que si nuestro sistema funcionara como se supone que debe funcionar todo sería diferente. Quiero decir, tomemos como ejemplo a nuestros representantes más próximos: los diputados, y digo más próximos porque cada diputado representa a un cierto número de gente que es menor al número de habitantes de la ciudad. Si estas personas, en verdad salieran a conocer, a convivir, a escuchar a aquellos que representan entonces podrían tomar cartas en el asunto
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