Diablada Pillareña
Enviado por 1617 • 6 de Octubre de 2012 • 598 Palabras (3 Páginas) • 620 Visitas
EL HOMBRE Y LA TECNOLOGÍA
En el último siglo, el planeta tierra ha sido un torturado testigo del desarrollo tecnológico del hombre. Un desarrollo que ha significado muerte y destrucción masiva al planeta que llamamos hogar.
Irónicamente podemos darnos cuenta que el hombre como especie, somos la más inadaptable de todas las especies que han vivido en el planeta, sin considerar nuestro origen divino, o Darwineano, podemos asegurar que el éxito de nuestro dominio tiene base en el desarrollo de nuestra inteligencia.
Cabe mencionar que esta inteligencia nos ha hecho la mejor y la peor especie que ha habitado este hogar. Me refiero a la mejor, porque hemos aprovecha y usado el ambiente para nuestro beneficio mas que otras especies, y a lo peor, porque en ese uso desmesurado e irresponsable hemos destruido en un siglo, lo que un ecosistema tardó en formar en miles de años.
El brillo de la fama, el poder y el dinero ha cegado tanto a los hombres sedientos de conocimientos; que con la ingenuidad de Pandora que jugó con las maldades que azotaban al mundo antiguo según los filósofos griegos, abren las puertas del conocimiento con el interés de dominarlas aún sin tener razón o comprensión de su uso.
El hombre ahora como especie dominante del planeta, se ha dado el derecho divino para decidir sobre el futuro de las demás especies, acabando a razón de 23 especies por mes. Destruir hábitat naturales en fracciones de tiempo de lo que la naturaleza lo creo, catástrofes, corrupción, contaminación, y todos los defectos del hombre repercuten en la naturaleza; que como una esponja absorbe cada día, cada hora, nuestros hijastros mutantes, esperando el momento en que termine por explotar con una fuerza que acabará con lo que conocemos ahora.
Como ejemplos de las mayores causas de la contaminación oceánica son los derrames de petróleo. El 46% del petróleo y sus derivados industriales que se vierten en el mar son residuos que vuelcan las ciudades costeras. El mar es empleado como un muy accesible y barato depósito de sustancias contaminantes, y la situación no cambiará mientras no existan controles estrictos, con severas sanciones para los infractores.
El 13% de los derrames se debe a accidentes que sufren los grandes barcos contenedores de petróleo, que por negligencia de las autoridades y desinterés de las empresas petroleras transportan el combustible en condiciones inadecuadas. En los últimos años, algunos de los más espectaculares accidentes fueron el del buque-tanque Valdés de la Exxon, ocurrido frente a las costas de Alaska el 24 de marzo de 1989, y el del petrolero Mar Egeo, el 3 de diciembre de 1992, frente a la entrada del puerto de La Coruña, en España. Otro 32% de los derrames proviene del lavado de los tanques de los grandes buques que transportan este combustible.
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