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Dictadura


Enviado por   •  16 de Octubre de 2013  •  2.178 Palabras (9 Páginas)  •  359 Visitas

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Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Ministerio de Educación

Profesorado de Educación Primaria

Escuela Normal Superior n°4

Comisión 3.2

Trabajo Práctico

Espacio Curricular: Historia social y política de la educación argentina

Estudiantes:

Carriel Rabinovich, Ayelén

Frigo, Daniela Ayelén

Perna, Narella

Rodríguez, Ayelén

Profesora: Yadhjian, M.

Dictadura cívico-económica-militar argentina 1976-1983

El 24 de marzo de 1976, una junta militar integrada por los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas derrocó al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. El gobierno de facto se autotituló como “Proceso de Reorganización Nacional”. Pocos días después, la junta designó como presidente a uno de sus integrantes, el jefe del Ejército, Jorge Rafael Videla. Los otros integrantes de la junta militar fueron el almirante Eduardo E. Massera, por la Armada, y el brigadier Orlando R. Agosti, por la Fuerza Aérea. La Junta Militar se estableció como la máxima autoridad del Estado atribuyéndose la capacidad de fijar las directivas generales del gobierno, y designar y reemplazar a la Presidenta y a todos los otros funcionarios.

Una vez mas en la historia de nuestro país, ocurría un nuevo golpe de Estado que, al igual que los anteriores, tenía con el apoyo de importantes sectores, sobre todo de los grandes grupos económicos, nacionales y extranjeros, medios de prensa, cuya labor cómplice fue preparar a la sociedad para aceptar el golpe como única alternativa para salir de la crisis, la Iglesia Católica y dirigentes políticos y sindicales que no dieron un apoyo explícito pero tampoco se pronunciaron en contra. Amplios sectores sociales recibieron el golpe militar en forma pasiva, otros lo impugnaron y unos pocos lo resistieron. Esta nueva interrupción de la democracia, una vez más, tenia como objetivo terminar con el «caos» y retornar al anhelado «orden». Sin embargo, la búsqueda de «orden» implicó un feroz disciplinamiento a una sociedad que estaba caracterizada por la movilización social y política. El método de la dictadura para terminar con cualquier oposición a su proyecto fue hacer «desaparecer» las fuentes de los conflictos.

Sus primeras medidas fueron el establecimiento de la pena de muerte para quienes hirieran o mataran a cualquier integrante de las fuerzas de seguridad, la “limpieza” de la Corte Suprema de Justicia, el allanamiento y la intervención de los sindicatos, la prohibición de toda actividad política, la fuerte censura sobre los medios de comunicación y el reemplazo del Congreso por la Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL), también integrada por civiles y militares, cuyas funciones nunca se precisaron detalladamente. Además instaló el Estado de sitio; los lugares de trabajo y producción fueron considerados objetivos militares; cesó en sus funciones a todas las autoridades federales y provinciales como así también a las municipales y las Cortes de Justicia nacionales y provinciales; todos los jueces fueron declarados en comisión; prohibió el derecho de huelga; anuló las convenciones colectivas de trabajo; instaló la pena de muerte para delitos de orden público, entre otras tantas medidas.

Las Fuerzas Armadas asumieron el poder político como representantes de los intereses de los grandes grupos económicos. Para aplicar el proyecto de esos grupos, que consistía en garantizar una mayor concentración de las riquezas, fue necesario destruir las organizaciones político-sociales que luchaban por impedirlo.

En marzo de 1976 se designa a Martínez de Hoz como Ministro de Economía, según este, el mal de la economía era consecuencia de la clase obrera demandante e indisciplinada, y por la industria nacional ineficiente basada en el mercado interno y en el subsidio estatal. Su estrategia se dirigió a disciplinar a los sindicatos obreros y abrir la economía al comercio exterior aunque esto perjudicó a la industria nacional. Con el fin de frenar la inflación se congelan los salarios por tres meses, esta medida provocó una gran pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. También achicó las restricciones que limitan a productos que provenían del exterior y empezaron a competir con productos nacionales.

A mediados de 1977 se produjo la reforma financiera, para lograr mayor disponibilidad de divisas se liberaron las tasas de interés de los bancos y se eliminaron las restricciones a los movimientos de capitales exteriores, que se destinaron a la especulación financiera. Empresas privadas, pequeños comerciantes y hasta ciudadanos comunes se volcaron a la especulación, que producía grandes ganancias en poco tiempo, pero también provocan un efecto negativo sobre la estructura productiva del país.

Entre 1978 y principios de los 80 el Estado dió subsidios a grandes grupos empresarios que tenían relación con el poder. A fines de este año, se quitaron los aranceles a las importaciones y se reformó el sistema cambiario estableciendo una disminución del precio del dólar, esto hizo que la clase media se lanze a la compra de productos importados, a viajes al exterior, al consumo desmesurado.

El golpe más grave lo recibió la industria nacional al no poder competir contra la calidad, precio y cantidad de los productos importados. Hacia 1980, la pequeña y mediana industria nacional atravesó una crisis terminal. Los grupos económicos más importantes expandieron sus actividades a todos los rubros, lo cual trajo como consecuencia que el poder económico terminará concentrado en pocas manos.

Para 1981 se produjó una crisis financiera producto de la política económica de Martínez de Hoz, que afectó en especial a los sectores más humildes, al sector obrero y la industria nacional. Luego en marzo de ese año, el presidente Roberto Viola nombra como Ministro de Economía a Lorenzo Sigaut, su primera medida fue la devaluación de la moneda nacional en un 400 %, esto afectó mucho a los empresarios que habían sacado créditos en dólares para sobrevivir, ven cuadruplicadas sus deudas, si bien la situación era crítica para los grandes grupos económicos recibieron la ayuda del estado.

En 1982 se asignó a Domingo Cavallo al mando del Banco Central, una de las primeras medidas fue asumir como públicas las deudas privadas de las grandes empresas, a esto se suma un cambio en las políticas del Fondo Monetario Internacional y la Banca Mundial, que dejan de ofrecer préstamos baratos a los países latinoamericanos. A fines de ese año, la imagen de la dictadura militar se deterioró debido al fracaso de las políticas económicas, de la derrota

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