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Dificultades Del Interculturalismo


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  3.282 Palabras (14 Páginas)  •  849 Visitas

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Identificando las dificultades

La enseñanza intercultural, como el interculturalismo, es una necesidad impuesta a la sociedad

por la realidad. Este reconocimiento, sin embargo, no necesariamente significa que los

problemas surgidos en este campo sean discutidos en una forma sistemática o con una

perspectiva de largo alcance. Por el contrario, muchos países parecen despreocupados sobre

estos asuntos. Podemos decir que el interculturalismo todavía no ha entrado en el campo de la

cultura. Dado el hecho de que los fenómenos migratorios están destinados a expandirse —a

juzgar por los patrones actuales— nosotros deberíamos de interesarnos por esta situación,

indiferentes de que un incremento en los porcentajes actuales pueda ser controlado o no

(aunque todo pareciera aumentar rápidamente hoy en día).

El primer obstáculo que encontramos en el camino para construir una sociedad multiétnica es

el hecho de que las poblaciones y gobiernos no están lo suficientemente conscientes de la

naturaleza y tamaño del problema. El resultado de esto es que en muchos países las escuelas

son raramente concebidas y organizadas de tal manera que sea posible lograr esta finalidad.

El segundo obstáculo que encontramos es inherente a la misma naturaleza de las culturas, si

las vemos desde una perspectiva antropológica. Aquí hay unos cuantos obstáculos serios para

la propagación de la cultura, si pensamos en la cultura en su significado presente de

conocimiento dominante. Transmitir e intercambiar información es bastante simple en el mundo

actual. A este respecto, el único problema al que tenemos que dirigirnos es qué información se

seleccionará de un conjunto muy grande de datos que crecen progresivamente, para que

podamos usarlos como una herramienta efectiva para interpretar la realidad, y esto no es un

problema menor en sí mismo.

Por otra parte, si queremos decir que por cultura entenderemos la suma de las manifestaciones

profundamente arraigadas de la vida material, social y espiritual de una persona, i.e. los

sistemas codificados de respuesta a un estímulo producido por el entorno (uno en particular), y

por otros entornos existentes dentro de él, entonces tendremos que llegar a términos con la

reservada y exclusiva propiedad de tales manifestaciones y la naturaleza inflexible de tales

sistemas. Los efectos de esto son prontamente observados. Estos pueden ser resumidos en la

mutua irreductibilidad de culturas. Después de todo, si la cultura (i.e. cada cultura específica)

prueba ser incapaz de guiar y moldear el comportamiento de los individuos, haciéndolos tanto

similares como únicos, su función misma será frustrada. No hay duda de que cada cultura es tanto un producto de un proceso histórico como un sujeto de transformaciones continuas y a

veces radicales.

Los inmigrantes tienden a tener una fuerte conexión con la cultura de su país de origen y una

débil conexión hacia la del país anfitrión. Está claro que el occidente ejerce un poder de

atracción casi irresistible por medio de su material cultural, sus productos tecnológicos y su

prosperidad. Pero no ejerce el mismo poder de atracción, sin embargo, en términos de arte,

lenguaje, convicciones religiosas o éticas, etc.Por otra parte, los países anfitriones a menudo ejercen involuntariamente una considerable

presión para asimilar a las personas que llegan de lugares distantes. Sólo marginal y

esporádicamente los países anfitriones toman en cuenta sus diferentes maneras de vivir,

pensar y ser. Cada cultura es envuelta en un empaque que preserva su contenido, pero que al

mismo tiempo rechaza de manera instintiva virtualmente todo lo que se sospeche como una

intromisión. No hay objeción a la mera curiosidad o intercambio de información, mientras que

se pruebe que no quedarán huellas tangibles.

El proceso de enculturación (i.e. la educación/enseñanza, planeada o no, a la que cada

miembro de la sociedad es sujeto) se adquiere espontáneamente, siempre y cuando no se

alteren las características de aculturación (la superposición de una cultura por otra, hasta que

la anterior es cancelada o queda subordinada). En muchos casos, la responsabilidad resultante es desbalanceada o, más bien, distorsionada tanto en términos de dar como de recibir. Algunas

veces, contiene un potencial para conflictos, que puede variar en intensidad dependiendo de

las circunstancias y las fuerzas relativas de las comunidades implicadas. El racismo, y

generalmente hablando, la xenofobia pueden jugar un papel en tales procesos, pero al

momento éstos no son los enemigos más temidos. Es claro que no debemos bajar la guardia

nunca, puesto que serios daños pueden ser causados por ideologías tales como el llamado

racismo diferencial (que, camuflado como un respeto por la diversidad de culturas, rechaza la

idea del acercamiento y mezcla de culturas). La mutua insensibilidad e impermeabilidad de

culturas proviene de un exceso de autodefensa que causa daño a todos los implicados, pero

esto al menos deja espacio para una tolerante indiferencia hacia otras personas, aunque de

una manera precaria e incierta.

Se debe enfatizar que, igual como nosotros sentimos una inclinación a ser solidarios con otros

(o al menos con ciertas personas), todos nosotros encubrimos igualmente una cierta cantidad

de misantropía y un deseo de distanciarnos de otros. La sociabilidad y la insociabilidad

coexisten en cada uno de nosotros, en nuestra vida social e individual (y cada uno de nosotros

difiere de otras personas, y por último de nosotros mismos). Nosotros siempre debemos tener

presente el hecho de que la violencia hacia otros es un ingrediente del alma humana; esto

explica ampliamente el cómo y por qué las más sinceras peticiones por la paz, tolerancia y

amistad universal prueban ser meramente retóricas, a menos que estén acompañadas y

sostenidas (tal vez deberíamos decir precedidas) de propuestas concretas diseñadas para

contener y sublimar esta violencia.

Finalmente, hay un tercer gran obstáculo con el que tenemos que competir. Las culturas

consisten de una constelación de valores, es decir principios y criterios a los que es dado un

significado positivo, y de los que se espera cierta observancia por cada miembro de la

sociedad.

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