Discurdso Paz Estenssoro

No se ha visto ninguna salvación posible sin un plan de estabilización global que corrige el desbarajuste existente en la nación, como dato anecdótico para ilustrar el absurdo dentro el cual se movía la economía del el país y se destruía las bases fundamentales, podemos señalar que la masa de billetes que se importo en el año 1984 tuvo un costo de 29 millones de dólares, esto es el importe del papel impreso debido al ritmo inflacionario resultó mucho mayor que el valor nominal de esos billetes, no obstante es imperativo para mi gobierno informar al pueblo de una amarga evidencia que no se puede seguir disimulando.

Estimados conciudadanos, la patria se nos está muriendo y es preciso no eludir ningún recurso para un tratamiento de emergencia que detenga el desenlace. La persuasiva elocuencia de las cifras precedentes nos revela que no podemos proponer al país medidas cosméticas para arreglar la situación actual. O tenemos el valor moral, con su secuela de sacrificios para plantear de modo radical una nueva política o sencillamente con gran dolor para todos Bolivia se nos muere.

Creo firmemente que ha llegado la hora en que debemos meditar sin cálculos egoístas ni mezquindades, sin diferencias políticas ni contraposiciones ideológicas en qué medida podemos contribuir todos y cada uno de los integrantes de nuestra comunidad nacional para salvar a la patria. La alternativa es lanzarnos al precipicio de las confrontaciones, que no resuelven nuestros problemas esenciales, que postergan una solución real y que ahondan la angustia colectiva.

Es posible, casi seguro, que las nuevas pautas económicas que se ponen en ejecución a partir de la fecha, encuentren oposición en algunas agrupaciones políticas y medios de opinión, como asimismo, en determinadas fuerzas de la economía subterránea.

Entiéndaseme bien y no sonrían los dichosos.

Una tarea irrenunciable, salvar a la nación con el trabajo creador y esforzarnos para conservar el sagrado patrimonio que nos pertenece a todos, Bolivia como regazo de nuestra vida y polvo final de nuestra muerte.

Animo y entereza mujeres y hombres bolivianos, si todos ponemos la parte de voluntad que nos corresponde para derrotar a la pobreza, pueden ustedes estar seguros de que en esta formidable batalla nacional saldremos victoriosos, el tiempo dirá si estuvimos a la altura del desafío o si contribuimos a profundizar la desgracia de más de 6 millones de seres humanos, de más de 6 millones de habitantes de este país que a cualquier costo tenemos que levantar y poner en marcha en busca de su destino.

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