Docena Tragica

La Docena trágica

Salustio García Juárez

Los sexenios 1970–1976 y 1976–1982 son conocidos en el argot popular como la Docena trágica, periodo éste caracterizado por gobiernos populistas que hicieron crecer a la economía nacional a un promedio anual de 6.1 por ciento, tasa no repetible en los gobiernos subsecuentes.

El crecimiento económico es el elemento fundamental para lograr el gran objetivo de la economía: el bienestar de la sociedad, la elevación del nivel de vida de los habitantes de un país. Esta condición explica de manera evidente que el crecimiento del PIB de los países sea efectivamente lo que permite la generación de empleos y correlativamente el que los trabajadores cuenten con ingresos disponibles para satisfacer sus necesidades mediante la compra de lo mínimo indispensable para su subsistencia y, en lo posible y cada vez en mayor medida, otras superiores o superfluas que les permitan, justamente, elevar su nivel de vida.

En la impopular y llamada coloquialmente Docena trágica se registra, como se mencionó líneas arriba, una tasa promedio anual de 6.1 por ciento, compuesta de 6.2 por ciento para el periodo 1971-1976 y de 6 por ciento para el 1977-1982, si bien es necesario recordar que en éste último la economía registró en algunos años tasas superiores al 8 por ciento, gracias al descubrimiento y consecuente explotación y exportación del petróleo, lo que refleja su importancia en una frase célebre del presidente José López Portillo: debemos aprender a administrar la abundancia.

Este periodo se puede criticar por haber aplicado una política económica populista que tuvo consecuencias macroeconómicas graves, sin embargo también es innegable que el crecimiento económico está presente y tiene efectos positivos sobre la generación de empleos. La participación de los sueldos y salarios es la mayor en la historia reciente de México.

Los “gobiernos del cambio”, 2000–2010, en conjunto muestran un promedio anual de 1.34 por ciento, del que el responsable mayoritario es el sexenio de Vicente Fox con una tasa media anual de 2.08 por ciento ya que el gobierno actual aporta una magra tasa de 0.6 por ciento (con un estimado de 4.1 por ciento para este año). Ante este panorama tan desolador también es cierto que la estabilidad macroeconómica es irrebatible: déficit público muy cercano al cero, inflación bajo control y el monto más elevado de reservas en la historia del país, por señalar algunos indicadores.

Sin embargo, retomando la premisa del artículo, es evidente que ante el casi nulo crecimiento de la economía formal la población no encuentra empleo y la válvula de escape para tener un ingreso, así sea reducido y sin prestaciones, ha resultado ser precisamente la economía informal (el país es un enorme tianguis en el que florecen todo tipo de actividades lícitas

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