EL ABSOLUTISMO EN ITALIA, PERRY ANDERSON
Enviado por rominasajnin • 11 de Mayo de 2014 • 1.195 Palabras (5 Páginas) • 2.661 Visitas
ANDERSON, PERRY. EL ESTADO ABSOLUTISTA
CASO ITALIA: ¿Por qué no llegó a instalarse un Estado absolutista en Italia, a pesar de que allí se sentaron las bases para el mismo?
• Italia preparó el terreno para muchas de sus técnicas administrativas y diplomáticas.
• Las instituciones medievales universalistas del papado y del Imperio actuaron como freno en el desarrollo de una monarquía territorial ortodoxa, tanto en Italia como en Alemania.
• El papado resistió contra toda tentativa de conseguir la unificación territorial.
• Fue la ausencia de un poder en Italia lo que permitió las maniobras políticas del papado, pero el determinante fundamental del fracaso radica en el desarrollo prematuro del capital mercantil en las ciudades del norte de Italia, que impidió la aparición de un poderoso estado feudal reorganizado en el plano nacional.
• El papado construyó una autoridad autocrática y centralista. La “plenitud de potestad” concedida al papa no estaba limitada por ninguna de las restricciones feudales normales, los beneficios clericales de toda la Iglesiaestaban controlados por él, las transacciones legales, se concentraron en sus tribunales, y un impuesto general sobre la renta del clero se estableció con éxito. Sin embargo, la posición del papado como como Estado italiano permaneció débil e ineficaz.
• Italia del sur era la única parte de Europa Occidental en la que se combinaban una jerarquía feudal en forma de pirámide, implantada por los normandos, y un fuerte legado bizantino de autocracia imperial.
• La razón básica del fracaso de los Hohenstaufen en su intento por unificar la península, radica en la superioridad económica y social del norte de Italia, que tenía el doble de población que el sur y la mayoría de los grandes centros urbanos productores de comercio y manufacturas. Las prósperas comunas de Lombardía, Liguria y Toscana importaban el grano a causa de su avanzada división del trabajo, y de su concentración demográfica.
• Los recursos de las comunas siempre fueron mucho mayores que los que el emperador podía movilizar en Italia y su existencia como repúblicas urbanas autónomas se veía amenazada por la perspectiva de una monarquía peninsular unificada.
• Con el traslado de la base dinástica de lo Hohenstaufen desde Alemania a Sicilia y la implantación de la monarquía centralizada de Federico II en tierras del sur de Italia, el peligro de una absorción monárquica y señorial aumentó.
• Las ciudades lombardas, dirigidas por Milán, fueron las que frustraron esencialmente el avance del emperador hacia el norte.
• Fueron las comunas quienes proporcionaron los fondos en la larga lucha contra el fantasma de la monarquía unificada, así como la mayor parte de las tropas.
• Las ciudades lombardas y toscanas se mostraron incapaces de reorganizarse bajo un orden feudal, eran incapaces de alcanzar la unificación peninsular: el capital mercantil no tenía ninguna posibilidad de dominar una formación social de dimensiones nacionales.
• La Liga Lombarda pudo defender el norte, pero no fue capaz de conquistar el sur feudal.
• Las ciudades italianas comenzaron como centros mercantiles dominados por la pequeña nobleza y poblados de semicampesinos que combinaban frecuentemente las ocupaciones rurales y urbanas, el cultivo y la artesanía. Los mercaderes, banqueros, manufactureros o juristas se convirtieron en la élite patricia de las ciudades-república mientras la masa de la ciudadanía la constituyeron muy pronto los artesanos, en contraste total con las ciudades antiguas, en las que la clase dominante fue siempre una aristocracia terrateniente y el grueso de la ciudadanía lo formaban agricultores medios o plebeyos sin posesiones, y donde los esclavos constituían la gran subclase de productores inmediatos excluidos de toda ciudadanía.
• Eran centros de producción urbana cuya organización interna se basaba en gremios de artesanos y con una división del trabajo y nivel técnico desarrollados, Se expandió vigorosa y libremente la deuda pública,
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