EL ACTO DE RESISTENCIA NO ES LA PARALISIS.

EL ACTO DE RESISTENCIA NO ES LA PARALISIS.

1. Cómo se construye en el relato de Rodolfo Walsh, el personaje de la mujer que busca el narrador. Tome en cuenta, la oposición YO/ELLOS.

2. ¿Cómo están construidos los espacios en “Esa mujer”? ¿Qué rasgos semánticos están implícitos en la oposición interior/exterior?

3. Tomando en cuenta los textos de Todorov y Barthes, describa la secuencia narrativa de “Esa mujer” y los tipos de transformación que suceden a lo largo del texto.

4. Teniendo en cuenta el texto de Todorov “Las categorías del relato”, determine las figuras del narrador en “El simulacro” de Borges.

5. “El simulacro” (1960) y “Esa mujer” (1964) son textos contemporáneos, sin embargo, presentan dos modos distintos de construcción imaginaria del peronismo. ¿Acuerda con esta proposición? Tomando en cuenta las respuestas anteriores y las nociones de ideología y utopía de Paul Ricoeur, justifique su argumentación. Ejemplifique con citas textuales.

1) El personaje de la mujer que busca el narrador se construye de manera solida.  Esa mujer es un simbolo, representa el camino que lleva del peronismo a la revolución. Esa mujer, Eva simboliza lo que es en el imaginario popular. La madre de los pobres, la musa de los que vienen de abajo, de la clase obrera. “Llamé a unos obreros que había por ahí (...) Para ellos era una diosa.”  Evita es lo lejano, lo inalcanzable, el amor popular. Quizá es tan lejano como una posible victoria de la revolución. Evita generaba tan controvertidos y confusos sentimientos que hasta se enamoraban de su cadáver. Odio y deseos eróticos. La amaban y la odiaban. Ejercía sobre ellos una atracción enferma. Querían ser los dueños de ese sol líquido, como la definía su embalsamador. El magnetismo que emanaba “esa mujer” aún muerta los hipnotizaba; esa mujer frágil de aspecto sereno con la dignidad y la majestad de la muerte, los impresionaba y les infundía respeto y sentimientos ambiguos. Ahora estaba a su merced. De muerta exhalaba aún mayor seducción que viva.

Lo que provoca "esa mujer" en las personas se expresa en una ambigüedad o dicotomía característica. Por un lado, están aquéllos seguidores que vanaglorian la figura de Eva Perón, es decir, hacen de ella un culto a su personalidad. Por el otro lado, y en contraposición, están los conservadores, sus enemigos acérrimos, quienes quizá por discrepar de sus políticas benefactoras (presumiblemente no recibieron un colchón o "Evita no los amaba"), la aversionan, a tal punto de pretender desaparecerla del plano político y social argentino. En resumen, el resultado de un dualismo típico que responde a los grandes líderes políticos indiscutidos.

Podemos notar la clara diferencia que hacer el autor entre lo que seria yo (el coronel) y ellos (los montoneros). Para poder entender esta diferenciacion entre unos y otros es importante tener en cuenta el contexto politico y social. Que es lo que pasaba en la epoca y como fueron los echos. Nada tienen que ver entre sí. De entrada se aclaran dos puntos: que “no es ninguna forma concebible de amor lo que nos ha reunido” y que para dialogar deben delimitar un “terreno en que podemos operar, una zona vagamente común”: trabajar en “informaciones”, haber estudiado filosofía y letras, ser un “curioso del arte”.

El anonimato de los personajes es claramente un recurso que esgrimió el autor de manera adrede para quizá permitirle al lector (o al público en general) que diera sus propias interpretaciones sobre quiénes son los protagonistas de este cuento. Mediante la utilización de la metáfora, como recurso literario elemental, se alude a, por ejemplo, Eva Perón, refiriéndose a ella como "esa mujer". Además, y para retomar lo de los personajes, se emplean las caracterizaciones, en caso del Coronel, el cual es descripto como un hombre recio, alcohólico y sin temor alguno.

La ausencia de nombres propios hace del relato un eje transversal que permanece inalterable hasta el final, no sólo falta el cuerpo de “esa mujer” sino también su nombre. El anonimato es, quizá, el rasgo más notorio de las condiciones de producción del cuento: la proscripción del peronismo, de sus líderes y, por consiguiente, de sus nombres. Así, Eva es “esa mujer” y Perón “el viejo”, dos denominaciones que los opositores le dieron luego de la caída del movimiento. Por su parte, los protagonistas de la entrevista tampoco tienen nombres sino funciones sociales: uno es coronel y otro periodista/escritor, esto nos da la pauta de que cada uno podría representar un campo institucional propio: las fuerzas militares y el ámbito intelectual, respectivamente.

Enfrentados, pertenecientes a mundos opuestos, entrevistado y entrevistador se reúnen con diferentes fines pero el mismo objetivo, ambos buscan algo que suponen tiene el otro.

El dueño de casa es un coronel que busca unos nombres, unos papeles que acaso tenga el visitante. Militar, perteneciente al servicio de inteligencia, concentra el poder, representa al estado que terminó con el gobierno anterior. Es parte de la dictadura. Testigo, protagonista en la desaparición del cadáver.

La polaridad expuesta con el enfrentamiento de estas dos personas se refleja en otros niveles del relato como la estructura y los crímenes que representan los enigmas.

2) El encuentro entre los personajes se lleva a cabo en un espacio cerrado: el departamento del coronel, que va tornándose más oscuro y lúgubre a medida que avanza la conversación y desciende el contenido de la botella de whisky. Se trata de un escenario de apariencia y simulación4 propicio para una puesta en escena en la que el coronel es el principal actor de una historia poblada de incertidumbres y contradicciones. Él se muestra frente al periodista como un sujeto que no es, monta un personaje tan falso como las ornamentaciones que hay en su departamento; todo el tiempo intenta demostrar su formación cultural como si ese rasgo justificara la profanación que ha cometido, ubicándolo por encima del resto de los sujetos implicados en el secuestro del cadáver y de los “roñosos” que lo buscan.                         Fuera se encuentran Ellos, los roñosos, los enemigos, los atacantes. Dentro se encuentran el narrador y el Coronel, la mujer del coronel que se anuncia con una campanilla, la gente que le cree y que conoce “la Realidad”. De la calle suben ruidos de autos “…como las voces de un sueño…” El puerto está pintado de color azul mercurio. Por el ventanal se ve un cartel rojo que dice “Beba Coca-Cola”. Se hace referencia al imperialismo: “…invadiendo la noche, la ciudad, el mundo…” El Coronel bebe whiskey. En el cielo brillan las constelaciones del perro Sirio y el cazador Orión, asesinos. En el departamento se oscurece y la figura del Coronel solo se distingue por el resplandor carmesí que desprende el anuncio.

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