EL COMBATE ENTRE EL PENSAMIENTO DE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS Y GINÉS DE SEPÚLVEDA
Enviado por razotador auditore • 20 de Agosto de 2019 • Trabajo • 7.069 Palabras (29 Páginas) • 219 Visitas
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Centro de Ciencias Sociales y Humanidades
Departamento de Historia
Historiografía Novohispana
EL COMBATE ENTRE EL PENSAMIENTO DE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS Y GINÉS DE SEPÚLVEDA
Sara Beatriz Padilla Núñez ID: 189109
Profesor: Víctor Manuel González Esparza
Aguascalientes, Ags. 14 de julio de 2019
EL COMBATE ENTRE EL PENSAMIENTO DE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS Y GINÉS DE SEPÚLVEDA
Cualquiera que realice una investigación, así sea muy general, respecto al trato hacia los indios durante el proceso de conquista del Nuevo Mundo se topará indudablemente con el nombre de Fray Bartolomé de las Casas y con él siempre de la mano, aunque no se agradaban mucho, Juan Ginés de Sepúlveda. La historia siempre está llena de estos personajes que traban enemistad, se enfrentan, guerrean por defender sus ideales y nos dejan ese legado de reflexión; en este caso, hay que decirlo, Fray Bartolomé salió más victorioso.
El presente trabajo pretende hacer este análisis historiográfico respecto a la obra, tanto de Fray Bartolomé como de Sepúlveda; no sólo basándonos en sus escritos, sino en los trabajos de investigación que han hecho otros autores más contemporáneos a nosotros. El análisis filosófico será esencial para poder someter a juicio el pensamiento de ambos personajes; ninguno de los dos fue perfectamente lógico con argumentos, premisas y conclusiones impecables, ambos se contradijeron y cometieron una falacia por ahí o un errorcito por allá. Ambos tuvieron mucho que decir, en especial Fray Bartolomé quien necesita varios enormes tomos para recoger toda su obra.
El presente trabajo comprende varios apartados, primero conoceremos brevemente la biografía de ambos personajes lo que nos ayudará a la mejor comprensión de sus ideales, con esto dedicaremos un apartado completo a ambos personajes y explicaremos, con base en análisis filosóficos de otros autores, qué tan congruentes fueron al momento de formular sus argumentos y explicaremos estos mismos. Conoceremos un acontecimiento que comparten ambas vidas: el famoso encuentro de Valladolid; hecho demasiado citado pero poco documentado ¿qué se discutió? Veremos los que nos dicen algunos autores respecto a la controversia de Valladolid y nos tomaremos la libertad de agregar el pensamiento de unos cuantos pensadores más como el de Vitoria.
Lo que más nos interesa es comprender las dos líneas de pensamiento que se tenía respecto al trato hacia los indios; tema que abrió amplios debates de si la guerra o la no violencia serían lo ideal para tratarlos. Debate que no se dio en otras partes del mundo donde se hicieron conquistas, por lo que es digno de merecer toda nuestra atención.
JUAN GINÉS DE SEPÚLVEDA
El humanista Sepúlveda vino al mundo en Córdoba durante 1490, lugar donde realizó sus estudios hasta que entró a la etapa universitaria que cursó en la Universidad de Alcalá de Henares; se especializó en Artes y Teología durante su estancia en Bolonia; durante este proceso de estudios ya mostraba interés por la pluma y redactó sus primeras obras. Para 1544, dos años después de la promulgación de las Leyes Nuevas, Sepúlveda decidió entrar al debate sobre los indios que ya se venía discutiendo desde, incluso, antes de la caída de Tenochtitlan pero que se intensificó con la llegada de Fray Bartolomé de las Casas. Sepúlveda, luego de educarse en Bolonia, viajó a Roma donde residió muchos años y se dedicó a traducir textos clásicos, en especial de Aristóteles.
Sepúlveda, por desgracia, no se ha analizado tanto como a Bartolomé de las Casas; sino que casi siempre aparece como su némesis al cual mencionan y poco más. Así que para analizar a Sepúlveda explicaremos sus ideas plasmadas en su obra: Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios.
En esta obra Ginés de Sepúlveda nos presenta todo su pensamiento con respecto a la relación que para él era la ideal entre españoles e indios. Esta obra fue escrita en 1547 y aunque fue inédita muchos años (el Consejo Real de Indias y el Consejo Real de Castilla prohibieron su impresión) comenzaron a circular copias manuscritas ya que Sepúlveda tenía varios simpatizantes.
Explicaremos cuáles son los argumentos que Sepúlveda anota para comprenderlo mejor: primero comienza explicando su teoría de Derecho Natural, la cual manda que la razón nos inclina al bien y aparta del mal; esta racionalidad es el origen de la ley natural. Mientras que el Derecho de Gentes son las relaciones entre todos los pueblos, a excepción de aquellos tan bárbaros que deben considerarse al margen de la humanidad. Tomando en cuenta estas leyes, los pueblos de superioridad natural deben determinar aquello que es justo por naturaleza. Ya en estos argumentos de Sepúlveda nos encontramos con algunas contradicciones porque cita constantemente a Aristóteles, pero a la vez ideales cristianos y estos no son perfectamente compatibles.
Entonces, el Derecho Natural y el Derecho de Gentes son su principal base para desarrollar sus teorías. La idea que más pretende defender Sepúlveda es la teoría de la guerra: ¿por qué la guerra contra los indios puede ser considerada como justa? Sepúlveda explica que para que una guerra sea justa debe buscar la paz, así no hay incompatibilidad entre los ideales religiosos y la guerra, puesto que esta lucha tiene una causa. Respecto a las causas justas de guerra, Sepúlveda nos dice que se puede usar la fuerza para repeler otra fuerza que nos ataca sin causa; otra es el de recobrar cosas injustamente arrebatadas; castigar a los malhechores; luchar contra la herejía; y por último, “someter con las armas, si por otro camino no es posible, a aquellos que por condición natural deben obedecer a otros y renunciar a su imperio”. Sepúlveda cita constantemente a Aristóteles diciendo: “lo perfecto debe imperar sobre lo imperfecto”, esta frase podría resumir al Derecho Natural.
Según Sepúlveda, para que una guerra justa sea legítima debe estar decidida y dirigida por el poder público, dice de esto que:
Un príncipe bueno y humano no debe arrojarse a nada temerariamente ni por codicia, sino buscar todas las vías de paz y no dejar de intentar cosa alguna para repeler sin necesidad de la guerra los ataques e injurias de los hombres inicuos (…) pero si después de intentarlo todo, nada consigue, y ve que se sobrepone a su equidad y moderación de soberbia y perversidad de los hombres injustos, no debe tener reparo en tomar las armas, y nadie dirá que hace guerra temeraria o injusta. y, además, tener un buen fin.[1]
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