EL MIEDO DURANTE EL CONFLICTO ARMADO INTERNO: CASO UCHURACCAY
Enviado por angelavilca • 24 de Octubre de 2015 • Ensayo • 6.686 Palabras (27 Páginas) • 335 Visitas
EL MIEDO DURANTE EL CONFLICTO ARMADO INTERNO: CASO UCHURACCAY
Angela Marcia Vilca Aparicio
Código: 09150350
E.A.P. Historia
- Tema y planteamiento del problema:
Hablar sobre los miedos en la historia es poder o tratar de entender las aspectos culturales y sociales de un hombre perteneciente a su propia realidad, los miedos son infinitos y diversos en cuanto a la aproximación a un territorio determinado. Varían en tanto su difusión, manifestación, diversificación y distorsión, es por eso que hay miedos naturales, originales e inexplicables. Según Staples y Torres es inevitable no incidir en que estos miedos son mantenidos en periodos de tiempo prolongados y son consecuencia de particulares circunstancias mentales, sociales, políticas y económicas (p. 09). Es por eso que el miedo tiene muchas caras, son los miedos por antonomasia un resultado de conductas colectivas, para el caso del periodo de Conflicto Armado Interno que vivió el país, este miedo fue canalizado a través de la represión materializada en asesinatos, violaciones y desapariciones sistemáticas como una medida preventiva ante cualquier levantamiento.
Mi presente trabajo de investigación es tratar de dar un sentido a los estudios del miedo como mecanismo político y cultural dentro del contexto de los hechos suscitados Uchuraccay en 1983, por un lado se encuentra producción antropológica y sociológica y en menor medida histórica, sin embargo, no hay algún trabajo que explique al miedo como un mecanismo de manifestación política, con objetivos y resultados. Por otro lado, el miedo como objeto de estudio ha sido reducido y explicado a partir de hechos descriptivos de los diversos casos emblemáticos en el país, como fueron las matanzas, desapariciones, violaciones, etc. El miedo será la herramienta para describir masacres, descuartizamientos, explosiones de coches bomba, los apagones, etc.
En primer lugar pretendo explicar a ese miedo a través de “dos caras”, empezar por ese miedo como medida preventiva, es decir, el miedo como mecanismo político, según Robin, este miedo es un modo de temor que es producto de las jerarquías sociales, políticas y económicas, es un miedo manipulado que tiene como objetivo específico, la intimidación, aplicar sanciones o amenazas a una sociedad, estas “jerarquías” ya sea un colectivo, líder o individuo que ejercerá esta práctica de terror, tendrá como finalidad la de asegurarse de que éste conserve o aumente su poder a expensas de otros (Robin, 204: 580), este miedo responde a una lógica bipolar: aquel que utiliza al miedo como fin político, en este caso para las FF.AA. y Sendero Luminoso por un lado y por el otro, el miedo de la víctima, el de la colectividad que recibe de forma impositiva o coercitiva esta violencia, para el caso de Uchuraccay, son las víctimas o los que reciben en primer grado la aplicación de este miedo político es la población, y en segundo grado, las víctimas indirectas, para el caso Uchuraccay fueron los periodistas que fueron asesinados por el miedo aplicado a los mismos uchuraccaínos.
En segundo lugar quiero puntualizar el tema del miedo al otro, en la medida que el ser humano justifica una violencia y en la medida en la que el hombre responde a esa “justificación”. Es por eso que ese miedo al otro se vincula a actitudes de rechazo, represión y marginación. Se tratará de ahondar en la comunidad de Uchuraccay, en tanto al estudio de su conciencia colectiva, frente a la matanza de esos ocho periodistas, que fue el resultado a un periodo de violencia y conflicto en la que muchas comunidades fueron afectadas y donde su sistema de relaciones sociales, sus creencias religiosas y morales se reforzaron aún más.
Sumado a este contexto, la población se identificaba a un conjunto de creencias tanto religiosas como sociales donde la dicotomización de fuerzas era producto de un sistema de anomia y crisis, era entre lo bueno y lo malo, entre lo legal y la transgresión, esta polarización es producto de la misma creencia cultural andina, se concibió así entre lo bueno y lo malo, lo de arriba y lo de abajo, por lo que esto dio pie a que la mayoría de la población tuviera una aversión a la ideología maoísta de Sendero Luminoso, este rechazo se produjo debido a que una táctica de ésta, era la de impedir intercambios comerciales y de abastecimiento, así se sumaba el odio contra los abigeos, sin duda tanto los militares como los militantes de Sendero, tuvieron toda la capacidad para cometer crímenes al arrebatarles sus ganados, es por eso cuando se iniciaron las acciones de Sendero en la región más alta de Huanta se encontraban preparados, por siglos de tradiciones religiosas, a identificarlos como “representantes del mal”.
En tercer lugar, este estudio tiene como fuente de análisis al informe de la matanza de Uchuraccay presidida por Mario Vargas Llosa, a través de la interpretación de dicha fuente, deseo dar un contexto a la relación al miedo al otro y sobre la visión del foráneo, externo a la comunidad, esta interpretación fue analizado por el equipo de antropólogos que aportaron en el Informe. El tema central rebatir la idea de que los uchuraccainos y su espacio geográfico hayan cumplido de alguna forma un papel pasivo dentro del periodo de conflicto. Esto ha sido rebatido incontables veces a manos de antropólogos y estudiosos del tema de Conflicto Armado Interno peruano, se debe a que Uchuraccay ocupa una posición central y goza de particular autoridad en una zona en la que conviven alrededor de una veintena de comunidades, si bien hay relaciones de confrontación, no ha desaparecido los vínculos de solidaridad desde los tiempos prehispánicos, tanto Fernando Fuenzalida y Juan M. Ossio a pesar de haber sido parte de la comisión, han contrariado parte del informe de Mario Vargas Llosa respecto a este estado de incivilización de los uchuraccainos, ellos afirman que la zona iquichana (específicamente Uchuraccay) no pueden ser calificadas de primitivas, aisladas o salvajes ya que su historia nos muestra una intensa participación en la política regional y nacional, sin embargo, su participación dentro de ese sistema de relaciones intercomunales fue mellándose debido a la misma centralización y el abandono que condicionaba o restringía sus intercambio de recursos y de relaciones políticas más allá de Iquicha, Huanta o Ayacucho (73-74).
La primera reacción de los estas comunidades de Huanta frente a la presencia de Sendero en su medio parece haber sido de temor y retracción por la ausencia del Estado o una autoridad superior, ya con la aparición de las fuerzas del orden, los pobladores, en especial la aparición de los Sinchis, los uchiraccainos no dudaron de aliarse con las FF.AA., fue entonces que se produjeron las primeras reacciones en las comunidades huantinas, primero en Huaychao- casi simultáneamente- en Carhuarán, Iquicha y finalmente Uchuraccay.
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