EL MISTERIO DEL CERRO BAUL

Una tenue luz iluminaba la tarde, empezaba a reinar un viento frío que arrastraba arenilla de cero e impedía mantener los ojos abiertos; la visibilidad se tomo difícil y no se podía caminar. Se temía por un paso en falso y verse redondo a las profundidades del empinado mole. -¡Cuantos casos increíbles, de desaparecidos, perdidos que de otros que de un momento a otros se han vuelto locos. Pensó entre dientes. De pronto un estrepitoso y cercano ruido estremeció sus oídos. Cuando inexplicablemente una llama ardiente deslumbrante y fugaz, lo encegueció, dando origen a una hermosa puerta de piedra tallada, como aquellas que esculpen los characatos, se abrió lentamente desgarrando un quejido tenebroso.

_ Crac, crac, crac…..

Un nuevo paso delante de el, un callejón estrecho seguido de gradas que terminaban en un ojo de luz al fondo. El pastor atónito, con el sueño fruncido y los ojos desorbitados no pensó ni dijo una palabra, simplemente no tuvo tiempo para organizar una oración en su mente, el camino era tentador y seductor.

Al rato, no se si fue la curiosidad o una fuerza sobre natural que empujo al niño a desafiar el misterio; avanzo unos pasos a logro atravesar el lumbral; en ese instante una constelación de rayas radiantes su dibujo en sus pupilas; estaba al medio de un gran mansión completa adornados de objetos de oro, Perlas, zafiros diamantes; las paredes cubiertas de valiosas pinturas extravagante y excitantes con adornos en alto relieve en las paredes eran impresionantes, nunca visto por sus refulgentes ojos. Mujeres bonitas con el dorso desnudo en posiciones exóticas que invitaban al estimulo y pecado sexual. En otro lado de la casona, la cocina, un grupo de personas como un engranaje de una maquina preparaban un gran banquete; mas allá, en una mesa inmensa de cristal, lista para una cena, relucía vajilla y cubiertos que resplandecían en la mirada. ¡que increíble, ara todo!.

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