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EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN EL MUNDO. EL SISTEMA URBANO. TIPOS DE URBANISMO. REPERCUSIONES AMBIENTALES Y ECONÓMICAS

faniamv17 de Agosto de 2013

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0. Introducción

1. El fenómeno urbano, evolución histórica. La concepción sociológica

2. La urbanización: criterios de clasificación.

2.1. Parámetros de definición de una ciudad

2.2. Concepto de lo urbano

3. Morfología del espacio urbano e interurbano. De la ciudad preindustrial a la postindustrial

3.1. El sistema urbano.

3.2. El proceso de urbanización en el planeta.

3.2.1. La ciudad antigua

3.2.2. La ciudad clásica

3.2.3. La ciudad comercial

3.2.4. La ciudad industrial

3.2.5. La ciudad postindustrial

4. La ciudad en el Tercer Mundo y en los países industrializados.

4.1. La ciudad en el Tercer Mundo.

4.2. La geografía en la era de las megaciudades

5. Repercusiones socioeconómicas y ambientales

6. Conclusión

0. Introducción

La ciudad es el elemento articulador más importante de las sociedades humanas (espacio,

relaciones e intercambios) aunque esto no ha sido siempre igual a lo largo de la historia. La

urbanización ha sido progresiva desde que aparecieron las primeras ciudades en Mesopotamia.

Posteriormente crecerá durante la Plena Edad Media, pero será el siglo XIX y la Revolución

Industrial, los momentos que marcan el punto de inflexión hasta la verdadera explosión de los

últimos cuarenta y cincuenta años.

En la actualidad podemos asegurar que la ciudad es un trasunto fiel de la evolución de las

sociedades, de sus preferencias estéticas y regímenes políticos. Cómo veremos a lo largo del tema,

todos estos aspectos darán un resultado u otro que modelarán los paisajes urbanos de nuestro planeta.

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1. El fenómeno urbano, evolución histórica. La concepción sociológica.

La industria, tráfico,las construcciones vistosas… las ciudades son vistas como algo nuevo en

la historia. Sin embargo, los orígenes de las ciudades se remontan a miles de años atrás y han pasado

por tres fases distintivas.

La primera fase comenzó entre 5 y 6 mil años atrás con asentamientos que se convirtieron en

lo que conocemos como las antiguas civilizaciones del valle de Mesopotamia (hoy Irak), Egipto,

India y China. Los primeros asentamientos dependían mayormente de la agricultura y de animales

domésticos, pero, conforme la civilización creció en tamaño y en rutas de comercio, estos

asentamientos se convirtieron en centros para mercaderes, artesanos y oficiales del gobierno. La

división entre "pueblo" y "ciudad", "urbano" y "rural" había comenzado. Un patrón similar fue

seguido por las civilizaciones Griega, Iraní, Romana y de la Gran Zimbabwe.

La segunda fase en el desarrollo de las ciudades vino más adelante con la revolución

industrial en Europa a mediados del siglo XVIII. Las fábricas necesitaban de un gran número de

trabajadores y la actividad comercial creció, creando oportunidades nuevas en las ciudades.

Buscando empleo y una vida mejor, las personas se mudaban de las zonas rurales a las ciudades en

grandes cantidades, algo nunca antes visto.

La tercera fase comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. El más largo y rápido

crecimiento en la población urbana del mundo se ha suscitado a partir de 1950. En tanto que la

economía mundial se volvió internacional y creció en tamaño, las ciudades alrededor del mundo

crecieron a pasos agigantados. Mucho de este crecimiento se ha concentrado en Asia, Latinoamérica

y África, aunque algunas ciudades de Estados Unidos como Phoenix y Los Ángeles han crecido al

mismo ritmo.

Son estos cambios y sus ramificaciones los que llaman la atención del sociólogo al estudio de

las diferencias entre los modos de vida rural y urbano. El mantenimiento de este interés es un

prerrequisito indispensable para la comprensión y posible dominio de algunos de los más cruciales

problemas contemporáneos de la vida social, pues promete suministrar una de las perspectivas más

reveladoras para la intelección de los cambios que están ocurriendo en la naturaleza humana y en el

orden social.

Dado que la ciudad es producto del crecimiento antes que de una creación instantánea, puede

suponerse que las influencias que ejerce sobre los modos de vida no logran extirpar por completo los

modos previamente dominantes de asociación humana. Por lo tanto, y en un grado mayor o menor,

nuestra vida social muestra huellas de una temprana sociedad rural, de la que son modos

característicos de instalación las granjas, la hacienda (“manor”) y la villa. Tal influencia histórica

está reforzada por la circunstancia de que la población de la ciudad misma es en gran medida

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reclutada en el campo, donde persiste un modo de vida que recuerda aquella forma primera. De aquí

que no nos sea dado esperar el hallazgo de variaciones abruptas y discontinuas entre los tipos urbano

y rural de personalidad. La ciudad y el campo deben ser vistos como dos polos y todos los

establecimientos humanos tienden a acomodarse con relación a uno u otro de ellos.

Tomando la sociedad urbana-industrial y la sociedad folk-rural como tipos ideales de

comunidades, podemos obtener una perspectiva para el análisis de los modelos básicos de asociación

humana, tal como aparecen en la civilización contemporánea.

2. La urbanización: criterios de clasificación

La ciudad comenzó a ser objeto de estudio a principios del siglo XX con autores como Otto

Schluter o Paul Blanchard. Posteriormente surgirán distintas corrientes: la Nueva Geografía (con

Christaller a la cabeza), la Geografía Radical (Mattson), la Geografía Social, la Geografía de la

Percepción… Todas ellas tuvieron que hacer frente a la dificultad de definir “qué es una ciudad”, ya

que se trata de un término complejo, de naturaleza cambiante y con fenómenos muy heterogéneos.

Tradicionalmente la definición ha sido negativa en contraposición a lo rural (cabe recordar,

como dato curioso, que en la tradición judeocristiana se hablaba del Edén idílico y rural frente a la

ciudades pecaminosas de Sodoma y Gomorra). En la actualidad “…diremos que cuando se habla de

ciudad generalmente se hacer referencia a una porción concreta de espacio, más o menos claramente

delimitada, con una organización y una morfología características” (VINUESA, 1991: 16).

2.1. Parámetros de definición de una ciudad

• DEMOGRAFIA: Es un indicador fácil de obtener y gran utilidad para medir el volumen de

la población urbana, aunque no es suficiente para que un núcleo sea considerado urbano, a

pesar de atender a otros aspectos como el desarrollo de las actividades terciarias. Además se

suma el inconveniente de los números: en Suecia se considera ciudad a poblaciones con más

de 200 habitantes, en España la cifra se sitúa en 10.000 y en Japón en 30.000.

• DENSIDAD: Es un elemento que complementa al anterior. En este caso hablamos de ciudad

cuando hay además de un número determinado de habitantes, una concentración espacial de

los mismos. Es un criterio difícil de aplicar por la dificultad de cuantificarlo o por la

movilidad espacial. Del mismo modo, también genera paradojas, ya que puede haber espacios

rurales con altas densidades de población, como ocurre en el Sudeste asiático en zonas como

Vietnam o Bangladesh.

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• MORFOLOGÍA: Hacen referencia al uso intensivo del suelo, a los edificios colectivos, a la

infraestructura de comunicaciones…, si bien, los cascos viejos responden muchas veces a

tipologías rurales.

• FUNCIÓN: El concepto fundamental para definir función proviene de Christaller que en

1933 en su “Teoría de los lugares centrales”, definió la centralidad, que sería un núcleo

urbano que genera un hexágono de influencia cuyos objetivos serían minimizar el transporte

y conseguir los bienes necesarios para ese núcleo. Los núcleos rurales no tienen esa

capacidad organizativa del territorio, de manera que la actividad económica, industrial y de

servicios eran, para el autor, elementos definidores de las ciudades, algo que empezó a

cuestionar desde Estados Unidos con procesos como la tercerización de la sociedad y la

difusión de la industria en el mundo rural. En la actualidad podemos decir que la gran

mayoría de las ciudades son multifuncionales.

• LA CULTURA URBANA: La escuela de Chicago, desde una perspectiva sociológica,

diferenció ciudad y campo en función de las relaciones de sus habitantes, de manera que el

tráfico, la heterogeneidad social, la movilidad, las relaciones superficiales o el consumo son

los que definen las ciudades.

En conclusión, para hablar de ciudad deberemos encontrarnos un núcleo con un determinado

número de población, donde haya una densidad importante, que además presente una morfología

determinada, albergue una diversidad social importante y con una substancial capacidad innovadora

y difusora de ideas, dada la centralidad que se le presupone.

2.2. Concepto de lo urbano

En la actualidad se ha superado la dualidad campo-ciudad debido a:

• La suburbanización, que

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