EL VIEJO Y EL MAR
Enviado por jalulema • 18 de Noviembre de 2012 • 1.001 Palabras (5 Páginas) • 404 Visitas
EL VIEJO Y EL MAR
El libro el Viejo y el Mar de Ernest Hemingway, fue uno de los últimos publicados en vida del autor (publicado en 1952). Ha ganado varios premios entre ellos el Premio Pulitzer y el Premio Nobel de literatura, pero así mismo ha sufrido de duras críticas.
En este libro, el autor quiere plasmar en la mente de los lectores, la perseverancia, la fe y el sacrificio de Santiago; un pescador, flaco, con muchas arrugas en su rostro, de piel quemada por el sol y ya de edad avanzada; quien sale todos los días de uno de los muelles de La Habana, Cuba; a probar suerte en el ancho mar.
Por lo general, Santiago salía de pesca con un ayudante, Manolin, a quien lo llamaba Muchacho. Después de tantos días sin pescar nada; los padres de este joven le prohibieron trabajar con Santiago. A pesar, de esto el muchacho siempre estaba pendiente de las necesidades del Viejo, si tenía que comer, si tenía su periódico diario, si estaba bien de salud. La diferencia de edades para ellos no era un problema, ambos eran muy buenos amigos, compartían una gran pasión, el beisbol.
Un día Santiago ya cansado de su mala suerte, decide adentrarse en el mar. Es aquí donde el autor resalta la valentía y la fe del viejo. Mucho antes de que el sol saliera, salió de su pequeña choza; él tenía el presentimiento que éste, el día 85 sería el de la suerte y que regresaría a casa con un gran pez. Tembloroso empezó a remar su pequeña embarcación, en su bote llevaba un botellón de agua, las sardinas frescas y los bonitos, que el muchacho le había conseguido para la carnada, un arpón y sus redes.
Poco a poco se alejaba de la orilla, sabía que mientras más lejos de la orilla se encontrara tendría mayores oportunidades de pescar algo. Pasaron largas horas sin ninguna novedad, durante todo este tiempo “libre”; empezó a recordar cuando era joven y navegaba en grandes barcos. Recordaba al muchacho, el cual habría sido de mucha ayuda en esta aventura y por supuesto recordaba a su equipo favorito de beisbol.
Mientras esperaba que algo picara en sus anzuelos, miraba hacia el mar y todos los animales que salían a flote como las medusas y ciertos pececillos que seguían sus grandes y venenosos tentáculos, también podía observar a las tortugas marinas, las cuales eran uno de sus animales favoritos; en cierta época del año, él se alimentaba de sus huevecillos para que le dieran fuerza y energía para salir de pesca.
Al tercer día de estar a la deriva, con poca agua y poca comida, por fin el gran pez picó; el viejo no permitió en ningún momento que éste se le escapara; a pesar de haberse lastimado la mano con el sedal; a pasar de estar en una mala posición que le provocaba fuertes dolores de espalda y piernas y dolorosos calambres en sus manos; no lo soltó. Demostró ser una persona perseverante al no dejarse vencer por este pez que pesaba aparentemente el doble de él.
Ya
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