EL ÚLTIMO HOMBRE

PARTE V

EL ÚLTIMO HOMBRE

En este ensayo iniciaré hablando sobre la democracia liberal, la cual ha vencido a sus enemigos y que, en un futuro, posiblemente no tenga la necesidad de confrontar amenazas a su supervivencia. Sin embargo, padecen de acosamiento por problemas que van desde las drogas, los sin hogar, la delincuencia hasta los daños al medio ambiente y la frivolidad del consumismo.

Antes de indagar en el tema, hay que recordar algunos acontecimientos que iniciaron este tema. Por ejemplo, la primera guerra mundial, sus orígenes hasta el día de hoy siguen siendo complejos, por mas que se hayan estudiado de manera exhaustiva y se toma como tema controversial. Las interpretaciones de las causas de la guerra, incluyendo el militarismo y nacionalismo alemán, se ve una degradación de equilibrio de fuerzas por parte de Europa, por la simpleza de algunos dirigentes. Además, había otro factor relevante, que muchos europeos querían la guerra solo porque estaban cansados de la apatía y falta de comunidad de la vida civil. Sin embargo, a finales de julio de 1914 y en los primeros días de agosto, se dieron manifestaciones delante del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la residencia del káiser, cuando este llego a Berlín, su caravana estuvo llena de gente que clamaba por la guerra. Parafraseando a un testigo, se puede decir que todos sienten un deseo por la guerra, era un sentimiento en común. O sea, la creciente isothymia de la vida diaria no parecía suficiente. Por ello, reapareció la megalothymia, la de naciones enteras que buscaban un reconocimiento de su dignidad.

La verdadera libertad surge de la megalothymia, del deseo de ser reconocido como superior a los demás. Por otro lado, el thymos es la parte del hombre que busca la lucha y el sacrificio, queriendo demostrar que el yo es mejor a un animal temeroso.                                    La democracia liberal resolvió el problema de la megalothymia, limitándola mediante reglas institucionales. La diferencia entre las sociedades democráticas y aristocráticas que las presidieron no es que la megalothymia haya sido confinada, sino que fue inmersa.

La política exterior fue la sede de decisiones trascendentales y con un choque de ideas relevantes, incluso cuando esos alcances se ven limitados por la victoria de la democracia.

Había tres principales fenómenos históricos, que fueron: la religión, la democracia y el nacionalismo, que son diferentes manifestaciones de la lucha por el reconocimiento. El capitalismo fue una fuerza dinámica que está constantemente atacando las relaciones sociales convencionales. Hay razones para creer que la amenaza viene de la derecha, o sea de la tendencia de la democracia liberal concediendo reconocimiento igual a las personas desiguales.

Parafraseando a Nietzsche, Hegel y Marx tenían una perspectiva similar, ya que su objetivo era una sociedad que encarnara el reconocimiento universal. Nietzsche estaba de acuerdo con Hegel, respecto al cristianismo siendo una ideología de esclavos y que la democracia representaba una forma laica de cristianismo.

Tocqueville se anticipó a Nietzsche al darse cuenta de lo que se perdía cuando las sociedades se iban de aristocracia a democracia. Nietzsche fue declarado un enemigo de la democracia y la racionalidad en la cual descansa. El thymos para Nietzsche y Platón, todo el hombre.

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