EMPERADOR CUAUHTEMOC.

CUAUHTÉMOC, EL REY EN DISCORDIA.

ENSAYO ELABORADO POR: NAHEMA CATALAN VEGA.

ASIGNATURA: VALUACION DE BIENES NACIONALES.

CATEDRATICO: M. En V. CARLOS R. TZOMPANTZI MACIAS

NOVIEMBRE DE 2014.

En la búsqueda de algún tema específico relacionado con los Bienes de la Nación, he decidido abordar sobre  el cuestionado hallazgo de los restos del último emperador azteca en el municipio de Ixcateopan de Cuauhtémoc, Guerrero. Tema que guardo un interés particular y con el paso del tiempo me he documentado poco a poco.

Todo inicio en febrero de 1949 cuando circulaba en la prensa la tradición oral de que los restos del gran tlatoanic que su nombre significaba “dios envuelto en algodones“ cuyos restos descansaban  bajo el altar principal de la iglesia de Santa María de la Asunción. En marzo doña Eulalia Guzmán fue comisionada para verificar la veracidad del caso. Lo primero que hizo fue rastrear la tradición oral, analizo los documentos encontrados en la parte posterior de una imagen de la Virgen, patrona del pueblo –que indicaba el sitio exacto del entierro, con la firma de Motolinía como testigo- con la autorización de autoridades del estado de Guerrero, desenterró unos huesos calcinados, un óvalo de cobre con las inscripciones “1525-1529. Rey e S. Coatemo“, una punta de flecha y restos cerámicos.

Esta acción ocasiono la refutación total del hallazgo por parte de los verificadores oficiales argumentando: “no hubo controles arqueológicos durante el proceso de excavación, ni un diario de campo en que se llevara el registro de lo que se hacía día a día. Sin embargo, la señora Eulalia recibió honores y reconocimientos de los gobiernos estatales tanto de Guerrero como de su estado natal Zacatecano, colocando su nombre en el muro del congreso con el lema de “Descubridora de los restos de Cuauhtémoc“.

Entrando en materia, mi objetivo se dirige en cómo los pobladores veneran y mantienen ferviente la fe para con la “tumba del emperador“ siendo que el fallo de dos comisiones científicas oficiales lo denostaron, argumentando que los restos que conforman el cadáver son huesos de ocho individuos diferentes con lo que se formo un cuerpo, además de tener un cráneo femenino.

Cuestionamiento que respondo hipotéticamente: en Guerrero la población se resiste a olvidar sus tradiciones y costumbres, mantienen arraigado sus raíces, su pasado, sus orígenes, al conocimiento nato, la relación de la naturaleza con los antiguos dioses. En la actualidad el mes de febrero se conmemora el nacimiento (23 feb) y muerte (28 feb) de Cuauhtémoc, en la plaza cívica de Ixcateopan en donde se dan cita peregrinos y grupos danzantes provenientes de varias partes del país y del mundo para ofrendar y reivindicar su identidad etnocultural, nacionalista y principalmente indigenista.

En su momento este descubrimiento fue considerado como la recuperación de nuestro pasado indígena, tema relevante que inspiró a pintores, músicos, literatos sentaron las bases de las modernas antropologías y arqueología mexicana inscritas en la valoración de las raíces autóctonas.

Por otra parte, esto también contravino en críticas, pues se tiene documentado en los reportes de los investigadores del INAH (1970), en donde manifiestan abiertamente haber recibido presiones para validar el hallazgo a conveniencia de los interés del gobierno en turno (Rubén Figueroa) para minimizar los homicidios ocurridos contra campesinos y lideres sociales. Hay quienes señalan que este suceso se enmarca en la llamada doctrina de la mexicanidad del presidente Miguel Alemán que significa “la conciencia de que en nosotros mismos – en nuestros esfuerzo tesonero en el trabajo y en nuestras convicciones morales y espirituales – radica la solución de nuestros problemas. Pues con esto distraía y daba pan y circo a la población.

Otra situación intrigante del caso es ¿por qué razón enterraron o depositaron la osamenta debajo del altar mayor?, y ¿en realidad a quién pertenece?. En la revisión literaria se tiene documentado que el templo data del siglo XVI, en 1529 fue edificado por Fray Toribio de Benavente, conocido también como Motolinía, según menciona en una de sus cartas el templo resguardaba las tumbas del padre Fray Juan de Tecto y de Cuauhtémoc. Según datos del recinto en 1659 a 1715, se construyeron las cúpulas, las dos torres. Para 1957 las imágenes religiosas fueron retirados del interior del recinto para dejar al descubierto y en exhibición permanente la osamenta reconstruida por Diego Rivera, sin reclamos de la Iglesia Católica, al ser considerado un caso excepcional y único.

Tratando de responder a la pregunta de por qué razón enterraron los restos en el altar mayor, se han registrado evidencias en otras latitudes del país, sobre el hallazgo de ídolos prehispánicos desenterrados en recintos religiosos, en cavernas y atrios, estudios indican que la población indígena se opuso a la doctrina impuesta por los españoles, ellos continuaban adorando a sus dioses en secreto, ocultamiento que los orillo a esconder a sus ídolos debajo de los altares, en cuevas o cavernas y cuando los evangelizadores forzaban presentarse al altar y arrodillarse frente a una imagen, en realidan ofrecían su devoción a sus ídolos. Existen casos en poblados con presencia indígena en estados como Yucatán, Chiapas y Oaxaca.

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