ENSAYO EL INSURGENTE

ENSAYO

INSURGENCIA PARA LIBERTAD

La Guerra de Independencia fue un hecho imprescindible para nuestro país; y es en esta batalla dónde se dieron a notar actitudes de personas que dirigieron e impulsaron la libertad de una Nación.

Cansados de estar oprimidos por algo desconocido, hartos de una rutina ajena a los verdaderos hechos que acontecían al país e ignorantes de cómo combatir lo que pasaba grandes personas comenzaron a aparecer como líderes para actuar ante esta tiranía; determinación, fe, coraje y constancia fueron tan sólo algunos de los factores que influenciaron las maneras de actuar de estas personas.

A los que comenzaban a levantarse en diferentes zonas con grupos de personas a su favor y armadas se les llamó insurgentes y es de ahí, de entre estos valientes, dónde surge Pedro Moreno, el Insurgente jalisciense.

Pedro Moreno, nacido en Hacienda de la Daga, hoy en día Lagos de Moreno Jalisco, el 18 de Enero de 1775, estudió en el Seminario de Guadalajara, por ende era conocido como don Pedro el seminarista, se casó con Rita Pérez y una vez casado, comenzó a laborar en Guadalajara con actividades de comercio. Gozaba de una situación absolutamente holgada y tenía resuelta la vida. Además, entre sus parientes había personas ilustres: era sobrino tercer-nieto del Ilmo. Sr. Francisco Verdín y Molina, obispo de Valladolid y de Guadalajara, y primo hermano del Ilmo. Sr. Francisco García Diego, primer obispo de las Californias.

Don Pedro Moreno pertenecía al sector social de los criollos, y todo en su físico lo delataba como tal: era alto, blanco, bastante gordo, de ojos grandes y negros, barba poblada y cabellos de color castaño oscuro y rizado natural.

Moreno era dueño de la hacienda de La Sauceda, de la de Matanzas de Abajo y del rancho de Coyotes, que había sido parte de la hacienda de La Daga y por esto era un hombre respetado por los clérigos de su pueblo y a veces también criticado debido a su opinión sobre la religión impuesta por españoles.

Éste opinaba que la “Santa religión” era una mentira; era un pretexto de sus gobernantes para despojarlos de sus bienes, quitarles sus tierras y tenerlos avasallados, Pedro no creía que ésta era la religión de Cristo, ahora sabemos que no. Los españoles definitivamente no cruzarían los mares inmensos, exponerse ellos al hambre, a padecer sed, a la desnudez, al peligro de volcarse en el recorrido sólo por amor, amor y felicidad de gente desconocida e ignorante. Desde que él cruza por Hidalgo en sus caminos de comercio, comenzó a escuchar sobre levantamientos, Moreno había entrado en contacto con los insurgentes, a los que ayudaba en lo posible, y comenzaron a realizarse juntas. Esto convirtió a Moreno en un sospechoso ante las autoridades españolas, lo que llevó a que, a partir de entonces, fuera vigilado y lo amenazaran con ser llevado a prisión. Conocemos circunstancias dónde los intereses exteriores se ven reflejados y aún así personas apoyan éstas causas, sin embargo, también ha habido casos que cuando se ven descubiertas sus dobles intenciones,

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