ENSAYO SOBRE LA CARTA INDÍGENA

LA CARTA INDEGENA

El estado de Washington, al noroeste de estados unidos, fue la patria de los Dewamish, un pueblo que, como todos los indios se consideraban una parte de la naturaleza, le respetaba y veneraba y desde generaciones vivía en armonía con ella. En 1855 el presidente de los estados unidos Franklin les propuso al pueblo indígena de que vendiesen sus tierras a los colones blancos y que ellos se fuesen a vivir a una reserva, los indios no pudieron entender esto y se preguntaron ¿Cómo se podía comprar y vender la tierra?, el jefe de los Dewamish dio respuesta a la petición del gran jefe de los blancos, con un discurso cuya sabiduría, incluso hoy casi 150 años después nos asombra “mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen”.

Sin embargo nosotros meditaremos su oferta, pues ellos sabían que si no vendían, vendrían seguramente hombres blancos armados y les quitarías sus tierras, pero ¿Cómo es posible comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Nosotros no comprendemos esta idea. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua, ¿Cómo podréis comprarlos? Los hombres blancos olvidan la tierra donde nacieron cuando parten para vagar entre las estrellas, pero los indios Dewamish poseen otra forma de pensar en cuanto se trata de naturaleza por ello se les fue tan difícil poder entender como los hombres blancos les llegasen a pedir esto. Simplemente les querían dejar algo muy claro que si ellos les vendían sus tierras debían saber que son sagradas y que cada reflejo fugaz del agua clara de las lagunas narra vivencias y sucesos de su pueblo.

Si os vendemos nuestras tierra debéis recordar esto y enseñad a vuestro hijos que los ríos son nuestros hermanos y que por tanto hay que respetarlos con dulzura, como se trata a un hermano… lo cual nosotros no hemos cumplido nada de lo que dijeron los indios en cuanto al recurso agua, por el simple hecho que gracias a nosotros este se ve contaminado y ya como tal caso de advertencia este se ve escaso.

Desde tiempos atrás el hombre se ha venido invistiendo como la niebla temprana que se repliega en las montañas ante el sol de la mañana con grandes maquinarias para el proceso de deforestación, minería a cielo abierto, tomar las fuentes hídricas como botaderos de diferentes desechos tóxicos. Poniendo en peligro el medio ambiente o a la mamá tierra como ya lo habían advertido los indios Dewamish.

Esta carta nos hace reflexionar mucho en cuanto al modo de ver los indígenas la tierra y del en que como la vemos nosotros como un simple papel que podemos borrar y empezar a escribir de nuevo sin tener en cuenta que estamos cometiendo un grave error que quizás cuando queramos remediarlo sea demasiado tarde, como llegaron a predecir los indios Dewamish.

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