Edipo Rey

EDIPO REY: SUS DIOSES Y LA RELACION CON LA CULTURA GRIEGA

Edipo rey es una tragedia de fecha desconocida escrita por Sófocles y considerada una de sus obras maestras, esta historia trata sobre Edipo y su condición de matrimonio con su madre y el asesinato de su padre, predicho por Tiresias, un adivino tebano, es una historia que cualquier cristiano no esperaría leer en su vida, me pareció una lectura muy productiva porque no solo nos relata una historia, nos lleva al mundo greco y nos muestra la forma de vida allí, entre lo más destacado se encuentra el lenguaje con el que está escrita, la fuerza del destino al que nadie puede huir y la religión, una de las características más especiales de Grecia en su época.

Grecia, al ser politeísta, tiene varios dioses a los que alaban y cuya voluntad es única y definitiva, existe una maldición por las acciones que layo comente en su pasado, por tal motivo, los dioses lo condenan a maldiciones en su familia, las cuales no solo se quedaron en Edipo y Yocasta sino que trascendieron a lo largo de las obras subsiguientes; y la voluntad de estos siempre se ve reflejada en las acciones de los personajes, he ahí, la importancia de las deidades en el desarrollo de todas estas obras.

El hombre en el desarrollo de su intelecto y autorrealización ha buscado la forma de sentirse completo y de tener un ser al cual seguir y como modelo para llegar y luchar por un estado de ‘perfección’ de este pensamiento nacen los dioses y fue ampliamente desarrollado en Grecia, lugar desde donde muchos de sus descubrimientos, estudios e investigaciones respecto a lo anterior han sido claves para el desarrollo de teorías teológicas actuales a nivel mundial.

Como afirma Parker en uno de sus artículos, ‘’no puede hablarse de Sófocles sin sus dioses. Ellos aparecen distantes y elusivos, pero en todas sus obras, antes de la línea veinte, hay una mención a ellos o su culto. Se hacen oír bajo diversas modalidades: 1

1. En Edipo en Colono la voz de los dioses se presenta como una suerte de compensación frente a tanto dolor.

2. La voz de los oráculos o el relato de los personajes acerca de ellos.

3. La actitud de los Coros, que hablan sobre verdades teológicas con una libertad y confianza impropia de caracteres individuales.

4. El grito contra los dioses, cuyo reclamo queda sin respuesta. Los silencios ocupan un espacio destacado en las obras de Sófocles, en las cuales no hay ninguna mitigación para los hombres, quienes sufren castigos desmedidos’’.

Obras como Edipo Rey nos muestran la importancia de los modelos que el hombre tiende a seguir con el fin de encontrar su autorrealización debido a que, por ejemplo ‘Edipo’ decidió cegarse a si mismo porque pensó que había ofendido a los Dioses, que sus acciones eran dignas de su muerte y se desterró. Al igual que Yocasta quien decidió acabar con su vida al enterarse de la realidad de su vida en aquel momento al querer tentar la voluntad de los dioses y el destino que ellos tenían ya premeditado regalando a su hijo, con quien las desgracias nacerían también.

Según lo anterior es aceptable afirmar que los personajes de muchas de las obras de la cultura griega, entre ellas, Edipo Rey, son sometidos a lo que el autor nombra en los Dioses, como diría Burkert; ‘’Este estudio propone un recorrido por estas expresiones de lo sagrado en la última obra del autor, para lo cual analizaremos especialmente el Prólogo y del Éxodo.

Podría afirmarse que el tema se presenta en su totalidad, en el Prólogo, al modo de una tragedia en miniatura, que puede resumirse de la siguiente manera: el arribo al lugar, el conflicto, en este caso con el habitante de Colono y el final en paz de Edipo, cuando se espera la reconciliación definitiva del héroe con los dioses y, en consecuencia, se proyecta el aspecto social del desenlace. Se hace evidente el cambio de signo en su heroicidad: Edipo pasa de mendigo exiliado a benefactor eterno de Atenas, dado que su muerte ofrece generosamente beneficios para todos.

El espectador y la economía dramática exigen que se constate el cambio, hecho que ocurre en el Éxodo, fijado fundamentalmente por la voz de los dioses, que se oye en toda su plenitud y su potencia fulminante. De este modo, la obra presenta una estructura anular, porque aquello que ha sido expresado en el Prólogo concluye en el Éxodo, concretamente en el discurso de Mensajero.

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