Eisenstein, El Potemkin y el cine de propaganda.
Enviado por Ire01 • 9 de Abril de 2018 • Apuntes • 1.092 Palabras (5 Páginas) • 96 Visitas
Eisenstein, El Potemkin y el cine de propaganda
La figura de Sergei Eisenstein
Sergei Eisenstein fue un director y teórico cinematógrafo soviético. Estudió arquitectura y bellas artes antes de enrolarse en las milicias populares que participaron en la revolución rusa de Octubre.
Su primer contacto con el cine lo tuvo cuando rodó el corto que llevaba por título El diario de Glomov. Desde este momento comenzó a interesarse por este arte participando de forma cada vez más activa en este medio, lo que le llevó a gravar largometrajes como La huelga (1924). Pero su obra más célebre es El acorazado Potemkin, proyecto que se le encargó con el fin de conmemorar la Revolución de 1905.
Tras su película Octubre (1927), comenzó a tener problemas con la censura soviética, por lo que decidió firmar un contrato con la Paramount en Estados Unidos a donde se trasladó, pero no consiguió obtener el permiso de residencia ni pudo poner en marcha ningún proyecto. Es por ello que decidió trasladarse a México donde rodó el filme incompleto que lleva por título ¡Que viva México! Los negativos de la película fueron adquiridos por distintas personas, como el productor Sol Lesser, e instituciones como la Metro.
Tras esta experiencia en el exilio, que no le trajo el éxito que esperaba como cineasta, regresó a la Unión Soviética en donde se volvió a topar con la censura. Un ejemplo de ello es la interrupción del rodaje de El prado de Bezhin.
Finalmente Einsenstein se dedicó a la redacción de textos teóricos en donde finalmente destacó con obras como Teoría y técnica cinematográfica o La forma en el cine entre otras.
El Acorazado Potemkin
Introducción
Como hemos visto es un largometraje de Eisenstein y trata hechos reales. La película se basa en los acontecimientos que tuvieron lugar en el puerto de Odessa la semana del 26 de junio de 1905.
El acontecimiento que desencadenó este suceso fue la sublevación de la tripulación del acorazado Potemkin. El amotinamiento se produjo como consecuencia del mal trato que recibía la tripulación por parte de sus superiores, los cuales fueron relevados. Pero en el enfrentamiento no sólo cayeron oficiales, sino también varios marineros entre los cuales se encuentra Vakulinchuk, que lideraba la revolución. Tras esto, el acorazado acude al puerto de Odessa, en donde la multitud rinde homenaje a los fallecidos y presentan su apoyo a los miembros del Potemkin.
Tal episodio es visto por el Zar como un acto de rebelión, por lo que manda a su guardia cargar contra el pueblo de Odessa.
Análisis de la película
Como hemos mencionado antes, el largometraje El acorazado Potemkin tenía como finalidad conmemorar la revolución de 1905, pero éste no era su único propósito. La película data de 1925, hacía casi diez años del triunfo de la Revolución y ésta era una buena manera de recordar y avivar los sentimientos que condujeron a esa revolución, los cuales debían de seguir manteniendo viva la causa. Por esto podemos justificar el empleo de la película como un medio propagandístico.
Pero esta propaganda no se presenta como si de un panfleto político se tratase, sino que se enmascara. Para no hacer evidente la intención que persigue el filme, se recurren a ciertos recursos como es la definición de los “protagonistas” y antagonistas, es decir, la posición de ambos grupo queda bien definida: los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Es importante aclarar que cuando decimos “protagonistas” nos referimos al pueblo en su conjunto. Por otra parte, para evocar los sentimientos que supusieron los acontecimientos ocurridos en Odessa, el rodaje de los exteriores se hizo en los mismos lugares en los que tuvieron lugar los hechos de 1905. Uno de estos escenarios son las famosas escaleras de Odessa por las que, durante la película, se ve caer un carrito de bebé. Esta escena será un ejemplo de la transcendencia e influencia que tuvo el cine ruso en el resto del mundo. Concretamente, esta escena ha sido homenajeada en numerosas películas como por ejemplo en El Padrino, de Coppola y Los intocables de Elliot Ness, entre otras. Con esta escena, lo que Eisenstein pretendía trasmitir al espectador era la sensación de drama e injusticia.
...