El Camino de Santiago: orígen y rutas más importants
Enviado por campillejano • 5 de Septiembre de 2015 • Trabajo • 2.147 Palabras (9 Páginas) • 201 Visitas
Alumno: Óscar López Pérez NIA: 317444
Grado en Información y Documentación
Técnicas de expresión oral y escrita – Ejercicio de evaluación (Bloque III)
El Camino de Santiago: origen y rutas más importantes
El Camino de Santiago es una ruta de peregrinación que surgió en la Edad Media, a través de la cual, gentes de España y Europa llegaban a la ciudad de Santiago de Compostela, para venerar los supuestos restos del Apóstol Santiago el Mayor. En un principio la afluencia de peregrinos fue tan grande, que surgieron distintos caminos para llegar a la tumba del seguidor de Cristo, alrededor de los que se construyeron nuevos núcleos de población. Por un lado era una vía de peregrinación y por otro lado de transmisión de cultura, literatura, pensamiento y arte, procedentes de Europa, como los estilos románico y gótico que acabaron asentándose en nuestro país. En la actualidad millones de personas españolas y extranjeras lo recorren todos los años, siendo Santiago de Compostela una de las ciudades más visitadas del mundo; por consiguiente, es importante conocer su origen y las rutas que se pueden recorrer.
Desde el siglo VII, se empezó a conocer a Santiago como el Apóstol que había viajado por España con una labor evangelizadora y que fue ajusticiado por Herodes. En un libro de este mismo siglo, llamado Breviarium Apostolorum, y de autores desconocidos, encontramos la siguiente cita: “Santiago, cuyo nombre significa el que suplanta, hijo de Zebedeo, hermano de Juan, predica aquí en España y en el Occidente, y bajo el reinado de Herodes, fue ajusticiado con la espada”. Pero en realidad su tumba no fue encontrada hasta el año 813, cuando un ermitaño llamado Pelayo al ver unas extrañas luces, avisó al obispo de Iria Flavia (la actual Padrón) quien acudiendo al lugar encontró el sepulcro de Santiago. El rey Alfonso II, rey de Asturias, ordenó la construcción de una iglesia, la que hoy conocemos como la Catedral de Santiago de Compostela.
El descubrimiento de la tumba de Santiago fue extendiéndose por toda Europa, y los peregrinos empezaron a llegar desde todos los rincones; Alfonso II, hizo del Apóstol un símbolo en su lucha contra los árabes, apareciendo así la imagen de Santiago Matamoros. Durante el siglo X, el Camino tuvo poco desarrollo debido a los continuos ataques islámicos a las tierras cristianas del Norte. Con el siglo XI, llegó su consolidación; en efecto, con la expansión económica europea y la colaboración de los reyes Sancho III el Mayor, de Navarra y el castellano-leonés, Alfonso VI, quienes pretendían obtener grandes beneficios económicos con el paso de peregrinos por sus tierras, comenzaba la etapa más brillante del Camino de Santiago. Además, los monjes cluniacenses también fueron muy importantes al construir monasterios por todo el Norte de la península, con el fin de expandirse.
Hasta el siglo XIV, se desarrolló la época más espléndida del Camino de Santiago; con la llegada masiva de peregrinos, se construyeron albergues, hospitales, puentes, caminos. También acudían artesanos y negociantes extranjeros, que se quedaban en España, naciendo nuevos núcleos o burgos, apareciendo así la burguesía. Artísticamente fue primordial para la implantación de estilos como el románico y el gótico, quedando patente en las imponentes catedrales, que podemos admirar en la actualidad. Fue tanta la afluencia de gente y su importancia, que se hizo una primera guía de los caminos, que podemos encontrar en el Códice Calixtino. Al final de la Edad Media, debido a epidemias como la peste y al Gran Cisma de Occidente, el Camino fue decayendo paulatinamente. En el siglo XX, declarado Patrimonio de la Humanidad y tras la visita del Papa Juan Pablo II en 1989, volvió a resurgir, hasta llegar finalmente a la época actual, en la que es recorrido anualmente por miles de visitantes procedentes de todo el mundo.
Desde el primer momento en que se empezó a difundir la noticia del descubrimiento de la tumba de Santiago, los peregrinos comenzaron a viajar desde todas las ciudades europeas y españolas, siendo ellos mismos los que trazaron rutas, según sus lugares de origen; por tanto, se crearon un conjunto de caminos con distintos recorridos entre los que podemos destacar el Camino Francés, Aragonés, Vía de la Plata, Vasco, Norte, Primitivo y Portugués. En el libro de BANGO, Isidro, El Camino de Santiago, Madrid: Espasa Calpe, 1993, encontramos la descripción de las etapas del Camino Francés, su historia, así como todas las infraestructuras creadas para atender a los viajeros.
El Camino Francés es, en realidad, la ruta jacobea por excelencia, ya que era por la que entraban la mayoría de peregrinos desde Europa, atravesando Francia y de ahí su calificativo de “francés”; por ello, es considerado el más importante. Serían nuestros vecinos franceses los que más acudirían a venerar a Santiago y, sin duda, los que más difundirían su fama. Atravesaban los Pirineos llegando a Roncesvalles (Navarra), pasaban por ciudades como Logroño, Burgos, Palencia, León, Lugo y al fin, terminaban en Santiago de Compostela. Como consecuencia de ser la ruta más transitada, se construyeron templos tan importantes como las Catedrales de Burgos, Pamplona, León o Astorga, así como monasterios y conventos. Recorrer su paisaje significa encontrar un rico patrimonio arqueológico como el yacimiento de la Sierra de Atapuerca o las minas romanas de Las Médulas. Por ser el más conocido y por su riqueza arquitectónica y paisajística, no es extraño que sea el recorrido más utilizado, también en la actualidad.
Por el Camino Aragonés, uno de los más antiguos, también se cruzaban los Pirineos, pero por Huesca; se recorrían Jaca, Navarra y en la localidad de Puente la Reina, se unía al Camino Francés. Si hay algo que hace atractiva a esta ruta es que sus etapas son largas y con pocas poblaciones, lo que da al viajero una sensación de gran libertad y sosiego; cuenta con numerosos edificios religiosos, pero destaca en especial, la Catedral de Jaca, ya que fue una de las primeras construcciones románicas levantadas en nuestro país. Dada su difícil orografía y la existencia de numerosos ríos, se hizo necesario levantar gran cantidad de puentes, acueductos y viaductos, los cuales pueden ser disfrutados todavía hoy. El Camino Aragonés, al ser menos transitado que el Francés y más solitario, es escogido por los peregrinos que huyen de las aglomeraciones y que buscan vivir una experiencia lo más parecida posible, a como sería el Camino en sus comienzos.
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