El Cine En Mexico

EL CINE EN MEXICO

El 28 de diciembre de 1895 una novedosa máquina vino a revolucionar al planeta entero. Se trataba de un invento diseñado por los hermanos Louis y August Lumière, cuyo nombre era el cinematógrafo.

El 5 de agosto apareció una de las primeras notas publicada en México sobre el cine. Esta decía: "Próximamente quedará establecida en esta ciudad este aparato óptico, del cual tanto ha hablado la prensa europea. En Madrid acaba de llamar mucho la atención, siendo visitado por la Infanta Isabel y lo mejor de aquella sociedad. En Francia funcionó en el Elíseo, en medio de los elogios del Presidente Faure"

"La desorganización del mercado incidió para que la producción de películas mexicanas fuera escasa. Las películas nacionales fueron durante el porfiriato un complemento del programa. Pocas tuvieron el honor de ser programadas solas, esto es, que fueran el único atractivo. Sólo algunos reportajes de viajes de Porfirio Díaz gozaron de tal privilegio"

En la década de los treintas se presentó el cine como campo abierto a la experiencia artística y aportación personal. En esa primera etapa, la limitada producción de vistas en México giraba en torno a sucesos reales, una especie de cine-verdad limitado a los acontecimientos que expresaban la realidad porfiriana, pues nunca pretendieron ofrecer testimonios del disgusto prerrevolucionario que se estaba fermentando en el fondo de la sociedad. Las primeras películas eran referente a Porfirio Díaz, la primera de todas se llamó “El presidente Porfirio Díaz montado a caballo por el bosque de Chapultepec”. Para finales del porfiriano la temática de los cineastas no había variado de eje. El dictador y sus viajes eran quizás la mayor atracción, seguidos de las hazañas de toreros célebres, como Rodolfo Gaona, o de cantantes y actrices sustraídas del teatro. Muy probablemente la película-reportaje La entrevista Díaz- Taft es la más ambiciosa de aquella época. Dirigida por los hermanos Alva, esta cinta es la crónica del viaje de Porfirio Díaz a la frontera y de su encuentro con el presidente de Estados Unidos.

Las películas de ese entonces no tenían influencia en el acento nacional. Existían múltiples géneros de expresión colectiva como: comedias rancheras películas cómicas, epopeyas de barrio, películas de familia como sagrada institución y que reflejaban a la clase media.

Después se buscó representar a México como civilizado y occidental a su vez resalta el folclor mexicano por ejemplo con Enrique Rosas, quien se dedicó como la mayoría de los camarógrafos pioneros, a la filmación de vistas, sin embargo, definió un estilo nacionalista que buscaba retratar el folclor del país. Además fue realizador de un gran documental sobre el viaje de Porfirio Díaz a Yucatán: Fiestas presidenciales en Mérida (1906). Este filme fue, sin duda, el primer largometraje mexicano. A lo largo y ancho de México, Rosas encontró motivos que captar, un estilo que, a la postre, se cristalizaría en El automóvil gris (1919). Además de explotar el folclor mexicano.

Otros cineastas de esa primera época fueron: Guillermo Becerril (desde 1899); los hermanos Stahl y los hermanos Alva (desde 1906)

Durante el gobierno de Emilio portes Gil que abarco de 1928 a 1930; las exenciones de impuestos permitieron el crecimiento inicial del cine mexicano como industria.

Se establece le intervención del Estado en la industria cinematográfica El estado requirió del cine por su amplia difusión y por qué los temas tocados permitían distraer al público. El cine necesitó del Estado porque subordinados los productores, al capital estadounidense tenían escasa libertad de decidir y ganar. Por otro lado, el predominio del cine extranjero en México, le cerraba los mercados y lo conducía a continuas crisis económicas

Lázaro Cárdenas estableció los lineamientos básicos del Estado Mexicano moderno, que prevalecieron hasta los sesentas.

Durante esa época algunas de las películas que se filmaron fueron: Clásicos de la época de oro: Allá en el Rancho Grande (1936) de Fernando de Fuentes, Águila o sol (1937) de Arcad Butler, La mujer de nadie (1937) de Adela Sequero, Diablillos de arrabal (1938) de Adela Sequero…

Lo que en el futuro sería llamada “época de oro del cine mexicano”, no sin cierta imprecisión cronológica, por lo general, se produjo entre 1941 y 1945, años que coincidieron con la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos decidió apoyar al cine mexicano, considerando que la difusión del cine mexicano en los países hispanoparlantes del continente era muy favorable, en términos de propaganda y difusión, para los aliados. En la Oficina Coordinadora de Relaciones Internacionales de Washington, dirigida por Nelson Rockefeller, previo en 1943 la ayuda estadounidense al cine azteca. La celulosa para fabricar película virgen no fue problema

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