El Efecto Pingüino

Efecto Pingüino

Movilizaciones estudiantiles del 2011

La Revolución pingüina es una seguidilla de movilizaciones estudiantiles más conocidas a nivel nacional por el efecto que esto produjo y la importancia que el país y, por sobre todo, la comunidad estudiantil le da: un hecho histórico en que finalmente las fuerzas populares no pudieron ganarle a la corrupción del Estado.

Desde el junio del año 2011 que estudiantes superiores y secundarios chilenos exigía a voces el derecho de una educación pública, gratuita, de calidad, y por supuesto, sin fines de lucro. Y es que las condiciones en que estos asistían a clases no eran las mejores, ni si quiera buenas. Los aranceles eran altos, los colegios y universidades estaban repletos de familias endeudadas y la educación simplemente no llegaba a los sectores más vulnerables. Las leyes aplicadas en el 1990 jamás fueron legales ni menos democráticas. Los hijos de la dictadura ahora le estaban dando nietos, pero ellos no se quedaron callados.

Estos guerreros que no tenían nada más que libros, conocimientos, y la convicción de querer ver crecer su Chile a partir desde donde ellos estaban exigiendo mejoras. Si bien su lucha y las muchas creativas formas de poder llegar a la conciencia nacional y armar cambios en su tiempo, actualmente está vista como un hincapié (una lucha siempre recordada pero nunca tomada realmente en cuenta por las autoridades) al debate de la Reforma Educacional, la gratuidad, las mejoras en las estructura de la educación como de sus adherentes, un grito al futuro que sabemos, no es hoy.

La implacable LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Educación) fue uno de los mayores gatillantes en el año 2006, los mismos estudiantes tomaran cartas en el asunto y fueron ellos mismos los que buscaran la derogación, entre otras muchas razones de peso. Las primeras manifestaciones siempre eran fuertes y de gran convocatoria, la violencia no fue usada hasta después de dos meses. Lo mismo ocurrió cinco años después, la misma dinámica, pero más polémica y espectacular. Se recuerda la representación de Thriller de Michel Jackson, con los manifestantes como zombies, dejando en evidencia claramente lo que querían satirizar: la educación era un muerto viviente.

“El movimiento ha llegado para quedarse” lo decía incansables veces Camila Vallejo, rostro que junto con Giorgio Jackson se volvieron una rutinaria aparición en las portadas de los diarios y representantes de los pingüinos en todo el país.

La lucha de los estudiantes secundarios y superiores no solo abarcaba lo que era lo político y social, sino que ampliamente lo económico. Se había implementado la CAE (Crédito Aval del Estado) en el gobierno de Ricardo Lagos, “solución” para las familias que no pudiesen pagar las universidades, se les entregaba un crédito y cada cierto tiempo tenían que ir pagando como es hasta la actualidad. No era lo mejor de todo, pero tampoco lo peor. Los aranceles iban subiendo acorde los años pasaban, y ya no era un simple 4%, sino que más bien un 5,6% y acrecentando. Esto llevó a los endeudamientos masivos y vulneración de las familias de menos a más. Sí, así es, menos a más, pero no todos los top diez son lo mejor de.

“En las últimas semanas han sido miles los jóvenes que han salido a las calles a manifestarse en favor de una causa noble, grande, hermosa, y legítima como una educación de calidad para todos, que les permita ser protagonistas y no meros espectadores de esta sociedad del conocimiento y la información” (Piñera, 2010) Parte de lo que el próximo mandatario de Chile pronunciaría en frente a las Naciones Unidas, el mandatario peor evaluado en la historia del país, tal vez por el contexto en que llega al poder, no hay que culpar solamente a una persona, pero también hay que mencionar que estaba gobernando como en años anteriores había fracasado, sustituyendo a los verdaderos trabajadores de la política por empresarios de buen dinero, imposibilitados para que volviéramos a la democracia en que todos teníamos nuestras esperanzas.

Haciendo una comparación entre el tiempo antes de la dictadura, la dictadura, post dictadura, y la actualidad en que queremos creer que estamos

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