El Elemento Engaño, En El Anfitrión De Plauto

EL ELEMENTO ENGAÑO EN LA OBRA ANFITRIÓN DE PLAUTO

El engaño ha sido motivo literario frecuente a lo largo de la historia humana; ya que siendo este un medio o instrumento cuya utilidad es la de superar obstáculos para alcanzar un fin determinado, ya sea de manera justa o injusta. Existe una extensa cantidad de obras de la literatura que cuentan con el engaño como instrumento, siendo Anfitrión de Plauto una de ellas, y la que interesa en el caso particular. Debe entenderse el elemento engaño desde las diferentes perspectivas o funciones de este. De una manera esquematizada podría verse de la siguiente forma:

• Engañar.

• Descubrir el engaño.

• Aceptar el engaño.

En la obra referida los Dioses utilizan la metamorfosis, la que les permite satisfacer sus deseos parecidos a los de los humanos solo que de un modo sobrenatural; lógicamente los hombres no pueden detectar dicho cambio en virtud de los poderes de estos.

Es por ello que ante la ausencia de Anfitrión, el Dios Júpiter con la apariencia de éste logra engañar a Alcmena quien sin saberlo le es infiel a su esposo; por otra parte el Dios Mercurio acudió también a la metamorfosis, tomando el aspecto físico de Sosia esclavo de anfitrión para ayudar a su papa a cumplir cabalmente con el propósito de Júpiter. A su regreso, el verdadero Anfitrión y el verdadero Sosia se encuentran burlados del modo más gracioso. De aquí se origina entre marido y mujer una quimera y enredo, hasta que Júpiter, bajando del Olimpo en medio del trueno, deja oír su voz y confiesa que él es el único culpable.

Es ahí donde se aprecia el primer elemento o función del engaño: el engañar, que no es otra cosa que crear una falsa representación de la realidad.

De esta manera se desata una ola de engaños en el trayecto de la historia, creando un ambiente de burla, desencanto, acusaciones y sobre todo incertidumbre ante el conflicto de ser los hombres unos títeres de los dioses, al humanizarse a sí mismos por el solo hecho de satisfacer sus vicios.

Así pues tenemos que para que el engaño sea considerado parte sustancial de una obra épica o una tragedia, debe tener una función específica, como lo es en el caso concreto de la obra en comento, donde el engaño es el “arma” por excelencia, y tal arma no aparece solo así porque sí, sino que es precisamente un elemento que inclina la balanza a favor del empleador.

Al final de la historia podemos ver como se desenmascara el engaño, pero solo es así ya que el Dios Júpiter confiesa que él es el único culpable y explica la situación revelando su verdadera personalidad y aclara todo lo sucedido.

...