El Estado Mederno
Enviado por minatonami10 • 14 de Mayo de 2014 • 13.199 Palabras (53 Páginas) • 754 Visitas
El Estado Moderno: apuntes para el estudio de sus características
Sergio Nicanoff
Introducción
Uno de los elementos conceptuales básicos sobre los que debemos reflexionar gira alrededor de las implicancias que tiene la discusión acerca del Estado como categoría. Abordarlo en el marco de una materia del CBC requiere poner en cuestión y revisar determinadas concepciones del Estado que portamos desde un “sentido común”, que puede estar presente en nosotros de manera explícita o implícita pero que ha sido socialmente construido, como trataremos de demostrar en el presente trabajo.
En la actualidad se desarrolla un intenso debate acerca de las funciones, atribuciones y características del Estado tanto en nuestro país como en Latinoamérica y el mundo. Cotidianamente vemos expresarse en el plano político, en medios masivos, a nivel educativo y en diversos espacios, este debate que refleja concepciones diferentes acerca del Estado.
Una de ellas, articulada alrededor de la ideología neoliberal –tan predominante en los 80’, 90’, y que dista de haber desaparecido– sostiene que el Estado tiene que tener menor cantidad de funciones, particularmente de intervención en la economía. Según esta mirada el mayor peso del Estado conduce a la ineficiencia, al burocratismo, al gasto excesivo que tiene que sostener el conjunto de la sociedad. Sus sostenedores afirman que en una sociedad cada vez más globalizada, donde los mecanismos de interinfluencia y relaciones entre los países se han multiplicado, las tareas llevadas adelante por los Estados Nacionales se tornan cada vez menos necesarias. Postulan que lo determinante pasa por la autorregulación de los mercados.
Desde otras perspectivas, por el contrario, se plantea que es imposible generar ciertos niveles de igualdad social y expansión de derechos ciudadanos sin un aumento en la intervención del Estado. Que el mercado librado a sí mismo sólo potencia la desigualdad y la polarización social. Aducen que es fundamental la inversión estatal en obra pública, la gestión directa del Estado de ciertas áreas estratégicas de la economía así como su función de regular y controlar a los capitales privados para aumentar el consumo, evitar los aspectos más depredatorias del empresariado y permitir el acceso a bienes por parte de mayor cantidad de personas. Estas miradas creen que es posible retomar los mecanismos de la etapa Keynesiana del capitalismo, dominante en el período que se sitúa entre la segunda guerra mundial y principios de los 70’, así como que el capitalismo puede ser reformado o al menos contenidos sus aspectos más cuestionables.
Por otro lado, las perspectivas más críticas del sistema en sus diversas variables, que van desde corrientes marxistas diversas pasando por el anarquismo o el autonomismo hasta el ecologismo más radical, ponen el acento en la necesidad de derribar el Estado capitalista, considerado una instancia de opresión social. Aunque algunas de estas tradiciones motorizan luchas populares por reformas, las ven tan solo como espacios de acumulación de fuerzas para la transformación radical de la sociedad, sin ninguna expectativa en la posibilidad de que el sistema pueda mejorarse. Aún así, la amplia gama de concepciones vigentes en los pensamientos emancipadores discrepan radicalmente sobre el carácter del Estado, y si éste puede o debe subsistir y asumir ciertas funciones o no en una sociedad sin explotadores ni explotados.
Como sea, la importancia de este debate se acentúa si tomamos en cuenta que, tanto en nuestro país como en la región, la centralidad del Estado ha crecido, aunque se pueda discrepar profundamente sobre el sentido de ese peso mayor, y si se puede generalizar o hay que distinguir procesos muy diferentes a nivel latinoamericano.
En todo caso lo que queremos señalar es que estas polémicas no son abstractas ni ajenas a la cotidianeidad de nuestro pueblo y por ende de todos/as los que transitamos la educación universitaria. Muy por el contrario, el desarrollo de estos debates y de otros íntimamente relacionados, las tensiones y conflictos que estas discusiones expresan, determinarán aspectos celulares de nuestras vidas en los años por venir. Desde qué tipo de educación existirá y quiénes y en qué condiciones tendrán acceso a ella, pasando por la posibilidad o no de acceder a un empleo y en qué condiciones, de acceder o no a la salud, de ampliar o restringir nuestros derechos individuales y colectivos, de la calidad o deficiencia del transporte y un largo, etcétera, que atraviesa todos los planos de nuestra existencia social.
No pretendemos que el presente trabajo sostenga su valía desde una supuesta imparcialidad en esos debates. Es decir, enunciado desde un lugar arbitral, ajeno a los conflictos y cargado de una verdad pretendidamente científica y absoluta. Por el contrario, creemos que quienes sostienen una supuesta imparcialidad en el campo del conocimiento en realidad plantean, de manera más o menos velada, todo un sistema teórico e ideológico presentado como “neutro”. No es nuestro caso. Partimos de apoyarnos en una serie de teorías críticas que cuestionan la realidad existente y evitan naturalizarla. Eso no significa caer en estereotipos, dogmatismos o arbitrariedades analíticas. Es posible encarar nuestro análisis con toda rigurosidad y sentido crítico, incluidos los y las pensadores y las corrientes de pensamiento más afines a nuestras creencias, sin perder profundidad o caer en la falacia de la neutralidad.
Deberemos entonces abordar en un camino analítico la complejidad presente en la categoría Estado. El texto está estructurado en dos partes. La primera, con un recorrido más conceptual, trabaja el nacimiento del Estado Moderno; lo correlaciona con el nacimiento del sistema capitalista, trazando sus relaciones; señala las diferentes dimensiones que configuran al Estado; analiza los momentos históricos en que se cristaliza una crisis de la forma Estado y las implicancias de esta cuestión; y finalmente reflexiona sobre las miradas acerca del Estado que, desde nuestra perspectiva, cuestionamos.
En la segunda parte trabajamos más detalladamente la dimensión histórica, deteniéndonos en las condiciones y particularidades que dieron lugar al nacimiento y consolidación de los Estados Nacionales en América Latina para finalmente, recorrer el proceso de génesis del Estado argentino y la constitución de su forma oligárquica a fines del siglo XIX.
Primera parte
1. El Nacimiento del Estado Moderno
A partir del siglo XVI, aproximadamente, en Europa se comenzaron a sentar las bases del Estado Moderno. La sociedad feudal se caracterizaba por la fragmentación del poder en múltiples señoríos. En ellos cada señor tenía el poder de convocar a sus propias fuerzas militares,
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