El Hombre Primitivo
Enviado por alelec8 • 18 de Abril de 2015 • 1.078 Palabras (5 Páginas) • 379 Visitas
El hombre primitivo
El hombre primitivo surgió en el principio del periodo cuaternario . Este ensayo tratará de una reflexión, más que de una monografía historiográfica, sobre las similitudes y diferencias que el hombre en la actualidad guarda con el hombre primitivo.
La prehistoria es una etapa de la humanidad, tan importante como cualquier otra en que se piense, que se distingue por la falta de un alfabeto, y luego entonces de la posibilidad de reconstruirla con certeza. Si la historiografía es la técnica de reconstruir el pasado del hombre, ¿cómo reconstruir una lejanía carente de escritura? Entonces, hablar del hombre primitivo que nos lleva a hablar de la prehistoria, encierra inexactitud, pese a que los arqueólogos y los antropólogos han postulado varias hipótesis de cómo pudo haber sido la vida en este estadio de la humanidad. Para estos estudiosos es importante tratar de reconstruir cómo fueron las relaciones sociales, cómo se fraguaron los distintos grupos humanos, una visión del cosmos, quiénes habrán sido los primeros que observaron el fenómeno del tiempo, el traslado del sol y la luna, el movimiento de las aguas, el sonido de las hojas de un árbol, entre otros fenómenos.
Tal vez, los arqueólogos y antropólogos han sugerido que aquéllos hombres que lograron observar con mayor detenimiento y de alguna forma ser más inteligentes que otros, fueron los que pudieron organizar estructuras sociales, que a su vez se instauraron a partir de asociar pensamientos y conductas.
Muy poco se sabe acerca del verdadero hombre primitivo. No se ha tenido la fortuna de hallar ningún trasunto del mismo (…). El tatarabuelo de la raza humana era un mamífero bastante feo, poco simpático y mucho más pequeño que el hombre actual. El calor solar y el azote del viento recio y frío dieron a su piel un color moreno subido. La cabeza y la mayor parte de su cuerpo, así como sus brazos y sus piernas, estaban cubiertos de pelo largo y áspero: los dedos de sus manos eran pequeños pero fuertes, que utiliza la dentadura por tenedor y cuchillo a la vez. No llevaba vestido ni había visto el fuego mas que en los penachos de llamaradas de los trepidantes volcanes que llenaron la tierra de humo y lava.
Vivió en la profunda oscuridad de las vastas selvas, tal como viven en nuestros días los pigmeos de África. Cuando llegaron las torturas del hambre, comió hojas crudas y raíces de plantas o le usurpó al ave irritada los huevos del nido para proveer de alimento a sus pequeñuelos. De vez en cuando, y después de larga y paciente espera, abatiría un gorrión o un perrillo salvaje o quizá un conejo, para comerlo crudo, porque no había descubierto el sabor del alimento cocido.
Como vemos, nuestra cita nos permite reflexionar que en los albores de su vida, el hombre primitivo vivía al día, no tenía una caza y una cosa estructurada, seguramente atravesó una vida profundamente azarosa, no sabía si encontraría el alimento cotidiano, si los cambios del clima le dejarían llegar al día siguiente; y por lo tanto su vida era un continuo ensayo y error.
¿Qué relación tendrán nuestros miedos hacia la oscuridad, el vacío, la soledad, la falta de certeza sobre el alimento y sobre el mañana, con esta condición
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