El Hombre Que Calculba
Enviado por 37723688 • 27 de Julio de 2014 • 435 Palabras (2 Páginas) • 194 Visitas
Además de poseer envidiables conocimientos científicos y literarios
que lo distinguieron entre los mayores sabios de su tiempo, era
Eratóstenes poeta, orador, filósofo y –aún más- un completo atleta.
Basta decir que conquistó el título excepcional de vencedor del
pentatlón, las cinco pruebas máximas de los Juegos Olímpicos. Grecia
se hallaba entonces en el periodo áureo de su desarrollo científico y
literario. Era la patria de los aedos, poetas que declamaban, con
acompañamiento musical, en los banquetes y en las reuniones de los
reyes y e los grandes jerarcas.
Conviene aclarar que entre los griegos de mayor cultura y valor el
sabio Eratóstenes era considerado como un hombre extraordinario
que tiraba la jabalina, escribía poemas, vencía a los grandes
corredores y resolvía problemas astronómicos. Eratóstenes legó a la
posteridad varias obras.
Al rey Ptolomeo III de Egipto le presentó una tabla de números
primos hechos sobre una plancha metálica en la que los números
múltiplos estaban marcados con un pequeño agujero. Se dio por eso
el nombre de “Criba de Eratóstenes” al proceso de que se servía el
sabio astrónomo para formar su tabla.
A consecuencia de una enfermedad en los ojos, adquirida a orillas
del Nilo durante un viaje, Eratóstenes quedó ciego. El que cultivaba
con pasión la Astronomía, se hallaba impedido de mirar al cielo y de
admirar la belleza incomparable del firmamento en las noches
estrelladas.
La luz azulada de Al-Schira jamás podría vencer aquella nube
negra que le cubría los ojos. Abrumado por tan gran desgracia, y no
pudiendo resistir el pesar que le causaba la ceguera, el sabio y atleta
se suicidó dejándose morir de hambre, encerrado en su biblioteca.
El sabio historiador de ojos mortecinos, se volvió hacia el Califa y
declaró, tras breve silencio:
-Me considero plenamente satisfecho con la brillante exposición
histórica hecha por el sabio calculador persa. El único geómetra
célebre que se suicidó fue realmente el griego Eratóstenes, poeta,
astrónomo y atleta, amigo fraternal del famosísimo Arquímedes de
Siracusa. ¡Iallah!
-¡Por la belleza de Selsebit!, exclamó el Califa entusiasmado.
¡Cuántas cosas acabo de aprender! ¡Cuántas cosas ignoramos! Ese
griego notable que estudiaba los astros, escribía poemas y cultivado el atletismo, merece nuestra sincera admiración. De hoy en adelante,
siempre, al mirar al cielo, en la noche estrellada, hacia la
incomparable Al-Schira, pensaré en el fin trágico de aquel sabio
geómetra que escribió el poema de su muerte entre un tesoro
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