El Legado Del Terremoto De 1985

El 19 de septiembre 1985, el distrito federal de México sufrió un terremoto de magnitud 8.1. Era uno de los más intensos que había recordado en el mundo, e hizo mucho daño a la ciudad y a la región alrededor de ella. Más de 10,000 personas perdieron la vida, y muchos edificios y estructuras se cayeron. El terremoto tenía un impacto grande en el político de México. Destacó muchos problemas con las obras públicas construidas por el gobierno, la respuesta del gobierno a las trágicas naturales, y el tratamiento de los obreros urbanos de la ciudad. Además, resultó en unos cambios a los sistemas de alerta y protección para evitar más problemas en el futuro.

El epicentro del terremoto estaba en el costo pacifico en el estado de Michoacán, pero tenía el efecto más grande en la ciudad más populosa de México, el distrito federal. Aunque la estimación oficial dice que algunas 10,000 personas se murieron, hay otros informes que presentan un número de muertos mucho más alto, en el área de 35,000 personas. Había dificultades con las personas heridas también porque se dañaron los hospitales. Expertos dicen que la geografía única del DF tiene la culpa para el daño extensivo; la ciudad está situada en el lecho del lago Texcoco. Por eso, los edificios y calles su hunden y no son muy estables. Cuando el terremoto sucedió, este parte del país era lo más vulnerable. Más que 400 edificios se destruyeron, pero muchos más sufrieron daño en el terremoto. También, aproximadamente 250,000 se quedaron sin hogar. Estas personas se llamaron los damnificados y hasta 2005 algunas familias todavía Vivian en campamentos afueran de la ciudad. Se perdió la electricidad, y básicamente toda la ciudad se bajó en caos (“México City”).

Había muchas quejas con la manera en que el gobierno actuó en la crisis. Inmediatamente después del terremoto, otros países le ofrecieron ayuda a México, pero el presidente de la Madrid la rechazó, aunque era muy costoso salvar a todos los atrapados y hacer la reconstrucción (Ramírez Cuevas). También se criticó las misiones de rescate. En una fábrica de ropa, se hizo más esfuerzo salvando la machinaría que los obreros atrapados en las ruinas del edificio. Los edificios con un número de pisos entre siete y quince pisos sufrieron lo más. La gente dijo que era la culpa del departamento de obras públicas que había tanta destrucción porque si los edificios se hubieron construido mejor, no habría sido tantos problemas. Se creía que los edificios mal diseñados demostraron la corrupción del gobierno. Un resulto importante de todo el criticismo era que el presidente tenía que aceptar el apoyo de los grupos de oposición para enfrentar la situación trágica en la ciudad.

La tragedia dejó al descubierto las condiciones del trabajo para muchos obreros en la ciudad. Un ejemplo era el taller de ropa que se llamaba Topeka en la ciudad de México. En el terremoto, el edificio colapsó totalmente, atrapando las costureras adentro. Las obreras no tenían la oportunidad de escapar gracias a las condiciones del edificio que no seguían los códigos de seguridad. En estés mismos talleres

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