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El Mito De Los Origenes


Enviado por   •  10 de Julio de 2012  •  8.090 Palabras (33 Páginas)  •  613 Visitas

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El mito de los orígenes revisado

En Mitre, Levene y Chiaramonte.

Pablo A. Chami

El mito de los orígenes se refiere a cierta historiografía que propone la existencia de una Nación Argentina o rioplatense desde la primera década revolucionaria y, en algunos autores, en las décadas previas a la Independencia. José Carlos Chiaramonte considera a esta historiografía falsa, ya que impide percibir la realidad de lo sucedido. Además, que es conveniente encarar el proceso de formación de las nuevas nacionalidades sin el supuesto de considerar a la nación como coexistente o anterior a la independencia. Es una tradición historiográfica de fines del siglo XIX que tenía por objetivo la formación de una conciencia nacional en los nuevos países de América española. [1] Denomina a estas ideas de preexistencia de la nación “el mito de los orígenes” y adjudica el comienzo de ellas a Bartolomé Mitre.

Coincido con esta visión de Chiaramonte pero entiendo que no fue Mitre quien gestó el mito sino José Luis Romero, Ricardo Levene y los miembros de la denominada Nueva Escuela Histórica. Ellos sustentaron expresamente la idea de la preexistencia de la nación. En el desarrollo de este trabajo veremos como Mitre, en diversos pasajes de sus obras históricas, concebía a la nación y a la nacionalidad como contingente, como una construcción. Situando su advenimiento en la década de 1820.

El mito

Chiaramonte explica su visión de las Provincias Unidas del Río de la Plata durante la primera década revolucionaria como:

[...] el supuesto de un Estado y una nación naciendo en 1810 o 1816 es efecto dé ése "mito de los orígenes” al que hemos hecho referencia en otro trabajo. Lo cierto es que durante aquella década se sucedieron diversos intentos de organizar constitucionalmente un Estado rioplatense, protagonizados por las ciudades principales del territorio y sucesivamente fracasados. La realidad habría sido la existencia no de un organismo estatal sino de una situación de “provisionalidad permanente”, caracterizada por la coexistencia de las soberanías de ciudades —paulatinamente encaminadas a configurar ámbitos más amplios de soberanía como habrían de ser las posteriores nuevas provincias—, con gobiernos rioplatenses no siempre acatados.[2]

El trabajo que cita Chiaramonte, en el párrafo anterior es: El mito de los orígenes en la historiografía latinoamericana. En él se refiere expresamente a los autores que comenzaron con el “mito” de colocar la nación al inicio: Son Bartolomé Mitre en su libro Historia de Belgrano y de la independencia Argentina y a Vicente Fidel López en la Historia de la República Argentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político. [3] El párrafo al que hacemos referencia es el siguiente:

Según un punto de vista generalizado en la historiográfica latinoamericana los proyectos de nuevos estados nacionales que se difundieron con la Independencia implicaban la existencia previa de una comunidad con personalidad nacional o en avanzado proceso de formación de la misma. Como habremos de comprobar, se trata de un punto de vista que en el caso rioplatense resulta falso y que impide percibir el desconcierto que al respecto se manifestaba hacia 1810. [...] El afán por afirmar los débiles estados surgidos del derrumbe ibérico, fomentando la conciencia de una nacionalidad distinta, propósito explicito en esa historiografía, facilitó la generalizada suposición de que la Independencia fue resultado de la necesidad de autonomía de nacionalidades ya formadas.[4]

La justificación de este aserto la expone Chiaramonte en la nota al pie de página que acompaña al texto principal, donde señala que Mitre expresa la idea de preexistencia al comienzo del primer capítulo de la Historia de Belgrano.[5] Se trata del capitulo “La sociabilidad argentina”, en el que Mitre habla de la “idea de la Independencia del Pueblo Argentino”, una idea en estado incipiente, en el relato, y no de “nacionalidades ya formadas”, como sostiene Chiaramonte. (Analizaremos en detalle este capítulo más adelante.) También en dicha nota, Chiaramonte señala la pagina 302 del mismo libro. Pero, para entender el texto de Mitre citado, es necesario ver en qué contexto fue escrito: en la pagina anterior, la 301, Mitre nos dice que “En lo que va corrido de este libro, hemos podido estudiar el desarrollo progresivo de la idea revolucionaria, y de las causas complejas que la han venido ensanchando gradualmente.” Y, en ya la mencionada 302: “Tales fueron en general las causas eficientes de la revolución argentina: el desarrollo armónico de las fuerzas morales y de las fuerzas materiales de los hechos y de las ideas del individuo y de la sociedad.” Vemos claramente que Mitre habla de la revolución a la que llama argentina, pero en ningún caso habla de un Estado o de una Nación Argentina ya formada. Habla del desarrollo progresivo de la idea revolucionaria, que se ha ensanchadopaulatinamente, hasta llegar a la Revolución de Mayo.[6]

En El Mito de los orígenes, Chiaramonte encuentra que la idea de que “la nación se hallaba prefigurada desde tiempos coloniales” era sustentada por los constitucionalistas profesores de la cátedra de Derecho Constitucional de la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. “Era la misma imagen ya impuesta por B. Mitre y V. F. López en sus obras fundamentales.”[7] También en el artículo: “Provincias, caudillos, Nación y la historiografía constitucionalista Argentina, 1853-1930”,[8] escrito en conjunto con Pablo Buchbinder, los autores desarrollan en detalle la idea de preexistencia de la nación sustentada por los profesores de dicha cátedra.

Es interesante notar que Chiaramonte, en los siguientes artículos y libros publicados, señala continuamente el efecto negativo que el “mito de los orígenes” tiene sobre la Historia Argentina, pero siempre se refiere en forma directa al artículo que acabamos de analizar: El mito de los orígenes en la historiografía latinoamericana.En ningún otro lugar investiga los textos de Mitre en los que se mencione la existencia de la Nación Argentina en las décadas anteriores y posteriores a la Revolución de Mayo.[9]

Romero: La “preexistencia” de la nación

José Luis Romero analiza la trayectoria política de Mitre en su ensayo: “Mitre: Un historiador frente al destino nacional”,[10] publicado por primera vez en el diarioLa Nación en 1943. Nos dice que cuando Mitre regresó del exilio en Montevideo luego de la victoria de Urquiza frente a Rosas, sus convicciones ya estaban fijadas: “es, como será siempre, el campeón de la integridad de la nación”.[11]En el año 1854, durante el debate por la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, que en ese momento

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