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El Partenón y los restos de la Acrópolis, vestigios de la antigua Atenas


Enviado por   •  6 de Agosto de 2012  •  Monografía  •  2.615 Palabras (11 Páginas)  •  1.084 Visitas

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El Partenón y los restos de la Acrópolis, vestigios de la antigua Atenas.

La historia de Atenas representa el origen de la historia de las ciudades europeas y de la Europa actual. Su población ha habitado continuamente esa región durante más de 3000 años. Fue la ciudad principal de la Antigua Grecia durante el primer milenio a. C. La culminación de su larga y fascinante historia llegó en el siglo V a. C., bajo el arcontado de Pericles (llamado Siglo de Pericles), cuando sus valores y su civilización se extendieron más allá de los límites geográficos de la ciudad y se hicieron universales. El pensamiento político, el teatro, las artes, la filosofía, la ciencia, la arquitectura y tantos otros aspectos del pensamiento llegaron a su épico apogeo en una coincidencia temporal ; con una plenitud intelectual únicas en la historia de la humanidad. Se caracteriza por ser uno de los centros tanto intelectuales como religiosos (junto con Olimpia), ya que aquí se encuentran ubicados el Templo de Hefesto (también llamado Hefestion), el Partenón (templo dedicado a Atenas) y el Templo de Zeus Olímpico o El Olimpeión que fue el mayor templo de Grecia (actualmente está en ruinas).

Contenido

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• 1 Orígenes

o 1.1 Neolítico

• 2 Primeros tiempos

o 2.1 Micénico

o 2.2 Edad del Hierro

• 3 Reforma y democracia

• 4 Atenas clásica

o 4.1 Historia militar

o 4.2 Artistas y filósofos

o 4.3 Ciudadanos y no ciudadanos en Atenas

o 4.4 Guerra del Peloponeso

o 4.5 Golpe de Estado de 411 a. C.

o 4.6 Guerra de Corinto

o 4.7 Atenas bajo Macedonia

• 5 Atenas romana

• 6 Referencias

• 7 Referencias

• 8 Bibliografía

• 9 Enlaces externos

[editar] Orígenes

El nombre de Atenas en la Antigua Grecia era Athḗnai (Ἀθῆναι). Es una forma plural: la ciudad se llamaba “Las Atenas”, ya que posiblemente era originariamente un grupo de villorrios que se unieron formando la ciudad. El nombre no tiene etimología griega definida. Los griegos creían que la ciudad había sido bautizada por su protectora, la diosa Atenea, pero es igualmente probable que la diosa tomase el nombre de la ciudad.

[editar] Neolítico

El origen de Atenas fue lentamente trazado. Nada, excepto, los recursos en agua pudieron atraer al hombre a la llanura ateniense. También, en el Ática otros lugares bien provistos de recursos hídricos rivalizaron largo tiempo con el establecimiento humano en la Acrópolis.

La llanura ateniense estaba bordeada por macizos montañosos calcáreos elevados: el Parnés (1413 m), el Pentélico (1106 m), el Himeto (1037 m), al norte y al este. Estaba limitada al oeste por las colinas del Egaleo, que la separaban de la llanura de Eleusis y recorrida por la «espina dorsal» formada por la Acrópolis (157 m), el Licabeto (277 m) y el Anquesmo.

Atenas comienza su historia en el neolítico como un baluarte sobre la Acrópolis ("ciudad alta"), en algún momento durante el tercer milenio a. C. La Acrópolis es una posición defensiva natural que se eleva sobre la planicie circundante. El asentamiento distaba unos 20 km del mar, del Golfo Sarónico, en el centro de la Planicie Cefisia, una zona fértil rodeada por ríos. Limitaba al este con el monte Himeto, y al norte con el monte Pentélico.

En la antigüedad el río Cefiso fluía a través de la ciudad. La antigua Atenas ocupaba un área pequeña comparada con la extensa metrópoli de la actual ciudad. La Antigua ciudad amurallada, comprendía un área de unos 2 km de longitud de este a oeste y algo menos de norte a sur, aunque en su momento más brillante, tenía suburbios que se extendían fuera de las murallas. La Acrópolis estaba situada al sur en el centro de esa área amurallada. El Ágora, el centro comercial y social de la ciudad, estaba a unos 400 metros de la Acrópolis, en lo que es hoy el barrio Monastiraki. La colina Pnyx, donde se reunía la Asamblea ateniense, estaba en la parte oeste de la ciudad.

Uno de los lugares religiosos más importantes de Atenas era el Templo de Atenea, conocido hoy en día como el Partenón, situado en la parte superior de la Acrópolis, donde aún existen sus evocadoras ruinas. Otros dos lugares religiosos importantes, el Templo de Hefesto (que aún permanece casi intacto) y el Templo de Zeus Olímpico u Olimpeion (fue el mayor templo de Grecia, pero ahora está en ruinas) también estaban dentro de las murallas.

En su época de mayor esplendor, en los siglos V y IV a. C., Atenas y sus suburbios tenían una población de unos 300.000 habitantes. De esos, un gran número eran esclavos o residentes extranjeros conocidos como metecos, que no disfrutaban de derechos políticos pero si se beneficiaban de garantías en el plano judicial y pagaban un impuesto especial, el μeτoíkoν metoíkion. Quizá solamente el 1 ó el 2% de la población eran ciudadanos masculinos adultos, elegibles para reunirse y votar en la Asamblea y ser elegidos. La población de Atenas comenzó a disminuir tras la Guerra del Peloponeso.

[editar] Primeros tiempos

[editar] Micénico

La Acrópolis estuvo habitada desde el Neolítico. Para el año 1400 a. C., Atenas se había convertido en un centro poderoso de la civilización micénica. A diferencia de otros centros micénicos como Micenas y Pilos, Atenas no fue saqueada y abandonada en los tiempos de la invasión dórica de 1200 a. C., y los atenienses siempre mantuvieron que ellos eran jónicos puros sin contener elementos dóricos. Sin embargo, Atenas perdió la mayor parte de su poder, convirtiéndose de nuevo en una pequeña fortaleza.

[editar] Edad del Hierro

En el siglo VIII a. C., Atenas había emergido de nuevo, gracias a su posición central en el mundo griego, su seguro emplazamiento sobre la Acropolis y sus accesos al mar, lo que le proporcionaba una ventaja natural sobre rivales potenciales como Tebas y Esparta. Pronto durante el primer milenio, Atenas fue una ciudad-estado independiente, gobernada primero por reyes (ver los Reyes de Atenas). Los reyes pertenecían a la clase más poderosa, la de los propietarios de tierras, la "aristocracia", conocidos como los Eupátridas (los "bien-nacidos"), cuyo instrumento de gobierno era un Consejo, que se reunía en la colina de Ares, llamado el Areópago.

Durante este período, Atenas consiguió poner bajo su gobierno a las otras ciudades de la Ática. Este proceso de sinoikismos – proporcionar juntos un hogar- creó el mayor y más próspero estado de la península griega, pero también creó una gran cantidad de gente excluida, por la nobleza, de la vida política. Durante el siglo VII a. C. se produjeron revueltas bastante generalizadas

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