El Peru Y La Comunidad Internacional
Enviado por betanol • 19 de Octubre de 2013 • 1.069 Palabras (5 Páginas) • 410 Visitas
EL PERU Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
La comunidad internacional es un dato de la realidad concreta. Luego de la 11 Guerra Mundial y de manera progresiva, se ha ido configurando un sistema de poder internacional que tiene sus propios organismos, procedimientos y mecanismos de participación, acción, decisión y sanción. Hasta hace poco, este sistema admitía funcionar en torno a un eje de bipolaridad que estructuraba y distribuía el poder en base a dos concepciones ideo- lógicas antagónicas formalizadas a través de procesos concretos, es decir históricos, que comprometían a un con- junto de Estados en una determinada orientación política, económica, cultural y militar. Durante cerca de cincuenta años la bipolaridad gobernó el mundo a través de un equilibrio precario y de una peligrosa paz armada. La misma Organización de Naciones Unidas debió admitir esta situación objetiva de poder mundial, que se reflejó concreta- mente en las decisiones y vetos del Consejo de Seguridad. Por otra parte, esfuerzos como los del Movimiento de Países No Alineados, no lograron modificar sustantivamente esta situación, aun cuando en determinadas situaciones este estamento logró conformar un bloque que especialmente hizo sentir su peso específico en las votaciones de la Asamblea General de la ONU. Hoy en día la situación ha variado, el derrumbamiento de la URSS y de los países de la órbita socialista de la Europa del Este ha significado el fin de la bipolaridad y de la guerra fría. En lugar de este esquema se dibujan nuevas ideas-fuerza y nuevas situaciones de peligro para la comunidad internacional; sobre todo para los anhelos de paz de una humanidad que ve en ella, pero también en la justicia, el contenido sustantivo de las relaciones internacionales. Por ideas-fuerza, entendemos aquellas que como la democracia o el mercado, se están expandiendo muy rápidamente y alcanzando unos niveles de aceptación y de legitimidad que desde ahora nos permiten asumir que la transición actual hacia una nueva estructura de organización y de relaciones de la comunidad internacional ha logrado ya cristalizar la democracia y el mercado, como dos de los conceptos sustantivos e inconmovibles del sistema. No descartamos que elementos como la globalización y la integración mundial encuentren en la democracia representativa, como sistema político universal y en el mercado libre como la base igualmente universal de los intercambios económicos y financieros, dos puntos de apoyo sólidos para un mejor entendimiento entre todos los Estados. Pero debieran también ayudar a la realización de las políticas que tienen que ver con la generalización y uso óptimo de los logros de la revolución científico-tecnológica, la adecuada protección del medio ambiente, el desarme nuclear y la concentración de recursos para combatir el hambre y para avanzar en la investigación científica contra enfermedades que como el SIDA, constituyen un dramático peligro para la vida humana. Al mismo tiempo, la transición en la que nos encontramos debiera descartar cualquier tentación de unipolaridad, de concentración de poder en uno o en pocos países ricos socios, con capacidad de imponer sus condiciones al resto del mundo; debiera rechazar asimismo las pretensiones de disminuir el papel y las atribuciones de un organismo mundial que como las Naciones Unidas, trabaja por la seguridad colectiva,
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