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El Porfiriato.


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  Informe  •  1.973 Palabras (8 Páginas)  •  319 Visitas

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El Porfiriato.

Con la caída de Maximiliano, México recuperó a plenitud su soberanía. El Presidente Benito Juárez se dedicó a reorganizar la administración civil y militar, reduciendo el efectivo del Ejército.

Insatisfecho con su situación política, el General Porfirio Díaz lanzó el Plan de la Noria el 1/o. de octubre de 1871, levantándose en armas contra el gobierno Juarista, pero fracasó. Dicho Plan pugnaba por la “No Reelección”.

El 18 de julio de 1872, víctima de una angina de pecho, falleció el Licenciado Benito Juarez, figura fundamental en la historia de México, al fallecer, el Licenciado Sebastián Lerdo de Tejada asumió la presidencia por Ministerio de Ley. Su gobierno transcurrió sin mayores incidentes hasta que fue depuesto al pretender reelegirse.

El Plan de Tuxtepec, fue lanzado el 1/o. de enero de 1876, quienes nombraron a Porfirio Díaz como jefe del movimiento, que tenia como propósito evitar la reelección de Lerdo de Tejada.

El 20 de mayo de 1876 en Icamole, tropas leales infringieron una terrible derrota a los sublevados comandados por el General Porfirio Díaz, quien se vio obligado al retirarse al sur de la República. A pesar de su derrota en Icamole, el General Porfirio Díaz continuó combatiendo a los lerdistas. El 16 de noviembre de 1876 se produjo la Batalla de Tecoac, enfrentándose Díaz con el Gral. Ignacio R. Alatorre; durante el reñido combate, ambos bandos estuvieron cerca de la victoria, pero la oportuna llegada de refuerzos porfiristas, al mando del Gral. Manuel González, provocó la derrota de Alatorre.

Derrotadas en Tecoac sus mejores tropas, Sebastián Lerdo de Tejada no tuvo mas remedio que renunciar a la Presidencia, la cual fue asumida el 28 de noviembre de 1876 por el General Porfirio Díaz, quien había entrado triunfante a la Capital el 21 del mismo mes.

Al asumir la Presidencia el General Porfirio Díaz se dio a mejorar el Ejército; creo el Cuerpo Especial de Estado Mayor, que tenia como función formar la Carta General de la República, redujo las unidades y las que quedaron las profesionalizó. Creo varios planteles como la Escuela Naval militar, Escuela Militar de Aspirantes, Escuela Militar de Esgrima.

Fue durante este periodo en el Colegio Militar vivió sus años dorados al pasarse de las instalaciones del Arzobispado en Tacubaya, a Chapultepec; en que se formaron grandes militares que destacaron en campos de la ingeniería, industria, finanzas, arte, periodismo, literatura, etc… como los Generales Felipe Ángeles, Heriberto Frías, etc…

De igual manera se modernizó el armamento y la industria militar, para lo cual se compró maquinaria en Europa, se dio mantenimiento a las armas, se impulsó la invención de tecnología militar al crearse el sistema Mondragón para la artillería y los fusiles.

Asimismo, se modernizaron los buques de la marina, se hicieron maniobras con fuego real, tanto para el Ejército como para la Armada, a fin de mantenerlos operativos y con el mejor adiestramiento.

Tras treinta años en el poder, el General Porfirio Díaz, había logrado una aparente estabilidad económica y social en México. Pero esto a consecuencia de la opresión del pueblo, mismo que estaba muy descontento con el gobernante.

Cuando Porfirio Díaz vuelve a reelegirse en el año de 1910, se sabía de antemano que continuaría dando preferencia a los capitales extranjeros y a los grupos nacionales que estaban de acuerdo con sus políticas, esto fue un factor más para el descontento popular.

Historia – El Porfiriato

La época del orden y el progreso

Una vez consolidado en el poder, Díaz comenzó una política de conciliación entre los sectores más favorecidos del país. A los caciques regionales les permitió mantener el poder local a cambio de su lealtad. Se reconcilió con la Iglesia católica y sus antiguos enemigos conservadores, gracias a los cual México disfrutó de 27 años de paz, al final de un siglo de batallas. Con la paz, la economía se recuperó: la minería, la industria y las comunicaciones se desarrollaron rápidamente; por primera vez en su historia México se convirtió en exportador de productos agrícolas y ganaderos; también se logró resolver el problema de la deuda externa que tenía al país en bancarrota.

El régimen porfirista fomentó el desarrollo artístico y científico de México; se fundaron nuevas escuelas, teatros, museos y academias. Los intelectuales más importantes pensaban que sólo la ciencia y la modernización industrial sacarían al país de su atraso. Para conseguirlo había que importar capitales del exterior. Los inversionistas procedentes de Estados Unidos, Francia e Inglaterra crearon poderosas empresas en el ramo de la minería, la agricultura, la electricidad, el comercio y los ferrocarriles. Sin embargo, el progreso de México se logró muchas veces a costa de los más débiles, es decir, los campesinos, quienes eran despojados de sus tierras por las compañías deslindadoras y por ambiciosos hacendados. Los obreros y peones agrícolas soportaban largas jornadas de trabajo a cambio de un mísero jornal.

El ocaso del Porfiriato

Tres décadas de “paz, orden y progreso” porfiriano habían transformado al país. Aparentemente México se encaminaba hacia la prosperidad, tenía un sólido desarrollo económico y una planta industrial en pleno crecimiento. A pesar de ello, la gran mayoría de la población se benefició poco del bienestar material y, por el contrario, sufría las injusticias que provocaban la concentración del poder y la riqueza en unas cuantas manos. En el campo, millones de campesinos vivían en condiciones deplorables, mientras cinco mil hacendados eran dueños de la mayor parte de las tierras cultivables del país.

Políticos mexicanos y empresarios extranjeros llegaron a acaparar enormes extensiones en el norte del país a precios risibles y pasando por encima de los derechos de los pequeños propietarios. En Yucatán y Sonora, los grupos indígenas que se opusieron al desojo de sus tierras fueron reprimidos y trasladados a lugares inhóspitos. En las ciudades. Los obreros tampoco gozaban de los beneficios del Porfiriato: trabajaban largas jornadas a cambio de salarios insuficientes. La clase media, compuesta por técnicos, maestros y abogados, gente con educación y aspiraciones políticas, se convirtió en la principal crítica del gobierno porfirista al ver que

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