El Prendimiento De Giotto

El prendimiento de Giotto.

Giotto di Bondone.

Tamara Pérez Adrián.

El prendimiento de Giotto se encuentra en la capilla Scrovegni de Padua, más conocida como la Iglesia de la Arena., comenzada en 1304 y finalizada en 1313, época del estilo italo-gótico del Trecento.

Las pinturas al fresco, con una temática religiosa, ocupan completamente las paredes interiores del edificio con un amplio ciclo dedicado a la Virgen y otro a la vida de Cristo. Todo ello se completa con un monumental Juicio Final situado, como es tradicional, en el muro occidental. En total son cuarenta y dos composiciones en las que se descubre lo mejor de Giotto y el porqué de su trascendencia en la historia de la pintura.

El prendimiento fue realizado en 1304 y terminado en 1306. Era un panel considerado importante, pues era la escena que centraba el registro inferior del muro sur de la capilla; por ello Giotto le dio un lugar destacado.

Se trata de una pintura religiosa, utilizando la técnica del fresco, con algunos matices al temple. Esta técnica tiene un gran inconveniente, pues una vez que el color ha sido aplicado es absorbido por la base, por lo que no se puede corregir lo realizado, por ello Giotto aplica el temple para alguna que otra corrección. Otra importante dificultad es que el pintor debe anticiparse y adivinar como va a quedar el color al final, una vez secado, pues no produce la misma tonalidad nada más ser aplicado que una vez secado.

Respecto a los elementos utilizados en esta obra podemos decir que le da importancia a la línea, la cual ayuda a que se distinga mejor el movimiento de la masa y de los objetos.

Hay una gran gama de colores, que rompe con los colores puros heredados de las vidrieras; se pueden ver los colores terciarios, gracias a la mezcla de un color primario con uno secundario y aún se pueden ver más tonalidades debido a que Giotto cambió la manera de preparar los colores, utilizando el jugo clasificado de yemas de arbustos, higos verdes y otras sustancias menos olorosas para conseguir colores más claros. Un color que podemos destacar es el verde azulado, situado en el fondo de la imagen y en algún ropaje, este color fue puesto en el panel gracias al pigmento lapis lazuli, sin embargo, lo vemos muy deteriorados debido a que no se adhiere bien al muro. Los colores de esta obra señalan a donde tenemos que mirar, al centro, donde se encuentra la escena principal que más tarde comentaremos. Además se puede ver en el cuadro como el color divide el cuadro, pues una colores cálidos y un fondo frío.

Toda esta pintura esta iluminada con una luz artificial para conseguir volumen a las figuras y para conseguir llamar nuestra atención, como es el caso de la manta amarilla de Judas. Esta luz empieza a producir el efecto del claroscuro y un pequeño matiz de sombra que hace posible una cierta profundidad, rompiendo así con la tradición plana del arte bizantino.

Giotto, aunque organiza toda la escena en torno a la imagen central, ya introduce una cierta perspectiva, pues intenta crear un espacio pictórico, entonces logra una perspectiva con distintos puntos de vista (posterior perspectiva lineal). La composición de la obra ya no respeta una jerarquización, sino que todos los hombres tienen la misma altura y solo se distingue uno (Cristo) por un nimbo, símbolo de la divinidad. Ahora las figuras se estructuran siguiendo líneas diagonales e incluso círculos.

Giotto empieza a estudiar la anatomía de las personas recuperando las proporciones humanas y crea figuras corpulentas que dan una sensación de peso y solidez; además ya empieza a ver un notable movimiento. Sin embargo, aunque no es tan exagerado como en la época anterior, sigue sin haber demasiada expresión en los rostros, destacando tan solo pequeños matices que hacen posible que desaparezca ese hieratismo instaurado por la pintura anterior. En esta escena crea un horror vacui de caras, con la intención de crear mayor distorsión. Aunque no haya mucha expresividad el pintor introduje en su obra el sentimiento, por medio de algunos gestos y actitudes que aportan las figuras, como el hombre que esta de espaldas o Judas o San Pedro, que se encuentra a la derecha del cuadro cortándole la oreja

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